«El mayor problema ecológico es la ilusión de que estamos separados de la naturaleza.»

Alan Watts.

Actualmente nos leen en: Francia, Italia, España, Canadá, E.E.U.U., Argentina, Brasil, Colombia, Perú, México, Ecuador, Uruguay, Bolivia y Chile.

¿MÁS EMBALSES,……Y SIN EIA?

Carlos Bonifetti Dietert

Ingeniero C. Mecánico UdeC. Ambientalista.

“…..las frustraciones que surgen en la gestión ambiental que se aplica en el país no radican en el sistema de evaluación del impacto ambiental. Radican en la ausencia de un  sistema de ordenamiento territorial previamente aprobado y vinculante, donde el medio ambiente sea parte integral de él, donde se definan las prioridades de inversiones en función de la calidad de vida de la gente, donde se ordene el territorio en función de la definición de las vocaciones territoriales de interés para la región,  donde explícitamente se excluyan las explotaciones agresivas, como al minería de cielo abierto, etc.”
Nicolo Gligo Viel

Aunque el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) y los Estudios y Declaraciones de Impacto Ambiental (EIA y DIA) exigidos a los inversionistas por la Ley de Medio Ambiente poco aporten para que no se materialicen proyectos fuertemente agresivos para el medio ambiente [1], el Ejecutivo debería guardar una mínima compostura al enviar proyectos al Congreso. Me refiero al caso de la reciente glosa para autorizar, por la Ley de Presupuestos, la construcción de embalses de hasta 300.000 metros cúbicos, sin importar la altura de la presa y sin presentar el EIA legal. 

La determinación adoptada por el Senado en el sentido de aprobar la glosa estaría vulnerando el principio de igualdad ante la ley al establecer distinciones arbitrarias entre proyectos que deben o no deben ingresar al SEIA. Por ello un grupo de más de cuarenta parlamentarios  ingresaron un requerimiento al Tribunal Constitucional para invalidar la disposición de la Ley de Presupuesto que la permite en relación al presupuesto de la Comisión Nacional de Riego. La intención tiene por objeto –dicen- fomentar obras de riego (o drenaje) para favorecer la agricultura mediante bonificaciones económicas. La presentación de los parlamentarios contó con la colaboración de reconocidas ONG ambientalistas: FIMA, Chile Sustentable y Fundación TERRAM. Por mediocre que sea SEIA, es inconcebible que se pretenda burlarlo para proyectos de nuevos embalses.   

El requerimiento destaca que la norma vulnera la Constitución, entre otros aspectos, porque constituye una violación de su Artículo 19, Numeral 8 que resguarda “el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza.” No parece cuerdo que en plena “crisis climática” y de “calentamiento global”, con la creciente toma de conciencia sobre ella y la grave situación que estamos viviendo,  los gobiernos sigan tratando de eludir la evaluación de los impactos ambientales.

Esta actitud del actual gobierno demuestra el profundo desconocimiento que tiene de los factores antrópicos que causan la sequía -además del cambio climático-, que jamás mencionan como: el cambio irresponsable de usos del suelo, permitiendo la eliminación de la cobertura vegetal y suelo original para cultivos intensivos en consumo de agua (caso de las plantaciones de paltas, de pinos y de eucaliptos, entre otras); el otorgamiento de derechos de extracción de agua superficiales y profundas, en cantidades superiores a las disponibles y el fomento y mantención del saqueo con la privatización del agua y los derechos a perpetuidad.        

No es posible pretender aumentar las áreas de riego en la situación actual y por tanto no es racional ni rentable construir más mega-embalses [2], ni que Chile se transforme en “potencia alimentaria” pues eso no es otra cosa que demagogia. Primero trabajemos en recuperar agua y los suelos reduciendo las superficies de cultivos de alto consumo de agua, restaurando las cuencas hidrográficas comenzando por las micro-cuencas, deteniendo la eliminación de bosques nativos (que aumenta a una tasa de 20 a 25 mil ha por año, según último informe de la U. de Chile/ CEPAL) y cambiando el absurdo Código de Aguas actual. Una vez cumplidas estas tareas, tal vez en unos cincuenta años más (si no colapsamos antes), podríamos pensar en construir, con cuidadosos estudios, algunos embalses más, de tamaño más bien micro o mini  que mega.  

La glosa presupuestaria, debatida ya señalada, dice: “Considerando la situación excepcional de escasez hídrica, la Comisión Nacional de Riego podrá permitir la postulación a concursos de la ley N° 18.450 de embalses de volumen superior a 50.000 metros cúbicos e inferiores a 300.000 metros cúbicos, sin importar la altura de su muro, sin que éstos deban ingresar al sistema de evaluación de impacto ambiental establecido en la ley N° 19.300, que aprueba la Ley sobre Bases Generales del Medio Ambiente, y sus reglamentos. Los proyectos que no postulen a los concursos de CNR, pero que sean de la misma naturaleza que los antes mencionados, tendrán las mismas exenciones.”

No es concebible pretender que Chile se encamine por la vía de un verdadero desarrollo sostenible con iniciativas tan torpes como la comentada. Pareciera que no se ha sopesado adecuadamente, ni el origen ambiental de la actual crisis socio-política, ni el grave daño que se provocaría a los ciudadanos y a los ecosistemas.

Fuente de figura: https://www.cooperativa.cl/noticias/pais/medioambiente/laguna-de-aculeo-se-seco-y-soluciones-podrian-tardar-anos/2018-05-09/111017.html

Referencias:

[1]    https://laventanaciudadana.cl/la-frustrante-gestion-ambiental-regional/

[2] https://www.emol.com/noticias/Nacional/2019/06/20/952031/Pinera-lanza-Plan-de-Embalses-para-beneficiar-a-150-mil-agricultores-y-comunas-rurales.html

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