«El mayor problema ecológico es la ilusión de que estamos separados de la naturaleza.»

Alan Watts.

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DE “FRENTE”……..MAARR…

A partir de 1989, la política chilena se estuvo desenvolviendo a través de los carriles del “Sí” y del “No”. Dos grandes bloques se enfrentaron durante más de un cuarto de siglo conforme a las reglas derivadas de la Constitución del 80. El término del sistema binominal hizo posible que surgieran nuevos rostros, muchos de ellos descolgados de las coaliciones históricas, y se multiplicaran las opciones ciudadanas. Dos jóvenes diputados echaron las bases de una nueva agrupación, el “Frente Amplio”, que tomó su nombre de la alianza de centro-izquierda que con éxito ha gobernado a Uruguay y que se inspiró ideológicamente en las lejanas experiencias europeas de los “Indignados”, de “Podemos” y del  “Syriza” griego.

La irrupción en el mapa político del Frente Amplio, estuvo marcada por una cierta ambigüedad de origen, ya que muchos de sus dirigentes que asumieron una dura crítica contra la Nueva Mayoría reinante, habían estado durante más de dos años siendo parte del gobierno de Bachelet. Sin embargo, en general este nuevo movimiento fue mirado con simpatía ya que significaba un cauce adecuado para la expresión del esquivo sector juvenil de la población que hasta entonces mostraba desinterés y desencanto.

Otro problema de origen fue el de la heterogeneidad del Frente, ya que bajo su paraguas se agruparon “ene” sectores que iban desde los históricos movimientos estudiantiles, pasaban por grupos contestatarios que exigían reformas en temas específicos (pensiones y previsión) y que terminaban en grupúsculos claramente antisistema.

A poco andar, el Frente se enfrentó a dos situaciones particulares: el rechazo a la incorporación del inefable senador Navarro (cuestionado por sus ancestros concertacionistas) y el rechazo a una eventual postulación de Javiera Parada quien había sido condenada por conducir en estado de ebriedad. Es decir, poco a poco estableció dos parámetros: trayectoria política incontaminada y conducta personal impecable.  Sin embargo, teniendo presente que muchos frenteamplistas habían asumido cargos bajo el actual Gobierno, no dejan de tener fundamento las especulaciones que señalaban que tanto Jackson como Boric le cerraron la puerta  al senador ante el temor  de que opacara su liderazgo.

En comentario anterior, señalamos que la nueva coalición iba a tener futuro en la medida que tuviera cuanta paciencia y tiempo fuesen necesarios para consolidarse y también en cuanto fuesen capaces de  homogeneizar sus ideas y propuestas.

Sin embargo, la urgencia los llevó a tomar un camino ya trillado: buscar como abanderada a un rostro televisivo, bien aspectado pero carente de experiencia y manejo político, Beatriz Sánchez,  para cerrarle el paso a Alberto Mayol, sociólogo más definido ideológicamente pero más radicalizado. No constituyó mayor sorpresa, a estas alturas, que todas las encuestas realizadas por empresas y centros de pensamiento ligados a la Derecha, inflaran la candidatura de Sánchez tanto para afectar la apagada postulación de Guillier como para impulsar a una adversaria claramente más débil. Los sucesivos errores no forzados de la periodista por los que tuvo que dar explicaciones posteriores (el más grave, a juicio de sus bases, fue calificar al gobierno de Allende como “totalitario”) complicaron su hasta entonces auspicioso panorama.

La primaria del Frente Amplio aumentó el nivel de conocimiento de Sánchez pero mostró que su convocatoria real a los sectores jóvenes no participantes electoralmente, fue casi nula.   Además, la obligó a pasar de su buen rol como periodista inquisitiva a un papel más sustantivo en que aparecieron sus falencias en materias políticas, económicas y de relaciones internacionales (casos Bolivia y Venezuela).

El derrotado Mayol, conociendo el abrupto terreno que pisaba, decidió, con buenos argumentos, enfrentar a Giorgio Jackson  en su distrito,  complicando de hecho su reelección. El Frente, entonces, decidió simplemente aplicar cirugía mayor. Entre gallos y medianoche determinó “por unanimidad” que Mayol no sería su candidato ni en Santiago ni en ningún lugar del país estimando que algunas de sus frases dirigidas a Natalia Castillo, otra competidora, eran de tinte machista (“si quieren guerra, tendrán guerra”).  El Partido Humanista y otros desconocieron la proclamada unanimidad, apoyaron la actitud de Mayol, y condenaron los juzgamientos estalinianos. Para decorar la torta, apareció Claudia Castagna, mujer de Mayol, señalando en carta pública,  que Jackson, al igual que otras veces,  buscaba  ser protegido electoralmente,  para concluir con una lapidaria frase bíblica: “Giorgio, siendo tan joven…¿En qué momento te convertiste en esa especie de bicho que repta?”.

En Grecia, el movimiento Syrisa logró un fuerte apoyo ciudadano  para enfrentar las presiones de la Unión Europea,  en pro de políticas de austeridad. Su líder, Alexis Tsipras, una vez instalado en el poder,  negoció  los acuerdos  que reiteradamente había denunciado y rechazado, desdiciéndose de todo lo sostenido durante su campaña.

En Chile, lamentablemente la ilusión conque muchos miraban a un Frente que pretendía renovar y moralizar la política, se ha ido diluyendo.  Será necesario un largo proceso de maduración para que las cosas cambien. Por ahora, no queda otra cosa que mirar nuevamente a los políticos más tradicionales y exigirles, con la fuerza propia de una ciudadanía empoderada, una conducta ética irreprochable, una gestión eficiente y un claro y real compromiso con los sectores más vulnerables y marginados y con el  bien común en general.

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