«No podemos resolver la crisis climática sin cambiar nuestra relación con la naturaleza y con nosotros mismos.»

Naomi Klein.

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El Presidente Perdedor y su Triste Presupuesto Nacional.

Guilmo Barrio Salazar

Desde Georgia, E.U.A.

Inmoral, cruel, sin corazón, son solamente algunas de las  palabras que inmediatamente se  nos vienen a la mente, al conocer el nuevo presupuesto federal de los EE.UU., al ver  los recortes propuestos que realmente afectarán a la población infantil de esta nación y  a las comunidades pobres de la actualidad, como también,  evidentemente,  a las personas hospitalizadas y a la población anciana que experimenta un  aumento increíble.  Así es, el presupuesto nacional es todo eso.  Pero, aquí tienen una palabra adicional que necesitamos escuchar con más frecuencia: ESTÚPIDO. El presupuesto de Donald J. Trump solamente trabaja dentro de una decadente teoría económica, la desacreditada idea que los cortes masivos en los pagos de sus contribuciones impositivas para los millonarios, según señala este presidente,  promoverá un enorme crecimiento económico en este país.

Los recortes propuestos por Trump ocasionarán serios problemas para la economía de los Estados Unidos de Norteamérica, especialmente en lo que se relaciona al cuidado de la salud, y en la competitividad dentro del poder mundial.  Para un tipo a quien sólo le importa «quien es el mejor», su presupuesto «Por la Grandeza de la Nueva Fundación Norteamericana», como lo ha dicho repetidas veces, es obviamente descorazonadora, y verdaderamente significa «No Compitamos».

Si Trump y sus cobardes seguidores de la extrema derecha desean «Hacer América Grande Otra Vez», debieran observar lo que China está haciendo hoy en día, también lo que la clase media está haciendo en los países europeos, países que dentro de sus escalas sociales, tales como la igualdad de género humano, la mortalidad infantil, y el cuidado de la salud ciudadana, están miles de kilómetros más adelantados que nosotros en «gringolandia». Además se debe mirar hacia atrás y ver lo que esta nación ha hecho en el pasado.

Primero, saquemos lo más obvio a la luz pública.  De los cinco países con sus economías nacionales más sobresalientes a nivel mundial: China, Japón, Alemania, los EE.UU., y el Reino Unido, el gobierno estadounidense es el que gasta mucho más en sus esfuerzos militares:  El presupuesto anual en los gastos militares norteamericanos es de $653.110.000.000 dólares, lo que talvez para muchos de nuestros lectores sea difícil comprender, así que para facilitarles un poco su entendimiento, esta cantidad mencionada equivale a gastar $1 millón 200 mil dólares por minuto.  Los otros cuatro países, en forma combinada entre todos ellos invierten $351.000 millones de dólares.  Mientras en Japón y el Reino Unido invierten un 55% de su presupuesto en el cuidado de la salud ciudadana, y en los pagos de las jubilaciones, en los EE.UU. eso es sólo un 20%.  Esto era antes de que el presupuesto de Trump presentara sus recortes relacionados con una «austeridad».

Debemos comprender que los gastos militares en los Estados Unidos de Norteamérica incluyen los 3 millones de empleados que trabajan para El Pentágono.  Esta institución militar y de seguridad nacional tiene el 80% del inventario del gobierno federal, incluyendo los $7.000 millones de dólares de materiales en exceso, obsoletos y sin ninguna utilidad de servicio, como aviones, tanques y submarinos anticuados, que solamente están ocupando un gigantesco espacio en algún lugar del país.  Todos estos gastos los pagan los ciudadanos con sus impuestos  y constituyen  un robo para aquellas personas que sufren de hambre en el país, y asimismo  para los que padecen frío y no cuentan con una ropa apropiada durante los inviernos, según así lo señalóló el que fuera presidente de la nación:  Dwight D. Eisenhower durante su época.

Lo que un día hizo a esta nación ser líder mundial en el sistema de alta educación, y en sus métodos de investigación y desarrollo, hoy Trump ha propuesto cortar el presupuesto federal de educación en un 14%, afectando los préstamos educacionales, lo que hará aún más difícil para los estudiantes de bajos ingresos poder matricularse en las universidades del país.  Por otro lado, China ha determinado invertir mucho más en asistir a los estudiantes universitarios, adjudicando $3.000 millones de dólares en la primera fase de un programa de 5 años.  Además, China está en tercer lugar en el mundo en cuanto a investigación y desarrollo se refiere, después de Japón y los EE.UU.

Si uno observa las inversiones en  “investigación y  desarrollo”, Corea del Sur actualmente está en primer lugar, invirtiendo un 4.3% de su presupuesto, en comparación con el 2.5% de los Estados Unidos.  Además, delante de Norteamérica están:  Israel, Japón, Finlandia y Suecia.  El presupuesto «No Compitamos» de Trump propone cortar en un 11% los fondos de la Fundación Nacional de la Ciencia, también del Centro de Control de las Enfermedades, como además del Instituto Nacional de la Salud, y el equivalente a $1.000 millones de dólares del Instituto Nacional del Cáncer.  En resumidas cuentas, esto significa un recorte de un 17% en  todas las investigaciones federales.

Mientras tanto, están los reducciones  en los pagos de sus impuestos para las clases mil-millonarias del país, que aún no han pagado las contribuciones que les corresponden. Esto,  supuestamente, generará  un «torrente de crecimiento», lo que es algo que nunca ha ocurrido en el país.  Actualmente, el promedio de las contribuciones, para aquellos que ganan más de $418.000 dólares anuales, es de un 39.6%, pero no son muchos de esa clase que realmente pagan esos impuestos. Bajo la administración del presidente Dwight D. Eisenhower la clase mil-millonaria pagaba un 91% en sus contribuciones, y según lo propuso el presidente John Fitzgerald Kennedy, y luego activado por Lyndon B. Johnson, la clase pudiente pagaba el 70% en impuestos de sus ingresos anuales.  Esto motivó un crecimiento en la creación de los trabajos, y el ingreso anual promedio de los trabajadores aumentó significativamente durante el período de esos tres presidentes.  ¿Cuáles fueron los resultados en esa época?  De acuerdo con el historiador en economía David Shreve, cada día la gente gastaba más, lo que se conoció como «una amplia prosperidad y un crecimiento irrompible de larga duración en la historia estadounidense».

Así que si Donald J. Trump y los republicanos nos quieren llevar a un abismo con este presupuesto, los progresistas deben enfatizar y poner en fila esta crueldad.  Pero debemos reiterar también, en términos que Trump pueda comprender, que existe un plano para asegurar que los EE.UU. abandone su liderazgo intelectual y todo lo que hace por los económicamente fuertes, este es un país competitivo, que en una ocasión, permitió la creación de una clase media floreciente.  En otras palabras, el presupuesto nacional que ha presentado es completamente estúpido, es un presupuesto para perdedores.

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