«No podemos resolver la crisis climática sin cambiar nuestra relación con la naturaleza y con nosotros mismos.»

Naomi Klein.

Actualmente nos leen en: Francia, Italia, España, Canadá, E.E.U.U., Argentina, Brasil, Colombia, Perú, México, Ecuador, Uruguay, Bolivia y Chile.

La tentación del totalitarismo.

El desmoronamiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas hizo presagiar a muchos autores y analistas que este trascendental hecho traía aparejado un nuevo y casi definitivo orden mundial caracterizado por el triunfo de la democracia liberal en lo político y del capitalismo (incluso en su expresión extrema del “neoliberalismo”) en lo económico.

Los hechos planteados por la realidad, sin embargo, son siempre más duros y complejos que aquellos preanunciados por las disquisiciones intelectuales. La República Popular China ha emergido como una potencia económica, militar y política de primer nivel, en una sorprendente mezcla de socialismo y capitalismo de estado, y bajo un régimen autoritario de partido único.

Por lo demás, en el amplio territorio correspondiente a las naciones africanas, latinoamericanas y de la Europa del Este, la mayor parte de las cuales se ha definido formalmente por el modelo de “repúblicas democráticas”, paulatinamente han ido emergiendo “democracias populares” y regímenes populistas de extrema derecha, unos y otros basados en afanes personalistas y totalitarios que buscan el sojuzgamiento de sus pueblos e impiden la libre expresión ciudadana.

Un caso paradigmático es el de la República de Israel. Creada tras la Segunda Guerra Mundial, mediante la apropiación de una parte importante del que fuera tradicionalmente el territorio del pueblo palestino, su vida y desarrollo estuvieron  desde sus inicios hasta el día de hoy – más de 7 décadas – ligados a un permanente conflicto que permanece irresoluto y que ha costado miles de muertos.

Israel, pese a sus pequeñas dimensiones poblacionales y territoriales, se ha transformado en una potencia tecnológica y militar, incluso a nivel de poderío nuclear, y en un aliado absoluto de los EE.UU. para el manejo de sus intereses políticos y petroleros en el cercano Oriente.

Luego de las últimas elecciones parlamentarias, el cuestionado líder derechista Benjamín Netanyahu logró conformar una mayoría que le permitiera acceder al cargo de Primer Ministro, aliándose para tal efecto con las minorías religiosas  ultra-ortodoxas que le apoyaron condicionando sus votos a políticas de extrema derecha.

Instalado en su cargo de jefe de gobierno, Netanyahu impulsó una radical reforma al régimen de justicia que consideraba la modificación del organismo responsable de nombrar a los magistrados para darle mayoría dominante al propio Gobierno, reducir atribuciones de los jueces para rechazar leyes haciendo posible que el Parlamento anule fallos y reponga leyes anuladas, eliminar la facultad del Parlamento para declarar incapacitado al Primer Ministro (Netanyahu enfrenta tres juicios por corrupción). Más aún, en un ultra-militarizado país las propias Fuerzas Armadas han manifestado su rechazo tanto por razones claramente políticas (amenaza directa a la democracia, polarización del país, pérdida de independencia del Poder Judicial) como por la creación de una situación internacional que en un momento dado pueda llevar a los uniformados a ser juzgados por tribunales internacionales.

La prensa mundial se ha hecho eco de este rechazo generalizado a esta clara intentona de instaurar un régimen autocrático y personalista, lo que complicaría las políticas del país norteamericano en esta conflictiva Región del planeta.

El siglo XXI al parecer no es portador de buenos auspicios para los regímenes que hasta ahora han operado como formalmente democráticos. Las flaquezas de los sistemas económicos que a pesar de sus elevadas tasas de crecimiento no logran avanzar en cuanto a proporcionar mayores niveles de equidad para las poblaciones del tercer mundo, ponen en permanente cuestionamiento una realidad que para millones de personas es insostenible.

La amenaza del capitalismo financiero apto para enriquecer a unos pocos en perjuicio de unos muchos, sigue vigente. El problema es que o la enfrentamos ahora o se transformará en una enfermedad endémica con metástasis cada vez más incurables.   

Recuerda que puedes seguirnos en facebook:

Déjanos tu comentario:

Su dirección de correo electrónico no será publicado.

*

Sé el primero en comentar

sertikex-servicios-informáticos www.serviciosinformaticos.cl