«No podemos resolver la crisis climática sin cambiar nuestra relación con la naturaleza y con nosotros mismos.»

Naomi Klein.

Actualmente nos leen en: Francia, Italia, España, Canadá, E.E.U.U., Argentina, Brasil, Colombia, Perú, México, Ecuador, Uruguay, Bolivia y Chile.

El enemigo está en la casa.

En comentarios anteriores, hemos destacado que el Gobierno Piñera II ha estado viviendo bajo condiciones extremadamente favorables. Una sólida mayoría electoral lograda en diciembre de 2017, le daba un respaldo inusitado a un gobierno de centro-derecha,  y virtualmente dejaba en la lona al variopinto abanico de  sus opositores. A lo dicho, debe sumarse el antecedente de que desde el mismo día en que asumió Bachelet II,  el ahora presidente inició  su campaña de retorno al poder desde Apoquindo 3000. Reclutó funcionarios, amarró a nombres importantes de la UDI (a tal extremo que esta colectividad ni siquiera hizo amago de levantar una postulación propia,  y se posicionó como carta indiscutible de su sector. Paralelamente, su actual Ministro de Hacienda Felipe Larraín instaló su propio equipo (¡Cómo no!) al alero de la Pontificia Universidad Católica y,  desde Clapes,  disparó a diario contra la gestión de la Presidenta. En resumen, cuatro años de campaña. Y, se supone, de trabajo programático.

Se ha constituido en una constante histórica el hecho de que todo nuevo gobernante goza de unos seis meses de plácida “luna de miel”. Sin embargo, a pesar del trimestre  constitucional  que media entre la elección y la asunción, la instalación fue tremendamente complicada, al extremo que a los pocos días se registraron sucesivas renuncias de seremis, gobernadores, intendentes y jefes de servicios. Y ahora se vislumbra la inminente destitución de un par de ministros a lo menos, cuya aprobación y conocimiento por parte de la ciudadanía, bordea el 20%.

Los “errores no forzados” de los ministros Felipe Larraín, Santelices, Varela y Valente, aproblemaron al Presidente,  quien se vio obligado a  arriesgar su capital político para salir a poner la cara en su defensa. Pero, nada es gratis en esta vida. Si bien las encuestas Cadem y Adimark (acusadas permanentemente de ser muy cercanas “a palacio”)  encendieron las alarmas mostrando caídas en la aprobación presidencial, fue la realizada por la firma “Criteria Research” la que selló la semana: 11% de caída y fuerte aumento del rechazo.

Resulta curioso que  un Poder Ejecutivo que en su relación con la ciudadanía pretende manejar  muy hábilmente los problemas de “imagen”, “redes sociales”, “medios”, (para lo cual ha contratado en el gobierno central una cincuentena de periodistas y expertos),  se encuentre en esta situación.

No se puede negar que una de las razones importantes que influyó en la votación de Piñera, radicó en la perspectiva de una buena  gestión económica frente a la titubeante y liosa gestión de su antecesora. Por ahora, en 130 días, se registran  un aumento estadístico de la desocupación; cierres importantes  de empresas (CIAL en Temuco; IANSA en Linares;  Maersk Containers en San Antonio; Fideos Suazo en Talca; altos despidos (Entel) y una actitud poco dinámica del Ministro del Trabajo en conflictos laborales importantes (Isapre Nueva Másvida, con 55 días de huelga; Escondida, con inminente paralización; Codelco en conflicto), todo lo cual daña indefectiblemente la imagen del Gobierno.  Si a ello se suma el pésimo manejo del Ministro Valente en la discusión del proyecto de pago oportuno a las PYMES (disminución paulatina de plazos para llegar a los 30 días ¡en tres años más!, es decir para cuando asuma un nuevo Gobierno), es obvio que las cosas se complican.

Lo más grave, por supuesto, se da cuando se quiebra el frente interno.

Hasta ahora, el Presidente se ha manejado con el criterio, muy básico por lo demás, de que tiene asegurada la lealtad de Renovación Nacional y que, por consiguiente, solo debe preocuparse de prestar atención a la UDI, para lo cual cuenta con Chadwick, su colaborador más inmediato. Pero, el conflicto subterráneo ya se hizo público. El diputado Mario Desbordes, presidente de RN,  el jueves 2 declaró: “Renovación Nacional no ha sido maltratada sino que pisoteada”; “No hay ningún servicio público con proyección social donde haya un director de RN”, y mencionó los casos específicos  de Indap, Injuv, Fosis, Sercotec, Sernameg. El diputado RN René Manuel García, por su parte: “Mario Desbordes nos ha alineado para no causar problemas al Gobierno pero van a tener que venir de rodillas a pedirnos el voto”. El problema se ha extendido como un reguero a regiones. Felipe Cisternas, Secretario General de RN, enfocó sus tiros hacia el Intendente del Bío Bío, el ex diputado UDI, Jorge Ulloa: “El señor Ulloa no tiene cultura de coalición, no tiene sentido de equipo. Ha sido avasallador e impertinente y con un severo desconocimiento de la realidad política nacional. La coalición no necesita almirantes, necesitamos autoridades serias, no prepotentes. Que sepa el señor Ulloa que con Renovación Nacional no se juega”. Acto seguido, la bancada de diputados del partido, pidió su remoción.

Si el presidente Piñera no toma ahora las decisiones que tiene que tomar, sin duda que la situación se agravará. Es imposible que persista en una actitud evasiva frente a un conflicto que ya se hizo público. Es terriblemente dañino para la autoridad  mantener un ambiente  de indefinición. Y lo peor es que ello afectará  al país al generar un clima de incertidumbre que nadie desea.

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