«La concentración de riquezas, el poder del dinero, por sobre todo, el dinero fácil, en su accionar destruye la historia, la educación, cultura , los valores de una sociedad que desee permanecer limpia y sana.»

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De los “tiempos mejores” a una economía “en marcha”

La semana que recién concluye, ha sido bastante negativa para el Gobierno de los tiempos mejores. El anuncio concertado (¿o coludido?) de las tres más  grandes ISAPRES  abiertas,  anunciando nuevas  alzas en  sus planes, golpeó fuertemente al Gobierno y en especial a su Ministro de Salud. La información coincidió con el conocimiento público de que la Superintendencia del ramo había decidido postergar en dos años la aplicación del instructivo que les ordenaba rebajar sus planes en razón de la disminución de riesgos (niños mayores de 2 años, mujeres fuera de edad fértil), generando el consecuente beneficio.

La “industria” (¿o negocio?) de  las 7  Isapres abiertas,  registra utilidades anuales por $64.391 millones de pesos, las que entre 2017 y 2018 marcaron un incremento de 91%. Los ajustes anunciados implican un alza de 7,6% para Cruz Blanca; de 5,9% para Consalud; y de 6,7% para Colmena. Rafael Caviedes, presidente da la asociación gremial del rubro, salió a justificar el alza “por la alta judicialización” ya que los recursos de protección presentados por los afiliados han evitado reajustes por 6.976 millones, hecho que las obliga utilizar recursos a pagar a un grupo de abogados en circunstancias que estos podrían destinarse a mejorar la atención de salud (¿?)  Lo que Caviedes no explica  es por qué razones estas instituciones siguen aplicando por décadas estos ajustes arbitrarios, abusivos e infundados, a sabiendas de que ellos son ilegales. Lo que sucede, y esto no se dice, es que  la mayor parte de los cotizantes no reclama y son ellos los que deben soportar este encarecimiento carente de justificación. Resulta curioso constatar que estas entidades, con la enorme cantidad de recursos de que disponen, no hayan sido capaces hasta ahora de elaborar una propuesta alternativa que sea política y socialmente viable.

El “mercado” de las Isapres es un mercado concentrado, poco competitivo y selectivo. Su tendencia histórica ha sido a discriminar a los afiliados  por nivel de ingreso y por condiciones de salud excluyendo individual y colectivamente a personas sujetas a factores de riesgo.

El anuncio de los prestadores privados de salud ha constituido un duro golpe para el rimbombante eslogan oficialista de “clase media protegida”. Con 1.935.267 afiliados, a los que se suman 1.386.704 cargas familiares, la población afectada involucra a un importante segmento de la sociedad (20%) que, en su gran mayoría corresponde a clase media propiamente tal. La migración creciente y constante hacia FONASA terminará por hacer inviable el negocio y obligará a que se aborde,  de una vez por todas,  el problema de la salud como un derecho social que debe ser regulado sobre bases de pisos mínimos, equidad y solidaridad.

El propio presidente Piñera, en entrevista a Canal 13, ha hecho público que él mismo ha abandonado su Isapre y se encuentra actualmente afiliado a Fonasa, ejemplo que debe ser reconocido y valorado. Como el periodismo tradicional chileno es poco audaz e inquisitivo, ningún medio ha pesquisado mayores antecedentes en relación con este sorpresivo dato.

A otra cosa, mariposa.

El actual Gobierno prometió durante su campaña “tiempos mejores” para el país. A poco andar, y no pudiendo hacer frente al descontento de la gente por el casi nulo avance económico (el eventual manejo de la economía era uno de los puntos fuertes del candidato), se cambió el eslogan por uno menos prometedor y más convocante: “En marcha” que, en verdad, se ha usado bien poco.

Como es conveniente que los ciudadanos se formen su propio juicio sobre la realidad que se vive, hemos extraído del oficialista diario “El Mercurio” algunos datos de interés:

  • El IMACEC, índice de actividad económica, creció entre febrero de 2018 y febrero de 2019, un 1,4%. En el año anterior (febrero, 2017- 2018) la variación había sido de un 4%, según datos del Banco Central. El Ministro de Economía  atribuyó la fuerte caída (peor desempeño en 20 meses) a “factores externos”,  “factores climáticos” (minería), debilidad de las ventas del comercio y reducción de la producción manufacturera. La autoridad no explicó cuáles de estas causas eran de responsabilidad del Gobierno.
  • Consistente con lo anterior, la ocupación creció en un 0,5% entre 2018 y 2019, versus crecimiento de 2,7% a febrero de 2018.
  • La promesa programática  de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fue de un 4% para 2019. Hoy los expertos la reducen al rango entre 3,7 y 3,5%. Rodrigo Vergara, ex presidente del Banco Central y jefe programático del área económica de la candidatura Piñera es muy franco a este respecto: “Es probable que estemos más cerca del 3%…esto nos plantea dudas respecto a si Chile va a crecer más que el mundo”. El Fondo Monetario Internacional “mantiene proyección de PIB para Chile en 3,4% pero prevé expansión menor al mundo desde 2020”.
  • Oscar Herrera, economista jefe para la Región Andina de BTG Pactual, anticipa que el “débil consumo privado” podría restar entre 0,5 y 1 punto al crecimiento del PIB en 2019.
  • Vitorio Corbo acota (12.04.2019) que la “confianza empresarial” está mejorando pero que “las deprimidas expectativas de los consumidores, el bajo dinamismo de los salarios reales y la lenta creación de empleo amenazan el consumo”.
  • El Banco Central informa que el flujo de Inversión Extranjera Directa acumuló en el primer bimestre de 2019, la suma de 1.116 millones de dólares, marcando una caída del 74%, el más débil inicio de año desde 2004.
  • En 2018, el crecimiento de los salarios reales fue de un 0,1% lo que implica que, de continuar la tendencia, en  10 años estos aumentarán un 1% y en 100 años, en un 10%. Pregunta: ¿En cuánto tiempo se duplicarán?
  • A los anuncios catastrofistas de las grandes pesqueras (¿simultáneos o coludidos?) reunidas en la cuestionada ASIPES, en cuanto a que  muy  pronto despedirán a  centenares de trabajadores a causa de la nueva “ley de la jibia” (¿o será una simple medida de presión?), se suman,   el cierre de la tradicional empresa manufacturera de calzado GUANTE, la reducción de la dotación de la Viña Concha y Toro en un 14%, un número aún no precisado de despidos por las distribuidoras eléctricas como consecuencia de la instalación de los “medidores inteligentes”, 90 despidos de ingenieros y técnicos en una empresa de servicios tecnológicos en Concepción, entre otros casos.

Todo lo anterior implica que no estamos “en marcha” y que no se vislumbran “tiempos mejores” en el corto plazo. Lo más preocupante es que el equipo gubernativo, que se preparó durante cuatro años completos en Apoquindo 3000, sigue sin dar luces para el futuro.

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3 Comentarios en De los “tiempos mejores” a una economía “en marcha”

  1. Me sumo con entusiasmo a esta gran manera de analizar la realidad económica del país.
    Un acierto. Esteban.

  2. Eso está sucediendo por propalar eslóganes populacheros para reclutar a incautos sin asidero alguno. Es recomendable que los señores economistas comiencen a intentar otro discurso pues el monocorde del ‘crecimiento’ esta muy gastado y no admite recauchaje. De paso podrían inspirarse en la re lectura del libro de Alfredo Mayol, “El Derrumbe del Modelo”.

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