HACIA UNA REFORMA EDUCATIVA INTEGRAL: SUS DESAFÍOS CENTRALES (I)
Profesor Miguel Hinojosa PhD.
Dpto. Ciencias de la Educación
Facultad de Educación
Universidad de Concepción
Febrero de 2017
No puede haber una relación más intensa en el alma de una sociedad que la forma en que se trata a sus niños.
Nelson Mandela.
La infancia servida abundante, y hasta excesivamente por el Estado, debiera ser la única forma de lujo-vale decir de derroche-que una colectividad honesta se diera, para su propia honra y su propio goce.
Gabriela Mistral.
INTRODUCCIÓN.
La base fundamental de una educación hecha con seriedad y responsabilidad comienza desde la sala cuna y se afianza en pre-básica y básica. Allí se comienza por construir y estructurar las bases de un sistema educacional, sin embargo, pero ya sea por improvisación o por negligencia no se ha comenzado por la base del sistema, soslayando cobertura y calidad. En forma especial no se ha considerado al profesor, actor principal del proceso educativo. La carrera docente es un desafío que viene prologándose hace ya más de un decenio acompañada por un paulatino deterioro de la educación pública.
En el presente se discute un proyecto de ley sobre Educación Superior, sin haber llegado a realizar la debida articulación con las etapas que preceden a los más altos niveles de formación humana y profesional. Nos encontramos frente a un Sistema Educacional desordenado y desregulado y por tanto pagar costos de financiamiento muy caros para poder nivelar y evitar el fracaso de las presentes y futuras generaciones que ya están, y otras futuras que aspiran a ingresar en la educación superior. El desafío está también en la búsqueda de nuevos enfoques pedagógicos, en nuevas prácticas docentes. El aprendizaje en el aula y las tareas en el aula, teniendo claridad que el descanso de fin de semana es tanto para los docentes como para los alumnos. El desafío presente y futuro es aprender desde la escuela los problemas del diario vivir hasta resolver el gran problema: nuestro proyecto de vida.
LA EDUCACIÓN ES UN DERECHO Y SU GARANTE ES EL ESTADO DEMOCRÁTICO.
La democracia es reflexiva, deliberativa y participativa que supera el paradigma liberal de democracia y en ese contexto el Estado tiene la obligación de entregar educación de calidad a todos sus ciudadanos. Es un derecho fundamental. El Estado debe ser garante de entregar una educación de calidad, asegurando un aprendizaje desde los primeros años de existencia hasta la educación superior. Queremos hacer énfasis en la necesidad del fortalecimiento público de la educación desde el nivel parvulario hasta el superior con la necesaria coordinación entre niveles de enseñanza de la cual carece en el presente.
El Estado Chileno debe ser la base de la cohesión social apoyada en una educación verdaderamente democrática y de calidad sin dejar de reconocer que el país tiene un sistema mixto de educación, pero que como país tenemos un destino común, crear una sociedad más equitativa, más justa y más solidaria. Sólo a través de una educación integral de principio a fin lograremos recuperar la confianza perdida entre nosotros.
LOS NIVELES DEL SISTEMA Y LA CALIDAD DE LOS DOCENTES.
Una comunidad nacional nace y se fortalece en la unidad y cohesión de su educación en sus diferentes niveles y su calidad se obtiene fortaleciendo sus equipos humanos. El Estado se debe preocupar de su formación y de su constante perfeccionamiento. Es el alimento necesario para nuestros docentes parvularios, básicos medios y también para los directivos. Todo docente tendrá que estar preparado para asumir situaciones de liderazgo. Puede que no sean muchas, pero las personas con vocación de servicio público están destinadas a producir los cambios que nuestro país necesita para alcanzar su desarrollo. Lo dicho parece de Perogrullo, pero la experiencia nos está indicando que no todo se hace en el orden que se precisa cuando se debe realizar una reforma educacional tan importante para la vida institucional de nuestro país. La base de una verdadera reforma educacional está en los niños y en las niñas desde su más tierna infancia. En este aspecto no ha de olvidarse la responsabilidad, la gran responsabilidad que tiene el Estado, reiterando que hay que terminar con los abusos de los empresarios de la educación, con la segregación y con la inequidad del actual sistema educacional. Aunque seamos reiterativos, necesitamos profesores de excelencia en todos sus niveles y dejar en el olvido treinta años de malquerencia hacia la profesión docente. Aunque se necesita rigurosidad para ingresar a una formación inicial de profesor, aquella habrá de ser acompañada de mejores condiciones de trabajo y de mejores remuneraciones. La Carrera Docente, tan esperada, y perdón la redundancia, no puede seguir esperando.
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