«El mayor problema ecológico es la ilusión de que estamos separados de la naturaleza.»

Alan Watts.

Actualmente nos leen en: Francia, Italia, España, Canadá, E.E.U.U., Argentina, Brasil, Colombia, Perú, México, Ecuador, Uruguay, Bolivia y Chile.

No nos pasemos películas.

Dentro de la abundante filmografía que registra la historia del cine, hay dos películas que debieran llamarnos la atención por razones que luego explicaremos. Una de ellas, es fruto del genio  del gran cineasta sueco Ingmar Bergman. Se denomina “El huevo de la serpiente” e incursiona en los orígenes emocionales, políticos, sociales, raciales, del nazismo. Sucede en Berlín,  mucho antes del triunfo de Hitler: en 1923, cuatro días antes del reconocido putsch de la cervecería de Munich. La otra, bastante menos conocida, es alemana, la dirigió Dennis Gansel, y relata una increíble historia acaecida en cierta nación  democrática. El profesor de un instituto de enseñanza media plantea a sus alumnos de Educación Cívica una inquietante pregunta: ¿Creen ustedes que en nuestro país puede surgir un régimen dictatorial? La respuesta colectiva es negativa. El profesor, con fines experimentales,  los va conduciendo paulatinamente hacia conductas totalitarias a través de la generación de un movimiento, “La Ola”, que termina trágicamente,  quedando demostrado que las sociedades y, en especial,  la juventud, son altamente vulnerables a incentivos perversos.

Todo lo antes dicho ¿A propósito de qué?

El ex diputado y ex candidato presidencial José Antonio Kast Rist, ha estado en un destacado primer plano de las noticias, en los últimos días. ¿Razones? Dos. Invitado por una facción minoritaria de la UDI, concurrió a la Universidad de Concepción a dictar una conferencia sobre “servicio público”. Pese a que los convocantes pagaron por el arriendo de un aula para tal efecto, a última hora la Rectoría dejó sin efecto el contrato a petición de algunos dirigentes estudiantiles fundándose en un añejo reglamento de 1998 que prohíbe el uso de las dependencias del plantel para fines político-partidarios, razón incomprensible ya  que  es público y notorio que el plantel ha acogido este tipo de actividades en numerosas ocasiones. Kast, algunos días después, ha viajado a Iquique a dictar una nueva conferencia sobre “servicio público” en la Universidad Arturo Prat, ocasión en la que fue agredido verbal y físicamente por un grupo de estudiantes (¿?) que se lo impidieron.

Los hechos descritos son particularmente preocupantes. La decisión de la autoridad universitaria en Concepción fue manifiestamente  errónea ya que  constituye una ruptura de la  tradición libertaria  de la casa de estudios impulsada por grupos de presión discrepantes con las ideas del charlista, y afecta una imagen ya consolidada. Lo acontecido en el Norte es grave pues constituye la expresión de grupos extremistas que ven en el recurso a la violencia la forma legítima de silenciar al adversario resultando sorprendente e inaceptable  que algunos académicos hayan justificado esta forma de actuar. Pero, los dos casos terminan por ser objetivamente funcionales a los propósitos de JAK.

Afirmar que JAK anda   provocando por el mundo, implica una visión bastante superficial de las cosas. El ex candidato presidencial provoca para darse a conocer, propósito que ha alcanzado satisfactoriamente con la ayuda generosa de la prensa tradicional de derecha. Pero, el mensaje de ideas “retrógradas”, “teocráticas”, “misóginas”, “discriminatorias” (los calificativos corresponden a su propio sobrino Tomás Kast) que entrega,  busca inequívocamente abrir camino en el mediano plazo  a opciones político-electorales de extrema derecha. El tipo es hábil, maneja recursos, mantiene incondicionales francos o larvados al interior  de su ex colectividad política (María José Hoffman, Renzo Trigotti, entre muchos otros) y sabe que para la UDI la opción Piñera fue una cuestión de oportunidad y no de convicciones.

Estas son sus palabras: “La delegación (a La Haya) fue infiltrada por el enemigo Alejandro Guillier”, “Nunca más debemos dejar que un senador que apoya a Bolivia se suba al avión”, debemos “sacar al pizarrón a aquellos políticos chilenos que traicionan a su patria”, “debemos reforzar la seguridad de nuestras fronteras y replantear nuestra política migratoria”, “tenemos que revisar nuestra política de defensa y volver a situar a nuestras Fuerzas Armadas como un actor relevante de nuestro país”, poner “el foco en la reestructuración de la dotación, el fortalecimiento de la carrera militar y la actualización de nuestra tecnología de defensa”, salirnos como país del Pacto de Bogotá para no “seguir legitimando la exacción de nuestro territorio”, “repensar nuestra malla curricular particularmente en Historia para ver de qué manera reforzamos la formación de nuestros jóvenes sobre valores básicos como el amor a la patria y el respeto por la historia de nuestro pueblo”, “Chile no puede seguir de rodillas ni humillado por tribunales internacionales”. El militante UDI Antonio Barchiesi, director ejecutivo de su movimiento, desde su sede de Moneda 920, agrega que sus ejes serán la “promoción de la familia”, la “lucha contra la delincuencia”, la “lucha contra la corrupción”.

El paquete de regalo va envuelto con un colorido papel democrático, con frases de victimización, con sonrisas de niño bueno.

JAK tiene plena conciencia del juego que está jugando: Descubrir las debilidades de nuestro sistema político;  detectar las inseguridades y temores de nuestra población alentando ciertas actitudes y sentimientos en materia de inmigrantes y  mapuches;  exacerbar sentimientos chovinistas; extremar los contenidos de la “agenda valórica” para sumar sectores integristas radicalizados.

El huevo de la serpiente como el huevo del cocodrilo,  tienen la característica especial de que son  plenamente transparentes. Los individuos de estas especies que más tarde sembrarán el  temor, están ya preformados hasta tal punto que podemos saber claramente cómo serán en el futuro. Sería bastante tonto decir más tarde: “yo jamás me lo habría imaginado”.

Es curioso y lamentable observar como los espíritus totalitarios se encuentran unos con otros, las mentalidades fascistas con las mentalidades estalinistas. Estos grupos se retroalimentan pues cada uno de ellos necesita del otro para subsistir. Lo preocupante es que las personas formadas en la cultura de la democracia, de la tolerancia, del pluralismo, del respeto a los derechos humanos, permanecen impávidos. ¿Se podrá hacer algo al respecto?

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2 Comentarios en No nos pasemos películas.

  1. Lo de Kast, no es mas que una cuidadosa estrategia de comunicación…provocar , provocar, provocar que el mundo se va a enterar…

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