«El mayor problema ecológico es la ilusión de que estamos separados de la naturaleza.»

Alan Watts.

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LAS POLITICAS, BUENAS INTENCIONES, ¿HECHOS?…

J. Antonio Zelada Espinosa

Arquitecto Premio Regional de Arquitectura y Diseño Consejo de la Cultura y las Artes 2012

En el actual proceso de gobierno, inicial pero ya en curso, nos vamos encontrando con una serie acciones positivas, pero a mi parecer, algo desarticuladas. Es claro que además hay una obvia inercia de lo que venía “caminando” y que ahora se quiere cambiar. Pero no pienso solo en la nueva Constitución, ya diseñada, pero que hay que aprobar o rechazar. Me refiero a las cosas en curso, las que venían y las que se quieren llevar adelante, con o sin nueva constitución (¿?)

Un ejemplo de lo que me inquieta: recién en esta semana el Gobierno Regional estuvo trabajando en formular una política pública regional para la conservación de la biodiversidad en esta Región del Biobío, desde el año en curso 2022 con meta en 2035. Muy interesante, pero como dice una consejera del CORE, es preocupante el cómo llevar adelante la aplicación de esta política, que se genera en un Gobierno Regional si no está claro qué es, qué hace y cómo se financiará este nuevo ente estatal, aún incipiente y, a mi juicio, como aún “fuera del estadio”, de donde y como se está jugando el partido del gobierno nacional también nuevo. 

Ya lo dije en un artículo anterior [1] de este semanario digital (que todos sabemos que poca gente lee, así como sabemos que nunca opiniones como ésta van a tener cabida en la prensa tradicional, que también sabemos cómo opera, incluso en los medios originalmente locales de radio y TV).

En ese artículo anterior, y en otros, hablábamos de la no planificación en referencia a la forma de tratar de hacer planificación integral de manera coherente, sólida y consistente, en un “plan” de verdad bien coordinado.

Por ejemplo, el Gobierno Regional creó una corporación que llamó Desarrolla Biobío, para formular estrategias de desarrollo regional y también el Plan Regional de Ordenamiento Territorial, con la buena intención de aunar al sector público con el sector privado. Por tal razón aparente, conforma un directorio con empresas regionales y personas de perfil técnico o académico de cierta relevancia. Yo pienso que eso está bien, pero eso debe hacerse sin descuidar el interés público inherente al Estado, donde el ‘bien común’ debería ser la bandera principal en todas las batallas que vendrán. Y donde el medio ambiente es como el factor clave de lo que se puede o no hacer, y también deshacer. Entonces hay que estar atentos y poner ojo. Veamos qué nos inquieta a los ciudadanos que algo conocemos de estos procesos que vienen, sea por la dirigencia ciudadana, por la academia o por la actividad profesional en planeamiento ejercida por tantos años en lo público y en lo privado.

A comienzos de este año el Gobierno Regional nombra en el directorio a propietarios y a altos ejecutivos de empresas que consideramos no tienen la prestancia necesaria para guiar el planeamiento territorial por el ‘bien común’, por delante de intereses particulares o propios.

El caso de la empresa MADESAL (propietario: don Fernando Sáenz) nos inquieta, ya que lo que ha demostrado se contrapone al ‘bien común’. Es una empresa forestal, inmobiliaria y minera que en Penco posee amplios predios que eran forestales y donde ahora explota canteras y otras cosas, en amplias superficies. Pero todo lo hace en un territorio planificado por la ciudad, por la Municipalidad y por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), con otros destinos y con requisitos en los cuales dicha empresa “no da el ancho”, al revés, no ha respetado nada de lo que a bien común corresponde, donde la gente, los grupos humanos, son “los titulares”. Tanto la cantera como la transformación del territorio están en lugares (Colinas de Landa) planificados oficialmente por el Plan Regulador Comunal vigente como zonas residenciales (Zonas de Extensión Residencial), y con una serie de limitaciones con el suelo, la naturaleza y la topografía, donde se delimitan ‘zonas de protección’, que son de cinco tipos que se indican expresamente en perímetros localizados casi con precisión: 1. Protección del paisaje, 2. Protección por pendientes y quebradas, 3. Protección de cauces naturales, 4. Protección de áreas de valor natural y,  5. Protección de áreas verdes y separación.

Si bien también hay viviendas en la parte baja orillando la Ruta 150 de Concepción a Penco, y también un loteo industrial de manera mixta, toda la parte alta de las colinas ha sido intervenida con canteras ya en explotación, con colinas que fueron aplanadas para hay planta industrial de recuperación de caucho, depósitos de torres eólicas, bodegas, etc. Además, las actividades industriales generan ruidos que “disfrutan” los vecinos residentes, con explosiones, máquinas pesadas trabajando, motores de combustión interna -que aparentemente generan electricidad- y que funcionan 24 horas 7 días de la semana; los extensos movimientos de tierra, escorias y áridos cubren de polvo y carboncillo el extremo sur del casco urbano de la ciudad, que solo está separado de estas Lomas de Landa por la faja de la Autopista del Itata. Pero los cauces naturales de agua (que formaban el antes histórico Estero Landa) han sido modificados absolutamente y las protecciones que señalaba el PRC no se respetaron para nada: así de simple y laxo.

Es cierto que para la(s) cantera(s) de las Lomas de Landa (de gran envergadura y altura) se obtuvo la autorización mediante la aprobación de una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) -y nunca un Estudio de Impacto como debió ser en rigor-,  en 2015, eso por el Director Nacional del Servicio de Evaluación Ambiental en Santiago, donde se logró después de un laborioso reclamo de MADESAL, ya que el SEA Regional, siguiendo todos los procesos establecidos por la ley, rechazó la DIA original, y nunca consideró la vigencia del PRC, una aberración que hoy nadie podría repetir, si de respeto con el medio ambiente y por la planificación integral se trata, lo que hoy es un sine-qua-non frente a la sustentabilidad y al interés común que merece la sociedad.

Posteriormente, casi recientemente, el fundo donde comenzó la empresa minera transnacional BioLantánidos sus prospecciones mineras y la explotación experimental de tierras raras (óxidos lantánidos) es de propiedad de MADESAL. Y después se ha sabido que se asoció con esa minera que, afortunadamente por ahora, ha desistido de su plan de ‘explotación-liquidación’ del territorio comunal y de la ciudad de Penco, que la bordea por su costado oriente). También, más recientemente aun, MADESAL se ha convertido derechamente en una empresa minera, oficialmente decretada por el Estado.

Y más recientemente aún: MADESAL está solicitando al SEA, mediante una nueva Declaración de Impacto Ambiental, la ampliación a más del doble de la que ya tiene en explotación (27 hectáreas, nada menos), si bien hace algunos días ha retirado momentáneamente la DIA presentada (afortunadamente para Penco y sus barrios).

El propietario de esta empresa es hoy uno de los directores de la Corporación Desarrolla Biobío, seleccionada por el Gobernador Regional y aprobada por el Consejo Regional, es decir por el Gobierno Regional, para planificar el desarrollo regional. Es un caso que nos golpea, si de hacer criteriosamente bien las cosas se tratase.

Otro ejemplo lo tenemos en la selección y aprobación de la empresa inmobiliaria VALMAR, a través de su gerente general Sergio Jara P. [*] como otro miembro del Directorio de Desarrolla Biobío. Esta inmobiliaria, de la familia Imschenetzky, hace ya ciertos años logró que se cambiara el Plan Regulador Metropolitano de Concepción, cuando lo que estaba establecido como ‘Área de Protección Ecológica’, en la zona Poniente del aeropuerto de Carriel Sur, parte del Humedal Rocuant-Andalién, pasó a ser ‘área residencial y de equipamiento’. Es donde hoy se ubica el casino Marina del Sol (también de la familia Imschenetzky) y el barrio Brisa del Sol (además está ahí el Canal IFARLE, que canaliza lo poco que queda de agua del ex humedal). Suelos de humedales que pretéritamente constituían el álveo (lecho) del río Biobío. Basta ver una foto satelital para denotarlo (y sorprenderse).  He aquí entonces otra de las empresas que guiará las políticas de biodiversidad y de ordenamiento territorial regional (¡!).

[*] N. del A.: En una especie de “comisión de servicio” desde VALMAR, él fue el director de SERVIU Biobío en el primer gobierno de Sebastián Piñera.

AZE

13/08/2022

Referencias:

[1] https://laventanaciudadana.cl/hacia-un-sistema-regional-de-planeamiento/

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