«Si no somos capaces de entender que los problemas de la comunidad en que vivimos no son solo de responsabilidad de los demás sino también de cada uno de nosotros, difícilmente podremos salir adelante.»

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DEL NEPOTISMO Y OTROS MALES.

Maroto

Desde Canadá.

A escasos dos meses de haber asumido el gobierno, el presidente Piñera y las autoridades de su administración han perdido el control de la agenda política y gubernamental.

Una nominación de embajador en Argentina que debió ser retirada a pocos días de haberse dado a conocer, debido a la reacción pública frente al indiscutible nepotismo que demostraba, al ser el nuevo embajador propuesto (Pablo Piñera) el hermano del presidente; quien además no contaba con experiencia diplomática para tan delicada tarea.

Un hijo (Andrés  Chadwick Costa) y una nuera (J Solar Larraín) del Ministro del Interior Andrés Chadwick, que deben renunciar (el primero) y terminar la relación laboral (la segunda) al hacerse evidente que este sería un nuevo foco de presión por parte de la ciudadanía, atenta a las reiteradas situaciones de nepotismo del nuevo gobierno; lo que se complicó aún más debido al dictamen de la Contraloría General de la República, que cuestionaba el mecanismo de contratación de Chadwick Costa.

Un Ministro de Hacienda (Felipe Larraín) que con una mano anuncia planes de austeridad fiscal por US$500 millones, mientras con la otra gasta cerca de US$6,000 del erario nacional para participar de un evento de exalumnos en Boston (Alumni Day de Harvard) de dudosa relevancia internacional y al cual había sido originalmente invitado con anterioridad a su designación como ministro de estado.

Un Ministro de Salud (Emilio Santelices) que sufre un grave revés, al ver que su protocolo de aplicación de la objeción de conciencia es cuestionado por la Contraloría General de la República, organismo que,  confirmando lo ya señalado por la oposición, indicó que el citado documento no se ajustaba a derecho y deberá ser dejado sin efecto por el nuevo gobierno.

Una Ministra de las Culturas (Alejandra Pérez) que se ve obligada a pedir la inmediata renuncia al director del Museo Histórico Nacional (Pablo Andrade), quien había autorizado la inclusión de una cita e imagen del dictador Augusto Pinochet en una de las muestras temporales del museo, titulada “Hijos de la Libertad”.

Un Fiscal Nacional (Jorge Abbott) que se ve seriamente cuestionado en su imparcialidad al reconocer públicamente que durante el proceso de postulación al cargo de Fiscal Nacional se reunió con altos personeros de la política chilena, algunos de ellos hoy miembros del gobierno (el actual Ministro de Justicia Hernán Larraín) y abogados patrocinantes de acusados en los casos Penta,  SQM, Chadwick  (A. Espinoza, Ciro  Colombara); reuniones en las que incluso habría manifestado su animosidad en contra del fiscal Carlos Gajardo, reconocido persecutor en el caso Penta.

Una institución de Carabineros de Chile que, pese a los esfuerzos  comunicacionales del Gobierno, sigue viéndose en el ojo del huracán y enfrenta ahora la renuncia del General Mauricio Murillo, quien había sido ascendido a ese cargo por el recientemente nombrado Director General, Hermes Soto. El General Murillo debió renunciar al reconocer que había mentido en sus declaraciones en la investigación interna generada a raíz de la publicación de las sanciones de que había sido objeto el nuevo Director General por frecuentar un prostíbulo en los inicios de su carrera.

Los ejemplos antes mencionados dan cuenta de un gobierno que, pese a los esfuerzos iniciales, se ve complicado y enredado en problemas similares a los que tanto criticó en las administraciones anteriores.

El cambio prometido no ha ocurrido y así como van las cosas difícilmente ocurrirá.

En cada uno de los hechos descritos observamos una total desprolijidad en la forma de ejercer el gobierno, cayendo en algunos casos en la improvisación y en otros en la soberbia, esa que insiste en el error. Una de las grandes y válidas críticas al gobierno de la presidenta Bachelet fue la falta de prolijidad en la planificación e implementación de algunas de sus reformas y un cierto grado de amateurismo en el manejo político. Los acontecimientos de las últimas semanas evidencian que el actual gobierno adolece, desde de sus inicios, de males similares. Un presidente Piñera soberbio y a veces alejado de la realidad; ministros poco preparados y que improvisan en temas de gran trascendencia, como la salud y la educación; ministras que intentan ocultar con el dedo la obvia incongruencia de algunos actos de la administración actual; decisiones políticas y administrativas que evidencian una falta de análisis político inaceptable; y una incapacidad de prever y prevenir errores no forzados.

Y en esta nueva administración, la situación antes expuesta se ve agravada por la presencia de un elemento adicional; la falta de un claro compromiso con la ética y la moral en el ejercicio de la función pública. En los cuestionables acontecimientos que nos ha tocado presenciar en estas semanas, hemos observado un Ejecutivo que, al defenderse de las acusaciones de nepotismo o la falta de criterio en la utilización de fondos públicos para actividades claramente privadas, continúa justificándose en una supuesta legalidad más que en el carácter ético y moral de su actuar. Lo anterior demuestra nuevamente una falta de sintonía con el sentir de la ciudadanía, que hoy exige no sólo legalidad, sino que integridad y ética.

Lo que el gobierno, sus asesores y algunos personeros del mundo político aún no entienden es la importancia de la percepción que la ciudadanía tiene de su actuar. La percepción juega un rol fundamental en nuestra existencia; la percepción nos proporciona información acerca del mundo en que vivimos, facilitando así nuestra adaptación a la realidad que nos rodea. Las percepciones existen en función de lo que diariamente ocurre en la vida y en función de las acciones propias y de terceros; y son ellas las que nos permiten interpretar y comprender el entorno, sin que sean necesarias explicaciones externas del mismo.

Cuando el presidente designa a su hermano como embajador, la ciudadanía percibe nepotismo. Cuando el Ministro de Hacienda gasta dineros fiscales en una actividad privada, la ciudadanía percibe una falta a la ética. Las explicaciones sobran.

El actual gobierno cuenta con una mayoría de medios de comunicación que le son afines y que, por la vía de bajarle el perfil a los acontecimientos que afectan negativamente a la nueva administración, intentan manipular a través de alambicadas explicaciones las percepciones de la ciudadanía. Lo que en anteriores gobiernos hubiera sido materia de un escándalo, repetido una y otra vez por los medios de comunicación controlados por la derecha económica, hoy pasa casi desapercibido; salvo por contadas excepciones.

De no mediar un cambio importante y urgente en la manera de conducir la actual administración, la paciencia de chilenos y chilenas se agotará, dando paso a más y mayores expresiones de frustración por parte de la ciudadanía, que harán muy difíciles los próximos tres años y medio de gobierno.

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1 Comentario en DEL NEPOTISMO Y OTROS MALES.

  1. Tiene mucha razón Maroto, al final de su artículo, ‘la paciencia de los chilenos se está agotando’.

    Hace pocos días ‘sufrimos’ la visita del Ministro de OO PP, el economista Juan Andrés Fontaine. Nos dejó algunos comentarios que denotan su absoluto desconocimiento de los temas de su cartera y otros que lindan con la falta de respeto hacia los ciudadanos, como cuando mencionó en una entrevista de Canal 9 de TV que «¡algunas personas se suben por el chorro, con lo que piden!» Que lamentable.

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