
El valdiviano. *
Nunca había olido algo así.
Allá, de donde venía, todo olía a perro mojado. Sin importar la época del año, siempre olía a perro mojado. Por eso, cuando bajó del tren humeante y el carbón de piedra de su caldera se mezcló con la lluvia que caía, formando un humus metafísico de selva y río, echó a rodar un llanto por los pulmones llenos de esa nueva vida.
En el andén, la espera Frederik, con un manojo de flores frescas y ella, resumiéndose a sí misma en las ansias del rencuentro, le abraza el largo viaje en una frase: Huele mucho más hermoso de lo que me habías contado. Él, le extiende torpe las flores y un breve beso en la boca. Carga la maleta de su mujer y se largan a caminar por el borde de la vía, mientras el tren bufa exhausto sus fierros hasta la próxima partida.
Este relato fue galardonado en el Concurso de Microcuentos “UN LUGAR EN EL MUNDO- 160 PALABRAS DE MIGRANTES” organizado por el Instituto Alemán de Valdivia con ocasión del 160° Aniversario de su fundación.
Muy buen cuento, se ve , se huele, se disfruta…… gracias por el momento, don Yerko.
160 palabras con las que logras construir un mundo…Una historia.
Felicitaciones Yerko