«Somos naturaleza. Poner al dinero como bien supremo nos conduce a la catástrofe»

José Luis Sampedro

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El panorama antes de comenzar el partido

José Víctor Núñez Urrea

Sociólogo Universidad de Lovaina, Bélgica.

I. DEFINICIONES PREVIAS


1.  LA CONSISTENCIA

1.1. Propiedad de las cosas resistentes y duraderas o difíciles de alterar y tiene que ver con duración, firmeza, resistencia, solidez y estabilidad. Un argumento sin ninguna consistencia nunca convencerá a nadie.

1.2. El termino Consistencia podemos asociarlo genéricamente con la solidez de una estructura o del material que sea.  La palabra consistencia nos permite evaluar cuál es la calidad requerida en términos de firmeza de algo.

1.3.  En metalógica, la consistencia o consistencia lógica es la propiedad que tienen los sistemas formales cuando no es posible deducir una contradicción dentro del sistema.

1.4. Generalizando, la consistencia es una propiedad que pueden tener los conjuntos de fórmulas.  Intuitivamente, un conjunto de fórmulas es consistente cuando no es posible deducir una contradicción del mismo. Es decir, dado un lenguaje formal y un aparato deductivo, no es posible demostrar una fórmula y su negación.

1.5. Cualidad de lo que es estable, coherente y no desaparece fácilmente.

Sintetizando estas diversas definiciones, podemos decir que la consistencia es principalmente una cualidad de las cosas o una actitud de las personas, que se refiere a la estabilidad y solidez identitarias a lo largo del tiempo.    Esto no puede interpretarse como una condición inamovible; sólo indica que no es fácil de cambiar y que suele no admitir la posibilidad de una coexistencia entre lo que representa (su naturaleza o su verdad) y su contrario.

La consistencia construye credibilidad.

2. LA COHERENCIA

2.1. Se denomina coherencia a la relación, conexión o unión de unas cosas con otras, o aquello que interconecta o mantiene unidas las partes de un todo.

2.2. Se conoce como coherencia la relación lógica y adecuada entre las distintas partes que conforman una totalidad.

2.3. Se llama coherencia a la actitud consecuente de una persona en relación con una postura asumida anteriormente. En este sentido, cuando se dice que alguien es coherente, es porque se ve que sus actos se corresponden a su postura.

2.4. La coherencia es la forma de los textos bien estructurados que permite concebirlos como entidades semánticamente comunitarias, de manera que las diversas ideas secundarias aportan información relevante para llegar a la idea principal, o tema, de manera que el lector pueda encontrar el significado global de la comunicación del texto.

2.5. La coherencia es aquella relación que es efectiva entre dos o más cosas, y, por lo general, se aplica para describir aquella concordancia entre las ideas y las acciones de una persona, y también para señalar aquellos movimientos o acciones que deben corresponder con lo que se considera normal.

Sintetizando, estas diversas definiciones podemos decir que la coherencia es esencialmente una cualidad delas partes de un todo o una conducta   que nos habla de integridad y disposición de una persona, de una forma de pensar o de una organización, a adaptarse a nuevas circunstancias o a desafíos emergentes    Esto no puede interpretarse como expresión de labilidad o de inestabilidad; sólo indica una apertura a cambiar pertinentemente y suele admitir la posibilidad de una coexistencia entre lo que propone (su verdad) y la existencia de otras propuestas (otras verdades) contrarias.

La coherencia construye confianza.

II. EL LIDERAZGO POLÍTICO

Unadelas dificultades para que un pueblo reconozca el liderazgo de un político o de una organización política, es que tenga (o se le atribuya) un elevado nivel de consistencia en sus actitudes políticas y en sus propuestas a la comunidad, así como un alto grado de coherencia demostrable entre sus discursos y sus conductas o sus decisiones. Basta con observar la percepción que existe sobre la “clase política” para entender la magnitud de esta dificultad.

Desde este punto de vista, muchos afirman – me incluyo – que, en nuestro país, existe una gran carencia de líderes políticos de la talla de Eduardo Frei M., Jorge Alessandri R., Salvador Allende, Radomiro Tomic, Gladys Marín, Patricio Aylwin, Clodomiro Almeyda, Raúl Rettig, Volodia Teitelboim, Bernardo Leighton, etc. De esta categoría de políticos, podríamos decir que sólo sobrevive Ricardo Lagos y, por eso, es tan lamentable la ceguera (léase estupidez) de los dirigentes de los partidos de la “Nueva (?) Mayoría”, en los momentos que debieron elegir el candidato a la Presidencia en la última elección, que, la verdad, no se presentaba muy fácil para la centro izquierda, después del gobierno de Michelle Bachelet

Mirando a los sucesos de octubre, la carencia en comento se hizo dramáticamente evidente, especialmente en el sector de la centro izquierda. En la centro derecha la situación no es muy diferente, pero el disponer del poder y los recursos de gobierno, le daría, en principio, una mucho mayor capacidad operativa, para conquistar la aprobación y buena voluntad del pueblo chileno.  Sin embargo, su ineptitud y sus frecuentes errores han impedido que pueda aprovechar esta situación para alcanzar un eventual liderazgo.

Intentemos una breve revisión del liderazgo en los partidos políticos cholenos:

-> En la centro derecha, que, por definición, se rige por criterios de conveniencia, se observan diversas dificultades en la acción de sus líderes.

  • Renovación Nacional (RN), fundado en abril de 1987, es un partido que se define de centro derecha, con una ideología liberal de tradición conservadora algo más moderada que su principal aliado. Actualmente vive dos nítidas  tensiones: Por un lado, dentro de la coalición Chile Vamos, las posiciones adoptadas por su presidente le han significado públicos conflictos con el gobierno y los otros partidos de la coalición; por otro lado, la ambición presidencial del senador Allamand lo indujo a cambiar una posición política inicialmente idéntica a la del presidente de su partido y a adoptar otra  exactamente contraria y, después, a desafiar el liderazgo de Desbordes, obligando a su partido a reconocer que está dividido entre al apruebo (Desbordes) y el rechazo (Allamand).  El gobierno estaría apoyando la posición de Allamand, cuya esposa, la ex ministra Cubillos, militante de la UDI, se trasladó al comando por el rechazo, supuestamente con la entusiasta anuencia del gobierno y contraviniendo su publicitada declaración de prescindencia.
    La publicitada división interna respecto de lo que ocurre en el país desde el “estallido social” y de cómo deben actuar en el plebiscito, ha producido un profundo quiebre en la percepción pública de la consistencia de su dirección política, a pesar de la coherencia mostrada por Debordes. Esto implica una pérdida de credibilidad.
  • Unión Demócrata Independiente (UDI), fundada por Jaime Guzmán en 1983, es un partido de ideología anticomunista y radicalmente conservadora, aparentemente más unido que RN, pero que hoy también muestra dos tipos de tensiones en su modelo de liderazgo.  Por un lado, existe una soterrada resistencia interna al estilo autárquico de su presidenta, que parece estar ganando fuerzas en el último tiempo, y, por otro, la pérdida de militantes hacia las posturas de derecha menos extremas, como las de   Evópolis. Es posible que la actitud conflictiva de su presidenta con los otros partidos aliados, no sea más que una estrategia para recuperar algo de su debilitada unidad interna, mediante el típico recurso de inventar enemigos o autodefinirse como víctima.
    Este partido es probablemente el que muestra la mayor consistencia en la forma de pensar y de actuar de su dirección a lo largo del tiempo, pero es, al mismo tiempo, el que más se destaca por la incoherencia de su directiva en sus posiciones políticas frente a los actuales desafíos del país, especialmente los surgidos desde los sucesos de octubre 2019.  Esto explicaría que la UDI pueda mantener aún una cierta credibilidad en los espacios donde suele operar, pero le costará mucho mejorar su confiabilidad fuera de esos espacios. 
  • Evolución Política (Evópolis), fundado como movimiento político en 2012 y constituido como partido en 2015, cuya opción ideológica de derecha es menos radical que la de la UDI, y propicia una democracia liberal, la igualdad de oportunidades, el libre mercado y una subsidiariedad activa del Estado. No muestra dificultades mayores en el liderazgo de Felipe Kast.
  • Partido Regionalista Independiente (PRI), fundado en julio 2006 es un pequeño partido de ideología centrista y regionalista con poca relevancia política y susceptible de ser absorbido por los otros, en cualquier momento. Su poca relevancia no requiere de un liderazgo relevante.
  • Partido Republicano, de muy reciente legalización al cumplir con el requisito de estar inscrito en tres regiones geográficamente contiguas, que corresponden a las de O’Higgins, Maule y Ñuble. En estos días, su líder, el ex diputado J.A. Kast reclama que Piñera no lo recibe y sostiene que se ubica en la oposición, pero, obviamente, de ultra derecha.  El principal problema de liderazgo es su aislamiento político por la singularidad extrema de sus posturas.

En estos tres últimos partidos, de tan poca trayectoria, poco se puede decir, más allá de lo ya descrito.

-> En la centro izquierda, que se rige por criterios de sentido y de justicia social también se observan varias dificultades, las que son más profundas que las de la derecha por su fuerte contenido ideológico.

  • Partido Comunista (PC), es un partido con una clara adhesión a la ideología marxista más tradicional, que fue muy golpeado por la dictadura militar, que posee una rigurosa disciplina interna la que, entre otras cosas, le permite soportar el permanente ataque de la institucionalidad política de la derecha.  Pero muestra una notoria dificultad para resolver la disyuntiva entre la autonomía identitaria y la participación en alianzas. Por ejemplo, su presidente al tratar el tema del plebiscito, declaró «Hemos aceptado el desafío de participar con toda nuestra capacidad movilizadora, conformado por los partidos que no firmaron el Acuerdo[1] y por numerosas representaciones sociales”. Aparentemente estarían interesados en articular un nuevo referente político social de inspiración reformista más radical o definida, lo que, obviamente, puede introducir una dificultad más a la oposición.
    A pesar de los cambios en la forma de pensar y de actuar que este partido ha debido asumir por la dramática persecución que sufrió durante la dictadura y desde los acontecimientos del mundo y de otras organizaciones congéneres, el PC muestra una gran consistencia, pero una algo menor coherencia adaptativa a las nuevas circunstancias sociales o políticas. Por eso, su influencia sólo se amplifica cuando opera desde coaliciones, pero su opción por privilegiar su consistencia identitaria, hace que su política de alianzas tenga severos ripios.
  • Partido Socialista (PS), es también un partido de inspiración marxista pero más renovada, con una gran tolerancia a la existencia de diversas fracciones internas, que paradojalmente conviven con un sistema decisional muy centralizado, lo que en más de una ocasión ha significado cambios inexplicables en su acción política, lo cual, sin duda, afecta su credibilidad.  Sin embargo, ha demostrado una amplia disposición a propiciar y participar en alianzas políticas, pero no siempre su aporte a una visión de país ha tenido la claridad y la convicción necesarias para conducir los procesos políticos hacia los propósitos declarados.  Es posible que el desgaste que necesariamente producen las sistemáticas contradicciones internas, debilite su cultura política, su capacidad visionaria y su posibilidad de crear sentido. 
    Aunque algunos analistas afirman que, por ser este partido el más “chileno” de los existentes, contará siempre con una base de seguidores que le aseguran la primacía entre los partidos de izquierda, Sin embargo, la difusión de sus conflictos internos, puede estar lesionando la confianza del público en la calidad de sus líderes, lo que, unido a su larga historia de inconsistencias, producto de su proverbial fraccionalismo interno, podría tener efectos catastróficos hacia el futuro.
  • Partido Demócrata Cristiano (PDC), fundado en julio de 1957 de la unificación de diversos grupos socialcristianos como la Falange Nacional, el Partido Conservador Social Cristiano y grupos escindidos del Partido Conservador, entra a la arena política, tal como lo sugiere su nombre, con la idea de incorporar en este espacio los principios cristianos y, más específicamente, las enseñanzas de la iglesia católica. En un mundo dividido en dos bloques, el capitalismo y el socialismo, ambos en sus formatos primitivos de post guerra en ese tiempo, el nuevo partido propuso lo que se llamó la “Tercera Vía”.  Pasado el tiempo, que para el PDC significó relativizar nítidamente su naturaleza cuasi confesional inicial, al llegar a los momentos que el autor Jacinto Rockefeller describió como: “los años sesenta fueron una época de crucial importancia en la Historia del mundo, que han tenido una influencia larga y profunda en su evolución. (…) por una revolución cultural que contribuyó a crear una nueva sensibilidad, que permitió la aparición de un mundo en muchos aspectos esencialmente nuevo” se conformó un contexto favorable a la llegada del líder del PDC, Eduardo Frei, a la presidencia de Chile, gracias a que su mensaje recogió muy bien la nueva sensibilidad, más allá del susto que le produjo el “naranjazo” de Curicó a la derecha de la época, que terminó apoyándolo.
    Sin embargo, el mundo y Chile sufrieron profundos cambios desde entonces y son muy distintos al mundo y al país de esa década. En el mundo, el proceso globalizador lo ha transformado en una sola aldea bajo el imperio hegemónico del capitalismo financiero encabezado por los grandes bancos norteamericanos (aunque más recientemente está siendo desafiado por el capitalismo manufacturero asiático).  En Chile, la dictadura militar forzó la instauración traumática de un modelo de desarrollo capitalista neoliberal perfectamente alineado con el mundial.  En este cuadro una “Tercera Vía” no tiene mucha cabida y, por lo mismo, este partido debió sufrir variadas escisiones hacia la izquierda, especialmente durante el gobierno de la Unidad Popular y hacia la derecha durante la dictadura (los “renegados”) y los gobiernos de derecha.
    Hoy muestra una conducta política pendular: apoyando en algunas materias al gobierno de la derecha y, en otras, alineándose con una oposición progresista.  Esto parece corresponder a la coexistencia algo tensa de sensibilidades o matices bastante contradictorios en su interior, que afecta, sin duda, a la consistencia de sus posturas políticas, de cara a la población y, al mismo tiempo,  lo hacen menos coherente y confiable para sus aliados y seguidores.
    Se podría decir que su futuro autonómico es incierto bajo la estructuración actual del mundo político.  Sin embargo, en una reformulación de este mundo, su militancia podría encontrar caminos propicios para cada matiz.
  • Partido por la Democracia (PPD), este partido fue fundado en el mes de diciembre de 1987 como una organización política instrumental cuyo objetivo fundamental era terminar con la dictadura militar y alcanzar nuevamente la democracia en Chile por medios políticos y pacíficos.​ En ese entonces, su fundador, Ricardo Lagos, , afirmó en la ceremonia de constitución que el único requisito para pertenecer a él era «estar en contra del sistema institucional del régimen del dictador Pinochet porque no conduce a la democracia, y además querer derrotarlo por medios políticos«.  Entonces concurrieron socialistas, radicales, socialdemócratas, liberales de la izquierda cristiana, del mapu, comunistas, incluso antiguos militantes de los partidos derechistas Nacional y Republicano.
    Considerando el propósito instrumental original y una vez logrado éste, el partido ha tenido más de una dificultad para justificar políticamente la prolongación de su existencia, más allá de una racionalidad electoral. En particular en su relativamente corta vida, esta dificultad se ha expresado en una cierta falta de consistencia y, desde el punto de vista de su coherencia, su desempeño ha sido algo mejor gracias a la seriedad reflexiva de su actual presidente.  
  • Partido Radical (PR), es el partido vigente más antiguo de Chile. Se fundó en diciembre de 1883, a partir de la derrota del bando rebelde en la revolución de 1859 muchos de cuyos miembros pertenecían al ala más subversiva del Partido Liberal, definiéndose, desde un principio, como un partido laicista, liberal igualitario y socialista democrático.     Ha participado en diferentes coaliciones políticas tanto con la izquierda democrática (Frente Popular, Unidad Popular, Concertación y Nueva Mayoría) como con la derecha liberal (Alianza Liberal, Unión Liberal y Frente Democrático). En 1994 se fusionó con el Partido Socialdemocracia Chilena, formando el Partido Radical Socialdemócrata, nombre que mantuvo hasta 2016, cuando retomó el nombre histórico de Partido Radical de Chile.
    Desde hace bastante tiempo, su imagen de ser una agrupación política anquilosada, sin luces y con poca capacidad de renovación, ha implicado que ocupe un lugar de mero acompañamiento a los partidos más activos dentro de las alianzas en las que participa.  También hace tiempo que, no obstante, su longevidad, no se lo considera una organización válidamente consistente y sus líderes son evaluados sólo por su coherencia, pero en el entendido de que, si no lo fueran, ello tendría poca importancia. 
  • Frente Amplio (FA), Los primeros antecedentes de las conversaciones tendientes a conformar una nueva agrupación política llevadas a cabo por un grupo de políticos jóvenes, se remonta a enero del 2016.  Entre ellos destacan los diputados Giorgio Jackson y Gabriel Boric, líderes de los partidos Revolución Democrática (RD) e Izquierda Autónoma (IA), respectivamente. Posteriormente, en el mes de mayo del mismo año anunciaban la creación de un “Frente Amplio” (inspirado en el Frente Amplio de Uruguay y el partido Podemos de España) convocando a distintos partidos y movimientos de izquierda.  El lanzamiento oficial del Frente Amplio fue realizado en enero de 201, ocasión en la que anuncian su objetivo de transformar el escenario político actual de Chile, sobre la base de propiciar una democracia participativa y la construcción de un nuevo orden social vinculado al feminismo. También se anunció la inscripción de candidatos a las primarias presidenciales y parlamentarias que se llevarían a cabo en julio
    Luego de las elecciones de 2017 se inició un proceso de reordenamiento entre los integrantes de la coalición que dio origen a la creación del partido Convergencia Social integrado por el Movimiento Autonomista (MA), Izquierda Libertaria (IL), Nueva Democracia (ND) y Socialismo y Libertad (SOL).   Por otra parte, la Izquierda Autónoma (IA) y Poder Ciudadano anunciaron su fusión en el partido Comunes.
    Posteriormente, en noviembre de 2019, tras la firma del “Acuerdo por la Paz Social y Nueva Constitución”, acordado entre los partidos del oficialismo y la oposición, los partidos Igualdad y Ecologista Verde suspendieron su participación en el Frente Amplio, a la espera que sus respectivas militancias confirmaran la salida de la coalición, cosa que efectivamente ocurrió poco más tarde con el partido Ecologista Verde. A las dos semanas de la firma del mencionado acuerdo el Movimiento Democrático Popular (MDP) también anunció su salida. A su vez, el Partido Igualdad anunció su renuncia al conglomerado el día 30 de noviembre.  Al día siguiente, el 1 de diciembre, el Partido Humanista anunció la realización de una consulta interna relativa a su permanencia en el Frente Amplio y el mes de diciembre confirmó su retirada del Frente Amplio. En el mismo mes el Partido Pirata de Chile adoptó la misma medida.
    Como se puede apreciar en esta breve descripción de la historia del FA, sus tensiones internas han resultado en frecuentes quiebres de la coalición, lo que necesariamente muestra una realidad de inmadurez política no menor y, lo que es más grave, de una trágica dispersión de las nuevas generaciones de políticos progresistas que podrían haber aportado a la necesaria renovación del pensamiento de este sector. Más aún, pese a los esfuerzos de algunos por demostrar buenos niveles de coherencia en sus dichos y sus actos, es evidente para la población que es una agrupación carente de toda consistencia y, por consiguiente, de dudosa credibilidad…Es, pues, una experiencia política fallida y un proyecto fracasado… desgraciadamente.

III. EL “ESTALLIDO SOCIAL” (OTRA MIRADA)

La expresión “estallido social” solo recoge una parte – no la más importante – de lo ocurrido el día 18 de octubre y siguientes, que es lo sorpresivo del suceso.  Pero lo que se escabulle detrás de esta expresión y, sin embargo, es esencial en este acontecimiento es que ocurrió contra algo y, desde este punto de vista, se trata de una rebelión social que, como se dijo, no fue causada por “30 pesos sino por 30 años”. ¿Por 30 años de qué? ¿Y por qué ahora? ¿Por qué bajo el gobierno de Piñera?


A riesgo de cometer un simplismo explicativo, quiero contradecir algo que yo mismo escribí hace algún tiempo, pero que hoy no creo y me refiero a aquello de que el alza de la tarifa del Metro fue la “gota que rebalsó el vaso”.  A mi juicio, lo que de verdad rebasó el vaso fue la insolente arrogancia y la pertinaz ceguera de los que constituyen lo que se caracteriza como la “elite del país”, claramente representada por el actual gobierno, arrogancia y ceguera perfectamente expresadas en el “oasis” de Piñera. 

Efectivamente durante 30 años, dicha elite se dedicó, a través de sus partidos, de los medios y mecanismos de comunicación (casi todos controlados por ella), de las prácticas económico-sociales, de una gran diversidad de instituciones culturales, educativas, previsionales y financieras, de los sistemas judiciales con ojos sin venda y manos muy abiertas, a instaurar, desde los tiempos de la dictadura   un modelo de país de inspiración neoliberal y profundamente desigual. En este proceso no excluyo la participación de los gobiernos de corte progresista, pero con menos entusiasmo (se supone).

En este contexto, las principales misiones (afortunadamente explícitas) del gobierno de Piñera eran consolidar el modelo y asegurar el control de la derecha del gobierno y del Estado, en el largo plazo.  Hay que decir que el proyecto de la elite fue el único prevalente de manera consistente durante los 30 años.

¿Y qué ocurrió, entonces?

Lo que siempre ocurre con los arrogantes. En algún momento se descubre y se hace evidente que la arrogancia y el abuso no son más que mecanismos compensatorios del miedo y una forma de disfrazar los pies de barro.  Ello ocurre casi siempre cuando la consistencia y la coherencia entran en conflicto basal. 

Efectivamente, cuando el pueblo chileno percibió que los efectos el proyecto país consistentemente promocionado durante treinta años, no era coherente ni con lo que se había prometido ni con las condiciones concretas de vida de la “inmensa mayoría” de los habitantes del país, ¡¡fue el momento de decir basta!!  y de rebelarse.

No cabe duda que la derecha y sus representantes se mandaron el susto de sus vidas (siempre le han tenido miedo a las “masas”) y fue casi chistoso observar lo vertiginoso del abandono de la arrogancia y de la aparición de palabras como “empatía”, “humildad” o “contención” en boca de los jerarcas del gobierno y de Chile Vamos… pero ya se les está pasando y se nota


[1]  “Acuerdo por la Paz Social y Nueva Constitución”, firmada el 15 de noviembre por la gran mayoría de los partidos

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