«No podemos resolver la crisis climática sin cambiar nuestra relación con la naturaleza y con nosotros mismos.»

Naomi Klein.

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EL SORPRENDENTE CASO DE JOHN DOE Y LOS "PANAMÁ PAPERS"

Análisis político.

René Fuentealba Prado, abogado.

John Doe se comunicó una tarde con el director del periódico alemán “Süddeutsche Zeitung” para ofrecerle un valioso material informativo. Su oferta despertó la inmediata atención del periodista quien preguntó: “¿Cuánto?” Pero John Doe, para su sorpresa, dijo: “Cero. Es gratis. Mi única condición es que no se dé ningún contacto personal entre nosotros y que toda comunicación sea encriptada”. Jamás el profesional de la prensa imaginó lo que recibiría: 11,5 millones de documentos.

La trama de esta novela se inicia en abril de 2015. La  cantidad de información era superior a la suma de todas las filtraciones producidas hasta la fecha en el periodismo moderno. Süddeutsche Zeitung, abrumada, decidió compartir su tesoro  con 100 medios de comunicación, de 80 países. John Doe (Fulano de Tal, en español) hizo trabajar en silencio,  durante un año, a 400 periodistas. Una férrea alianza reunió, entre otros, a periodistas de The Guardian, Le Monde, BBC, La Nación y CIPER (de Chile) y del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

John Doe había puesto a disposición de los medios de comunicación, información obtenida clandestinamente del bufete de abogados Mossak – Fonseca, de Panamá, oficina dedicada a constituir y a asesorar  “empresas de papel” a requerimiento de clientes de todo el mundo para salvaguardar la privacidad de los orígenes y destinos de enormes sumas de dinero.

Los sabuesos de la prensa pesquisaron propiedades, empresas, activos, ganancias y evasiones tributarias de Jefes de Estado y de Gobierno, de líderes de la política mundial, de “personas políticamente expuestas”, de personalidades de las finanzas, de los negocios, del deporte y del arte.

Los nombres de David Cameron, Putin, Messi, Almodóvar, se mezclaban en esas páginas  con nuestros criollos Iván Zamorano y Agustín Edwards. Seguramente, también aparece mencionado Laurence Golborne ya que problemas de esta naturaleza frustraron en el 2013 su candidatura. Entre las empresas nativas aparecían AES Gener, Coca Cola Embonor, Copec, CCU, CMPC, ENTEL, Sigdo Koppers, las sociedades Cascadas de SQM e, incluso,  la estatal CODELCO.

Los “Panamá Papers” constituyen, sin duda, la novedad del año. Pero, para quienes se han preocupado de investigar estas materias, no  son sino la explosión pública de “algo raro” que estaba aconteciendo debajo de la alfombra. La administración tributaria de Alemania las pesquisaba en relación con sus contribuyentes desde el 2014, La O.C.D.E. investigaba y preparaba normas para impedir este oscuro negocio. El periodista Nicholas Shaxson, ya en 2011, había impactado a Europa y los Estados Unidos con su obra de investigación “Las Islas del Tesoro. Los paraísos fiscales y los hombres que se robaron el mundo”, libro que, curiosamente, en Chile tuvo escasa difusión en los medios y poco análisis en la academia.

En el lenguaje actual, se habla de “paraísos fiscales”, expresión preferida por el traductor al español de la mencionada obra y a la que atribuye una cierta connotación positiva o a lo menos neutra, aunque reconoce que, dado el carácter más bien siniestro de las operaciones que se realizan en estos territorios, más bien debieran reconocerse como “guaridas fiscales”.

Inmediatamente de dada a conocer la información revelada por el misterioso John Doe, muchos de los que se sintieron afectados por ver aparecer sus nombres en esta cuestionada lista  (Cameron, Zamorano, Edwards, Almodóvar…) se apresuraron en puntualizar que los dineros albergados en estos paraísos o guaridas, habían sido obtenidos legítimamente y que, por supuesto, en cada caso se habían cumplido cabalmente las obligaciones tributarias correlativas.

Evidentemente, en la inmensa nómina hay “casos y casos”. Entre los 250.000 clientes del bufete Mossak – Fonseca, hay casos de corporaciones públicas y privadas que han actuado legítimamente. Tal sería el caso de la  estatal Codelco  que estableció sede en Panamá para tener un domicilio en territorio neutral en un acuerdo internacional de explotación minera. También se dan los casos de particulares que han adquirido bienes a través de corporaciones de papel para evitar que les suban el precio o para eludir conflictos familiares. La variedad de situaciones es enorme.

Sin embargo, al analizar el problema se debe tener en cuenta que estos inversores y ahorrantes de papel, por muy legítimas que puedan ser sus conductas, están cohabitando con sujetos que se mueven en el campo del financiamiento del terrorismo, del lavado de dinero, de la evasión de impuestos, de las acciones delictuales, del financiamiento clandestino del régimen sirio para burlar las sanciones internacionales que le han sido impuestas, etc. etc.

La opinión pública tiende a meter a todos estos personajes en el mismo saco: a los buenos, a los no tan buenos y a los malos.

En la medida en que vayan apareciendo más antecedentes, la situación se hará cada vez más confusa. Separar la maleza del trigo será un trabajo arduo, un trabajo “de chinos”. Y en ese momento no podremos olvidar que hasta importantes jerarcas de la República Popular China aparecen mencionados.

En una segunda parte, procuraremos analizar más en detalle, para bien o para mal, la importancia de  estos paraísos o guaridas fiscales.

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