EL ESPEJO TRIZADO: TERRITORIO, CIUDADES Y LA GENTE DE LA REGIÓN DEL BIO BIO (PARTE III DE III)
El siguiente texto es curiosamente una síntesis de análisis anteriores que se escribió hace ya 13 años (2004), y el sentido de publicarla ahora sin cambios es para constatar que lo que pensábamos hace más de una década permanece casi invariable, con muy escasos o notorios cambios. Eso significa que a ese ritmo gente como yo no alcanzará a disfrutar de un verdadero desarrollo en el país y en las regiones, y que nuestra trayectoria vital profesional en la periferia santiaguina puede parecernos si no infructuosa, casi una desilusión. Cuando recién salidos de la Universidad de Chile nos anclamos en la provincia entonces tan prometedora (1964), el mundo, el país, la región nos eran anchos y prometedores, y en ese contexto desarrollamos nuestra vida profesional, siempre con la gran ilusión de un desarrollo integral. Y si en verdad ha habido cambio, queríamos mayor celeridad. No ha sido fácil, no ha sido rápido; aun nos queda ilusión. Para eso esta especie de crónicas de la contingencia a los ojos de un arquitecto con ya muchos años de “navegación” territorial y urbana, en el sur de Chile, al sur del mundo.
Este articulo se publicará en tres partes, en ediciones sucesivas de Ventana Ciudadana
III. LAS CIUDADES-ESTADO Y SUS MICROREGIONES
La idea de la antigua ciudad-estado se reedita contemporáneamente en los países desarrollados y, también en los “en vías de desarrollo” o “de economía emergente” como dicen los informes tecnocráticos de manera elegante. Una ciudad-estado es Nueva York, que no necesita ser la capital de Estados Unidos para ser harto más conocida y harto más vital de Washington D.C. El solo presupuesto que maneja anualmente supera con creces los de varios países como los nuestros. El caso más espectacular ha sido, en cualquier caso, el de Hong Kong, verdadera ciudad-estado con status de tal hasta hace muy poco. Las capitales de los países subdesarrollados con mayor razón pueden calificarse como ciudades-estado, por su gran centralismo y/o protagonismo en relación con lo que es el resto de sus territorios. Las capitales sudamericanas o latinoamericanas también entran en ese juego. ¿Quién puede decir en Chile que Santiago no es, precisamente, Chile? Porque aquí la cosa es como si el territorio no existiera, o como si fuera algo lateral, apenas colgado de algún modo a Santiago, es decir a Chile.
Con los grandes problemas que Santiago tiene y que están continuamente emergiendo (inundaciones, transporte público, conectividad urbana, polución), todos los chilenos sabemos que las grandes inversiones se concentran allí: la tajada más grande del presupuesto va a ser siempre para el dueño de la casa, para paliar, o remediar si se puede, la situación. El gobierno y los políticos lo justificarán porque allí está aglomerada casi un 60% de la población del país, lo que es una aberración per se. Y las condiciones en que viven, cuando hay catástrofes naturales se ve que no son las mejores. Por ejemplo (ya clásico) la inadecuada habilitación del territorio urbano cuando hay grandes lluvias. Claro que casi lo mismo pasa en las ciudades y en los campos provincianos, pero se nota harto menos.
Nuestro pensamiento es que en este país siempre vamos a tener a Santiago como la ciudad-país que ahora es: Región Metropolitana se llama. Por mucho que los territoriales del norte o del sur den la pelea, no le van a quitar a Santiago sus privilegios y el manejo de las cuentas nacionales a su entero amaño. Y es porque allí está la sede del Gobierno, y es donde vive la clase política, y también la oligarquía. Allí se emplaza el Poder: el poder político y el poder económico, los que casi siempre finalmente convergen. Y es que en la historia de la humanidad siempre han convergido. Lo interesante sería que el gobierno, o los políticos, dejaran desarrollarse a otras ciudades del país como mini ciudades-estado, como pueden ser las capitales regionales. Pero más que eso, se pueden potenciar otras ciudades también importantes, como pueden ser, en el caso de nuestra región, las ciudades de Los Ángeles y Chillán. Y en otras regiones ciudades como Valdivia y Osorno, que tampoco son cabezas de regiones. Y aquí es donde entra a tallar otro concepto antiguo, pero muy natural y desde siempre vigente, aunque rara vez potenciado: el concepto de micro región. Podemos hablar así, en muy gruesas líneas, de un nuevo esquema de desarrollo físico en el territorio: las micro regiones y sus ciudades cabeceras, o “ciudades estado” como podríamos decir un poco en broma.
La regionalización hasta ahora no ha funcionado como se quería, o no como los regionales ingenuamente queríamos. Ya hasta el significado o el concepto se nos ha puesto difuso. Pero, si se pretende darle nuevos impulsos, y nuevas formas de hacerla, la alternativa de las microrregiones con sus ciudades cabeceras, que harían las veces del motor o tractor de un verdadero desarrollo territorial, no es algo tan insólito o tan utópico. Fue una de las alternativas de regionalización que se analizó en la década del 60, en ese entonces por la Dirección de Planeamiento del Ministerio de Obras Públicas, precursora en el planeamiento territorial y regional en Chile, antes de los estudios regionales que hiciera Odeplán en el gobierno de Frei Montalba, antes que se creara el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, y mucho antes que existiera la Comisión Nacional de Regionalización Administrativa del gobierno militar, que finalmente definió las regiones y creó la actual división administrativa del país.
Ahora la micro-regionalización es una alternativa que han estado planteando, de un modo un tanto análogo, las ciudades de Osorno y Valdivia, en la Región de Los Lagos. Y aquí, en nuestra Región del BíoBío, se ha estado planteando en Chillán, por su gente y sus parlamentarios. No parece entonces algo tan utópico o muy soñador.
Y lo que está más que claro, porque el centralismo y sus efectos no dan para más, es que el país va a tener que reformular y repotenciar un proceso de descentralización y de desarrollo real en el territorio, sea éste por regiones o por microrregiones. Es entonces esta última una alternativa válida. La otra, más válida aún según personalmente pienso, es el de las ciudades estado mayores, es decir el federalismo. O por decirlo a la manera española, las autonomías.
ANTONIO ZELADA ESPINOSA, ARQUITECTO U. DE CHILE, 1965
POST TITULO PROGRAMACIÓN DEL DESARROLLO URBANO COMUNAL CENTRO INTERDISCIPLINARIO DEL DESARROLLO URBANO, CIDU, PUC 1966
AREAS DE DESEMPEÑO PROFESIONAL: DISEÑO ARQUITECTÓNICO (CONCURSOS), URBANISMO, PLANIFICACIÓN TERRITORIAL, PAISAJISMO. DOCENCIA UNIVERSITARIA (UBB, UDEC)
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