LA ENERGÍA Y EL CALENTAMIENTO GLOBAL
Estamos enfrentados a una avalancha de propuestas que se lanzan sobre la mesa para resolver la crisis de la energía en el mundo, contrarrestar el calentamiento global, adaptarnos al cambio climático, obtener el agua que necesitamos en un panorama de desertificación global y muchas más situaciones complejas, y como cada año somos más los humanos (o ‘monos de la sabana’ como los llama Ugo Bardi), las necesidades y los problemas aumentan y las ciudades no dejan de crecer invadiendo y destruyendo vitales ecosistemas.
Muchos científicos (y también gurús) han aportado con sus ideas y opiniones en diversos eventos, proponiendo soluciones a los problemas de la que, se dice, siempre deficitaria disponibilidad de formas de energía, en unos, y planteando opciones sobre la dicotomía entre crecimiento y decrecimiento para el desarrollo, en otros.
Para lo de la energía y el cambio climático extraje algunas opiniones desde los resultados y las ponencias de un evento “Cumbre de Cuenta Regresiva” (“Countdown Summit”), organizado por TED Talks, el realizado el 13 de octubre de 2021 en Edimburgo, Escocia. Ese evento fue dirigido por la arquitecta del Acuerdo Climático de París Christiana Figueres y por Bruno Giussani, de TED. Los diversos ponentes entregaron en sus intervenciones sus “ideas-fuerzas” con sus personales énfasis en lo que plantean como vías de avance para los cambios requeridos por la humanidad en lo de la energía y otros aspectos.
El investigador sobre el clima Solomon Goldstein-Rose, cree que debemos hacer mucho más que limpiar el sistema eléctrico mundial sustituyendo las centrales eléctricas a combustibles fósiles por otras de generación limpia, porque ello no es suficiente: opina que necesitamos desarrollar un nuevo sistema global capaz de producir 12 veces la cantidad de electricidad limpia que generamos hoy. ¿Cómo logar eso?, electrificando todo con energías renovables en todo el mundo, dice, y construyendo masivamente para crear un sistema completamente nuevo.
La activista ambiental Tzeporah Berman plantea que se debe reducir la producción desenfrenada de combustibles desde materias primas fósiles con un tratado de ‘no proliferación de combustibles fósiles’ para el futuro de nuestro planeta. Señala que mientras los expertos en clima intentan negociar políticas para reducir las emisiones de carbono, la industria de los combustibles fósiles continúa creciendo, promoviendo y contaminando con los tradicionales petróleo, gas y carbón. Destacó que no hubo una sola mención sobre «combustibles fósiles» en el Acuerdo de París de 2015, quedando así la producción de combustibles fósiles sin regulación alguna.
“Es hora de un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles”, agregó.
Dan Jørgensen, ministro de Clima, Energía y Servicios Públicos de Dinamarca postula que la energía eólica será la piedra angular de la transformación ecológica que necesita el mundo. Se basa en que, en las últimas dos décadas, la industria de la energía eólica ha crecido a un ritmo vertiginoso. A partir de ese crecimiento exponencial, su país ha decidido reducir el 70 por ciento de sus emisiones para 2030 y cerrar la industria petrolera para 2050. “La energía eólica marina podría satisfacer 18 veces toda la demanda mundial de electricidad”, dice Jørgensen, un verdadero cambio de juego en la lucha contra el cambio climático.
Vandana Singh, escritora de ficción especulativa y profesora de física y una de los cuatro Compañeros de Imaginación Climática (“Climate Imagination Fellows”), plantea que la ciencia y la ficción especulativa pueden respaldar nuevas narrativas sobre nuestro futuro climático e inspirar hacia la acción en lugar de hacia el temor. Relató que, a principios de 2021, “Cuenta Regresiva” (“Countdown”) se asoció con el Centro para la Ciencia y la Imaginación de la Universidad Estatal de Arizona para crear la Beca de Imaginación Climática. La beca, creada en colaboración con Climate Works y las Naciones Unidas, tiene como objetivo apoyar a los pensadores visionarios que se involucran con la crisis climática imaginando futuros vibrantes. En la testera-escenario de TED, compartió un extracto de su último trabajo: una historia cautivadora sobre cómo los sueños colectivos podrían ayudar a los humanos a reconocer nuestra interdependencia con el planeta y tomar medidas para protegerlo.
Enric Sala, buceador y ecólogo marino, relata que en la década de 1970 vio paisajes marinos, que alguna vez fueron exuberantes, transformados en desiertos submarinos, y que más tarde, en reservas marinas como las Islas Medes en España y Cabo Pulmo en México, también fue testigo del poder del océano para recuperarse cuando se deja a sus anchas sin intervención. Se pregunta: ¿Podría “reconstruir” el planeta ayudarnos a restaurar la biodiversidad y reducir los impactos del cambio climático?
Sus planteamientos se basan en que las reservas marinas demuestran lo rápido que el medio ambiente -ya sea terrestre o marino- puede recuperarse de los estragos de la sobre explotación y el calentamiento global. Los árboles, los pastizales, los bosques de algas marinas y la biodiversidad son nuestras mejores armas contra el cambio climático, dice, pero solo funcionan si les permitimos hacer su trabajo sin ser perturbados por la actividad humana. En la actualidad, solo el 7 por ciento de los océanos y menos de una quinta parte de los territorios del mundo están protegidos como áreas silvestres. Sala y sus colegas de National Geographic se asociaron con el Instituto Wyss en 2018 para proponer un programa de preservación de la biodiversidad con un objetivo de «30/30»: reconstruir el 30 por ciento de la superficie de la Tierra y del fondo del océano para 2030.
Thomas Crowther, profesor de ecología de ecosistemas propone una plataforma en línea de datos abiertos para apoyar y conectar al movimiento global de restauración aportando transparencia a la huella de la humanidad en el planeta. Plantea que hay cientos de miles de comunidades locales, poblaciones indígenas y más, que trabajan para proteger y revitalizar la naturaleza, lo que hace que la conectividad entre estos esfuerzos sea de suma importancia. Participar en “Restaurar” (“Restor”), una poderosa plataforma en desarrollo que Crowther describe como “un Google Maps para la restauración”. Con alrededor de 72.000 sitios en su base de datos, tiene información sobre miles de proyectos en todo el mundo, en todos los ecosistemas imaginables, disponibles para explorar, aprender y conectarse. Esta increíble herramienta muestra cómo se puede aprender sobre las especies nativas, las condiciones ambientales y la geología para tratar de predecir información sobre las ecologías locales.
Nicola Sturgeon, primera ministra de Escocia, plantea que cuando hablamos de abordar el cambio climático, a menudo se trata de países grandes como EE. UU. o China. Sin embargo, dice, también debemos reconocer la ambición, el liderazgo y la acción de los países pequeños. Los países pequeños no tienen tiempo para objetivos pequeños. Por ejemplo, países como Bután la nación del Himalaya, están liderando el camino hacia un futuro climático positivo, con 130 países que ahora siguen sus pasos hacia la neutralidad de carbono; o la pequeña nación insular de Fiji, que fue anfitriona de la Conferencia Climática de la ONU en 2017. Escocia tiene una responsabilidad especial, considerando su rica historia industrial, para compensar sus contribuciones desproporcionadas al cambio climático. Y ya ha dado grandes pasos, dice, como descarbonizarse más rápido que cualquier otra nación del G20 y establecer un fondo de justicia climática. Cuando los países grandes no actúan, son las regiones, los estados y las naciones más pequeños los que mantienen el impulso de la acción climática, pero ese no siempre puede ser el caso. Los países de todas las formas y tamaños deben estar a la altura del desafío. “No podemos permitir que nuestro tamaño sea un impedimento cuando se trata de abordar el cambio climático”, dice. “Debemos pensar en grande en nuestra ambición, actuar en grande en lo que hacemos y ser grandes en lo que respecta al impacto que generamos”.
Analizando los resúmenes de las diversas ponencias y opiniones, observamos que hay dos corrientes de acción en las propuestas: una inclinada fuertemente a soluciones por el lado de la tecnología, la tecnocracia, y la otra que va por soluciones basadas en la naturaleza, el cuidado por la vida y los bienes naturales comunes. Entre los que van por la primera están Solomon Goldstein-Rose y Dan Jørgensen, mientras que dentro de la segunda corriente distinguimos a Vandana Singh, Enric Sala y Thomas Crowther. En Tzeporah Berman y Nicola Sturgeon notamos una posición que se podría calificar como intermedia.
Todas las propuestas aportan, pero ninguna logra entregar un planteamiento holístico. No se mencionaba en 2021 la discusión decrecimiento versus crecimiento tradicional; hoy tampoco se habla mucho de ello porque se teme enfrentar el dilema existencial, aunque está aumentando el interés en él, probablemente ante la evidencia de que con más de lo mismo de siempre no estamos resolviendo los problemas de la humanidad y, por tanto, es necesario un cambio de rumbo.
Ante el agotamiento de los bienes naturales comunes por sobre explotación en los dos y medio últimos siglos, debemos concluir que cualquier esquema de cambio en las tendencias en cuanto al tema energético y al respeto por la naturaleza, de la cual los humanos formamos parte, debe ir por un nuevo modelo de desarrollo basado en el decrecimiento.
Fuente de figura:
https://es.ecobnb.com/blog/2021/02/decrecimiento-feliz-consumir-menos-vivir-mejor/
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