«No podemos resolver la crisis climática sin cambiar nuestra relación con la naturaleza y con nosotros mismos.»

Naomi Klein.

Actualmente nos leen en: Francia, Italia, España, Canadá, E.E.U.U., Argentina, Brasil, Colombia, Perú, México, Ecuador, Uruguay, Bolivia y Chile.

Notas en una mesa de trabajo en Escuela de Temporada (enero 24)

Rodrigo Pulgar Castro

Doctor en Filosofía. Académico U. De Concepción.

Punto 1

En realidad, suele sucederme que después de confirmar mi participación en eventos con características académicas que, suponemos, lleva inscrita la idea de la exigencia propia de la academia, me asalten los temores por no dar con la llave y no responder a la demanda de escuchar algo medianamente riguroso. Así, y ya instalado el escenario de la mesa, y acentuado el título mismo de la convocatoria:  “experiencias de investigación empírica en los territorios”,  no pude menos de pensar en la dificultad de abordarlo. No ayuda para la tranquilidad el problema  que el título aborda: su complejidad es evidente para alguien que proviene de una disciplina a priori reflexiva, que busca la causa de las causas sin dar necesariamente con la respuesta, pensando que cada aproximación es eso: una aproximación desde, en ocasiones, una intuición que abre el abanico de interrogantes, en otras sostenida por autores que nos llaman la atención por sus propuestas interpretativas sobre asuntos de distinto orden, por ejemplo, el ético, el político entre otros.

Di y giré sobre textos, y autores, algunos de ellos: Carmelo Dotolo en Habitar en los confines, todo un riguroso examen a las condiciones de existencia en la ciudad contemporánea caracterizable por el multiculturalismo; Rossana Cassigoli en su maravilloso texto Morada y memoria. Antropología y poética del habitar humano, en donde, sostenida en parte por la obra de Giannini, La reflexión cotidiana, logra dar, siento, cuenta del valor de lo cotidiano que nos ayuda  a comprender el significado más ético-antropológico del habitar humano.

Después de darle vuelta al asunto, comprendí que es más probable hallar respuestas en el horizonte de lo cotidiano experimentado, ya que en el título de la convocatoria “experiencias de investigación” aparece esta línea de respuesta; además, ahí se vislumbra la memoria como lugar que nos enseña claves, huellas, lugares específicos que se resignifican desde una óptica proveniente de un presente vivido,  es decir  la calle como lugar de interpelación vital-carnal y su necesaria lectura, especialmente si quien expone sólo cuenta con esos factores. Así, ¿cómo se puede avanzar en responder, por ejemplo, al significado de una investigación que procura tener una buena comprensión de la realidad humana sin girar sobre su eje sin detenerse? La pregunta no es en absoluta inoficiosa, pues se trata de enfrentarla en un contexto de realidad compleja por las condiciones multiculturales que de por si son complicadas de entender, pero que sin embargo las vivimos a diario.

Avanzada el desarrollo de la mesa, pasados sus minutos, recordé una conversación con un químico teórico ad portas de que éste diese lectura pública a su trabajo final. Esto ocurrió en mi oficina. Comprendí que lo que buscábamos era confrontar saberes: química teórica/filosofía. Hablamos libremente interrumpiendo al otro solamente cuando lo considerábamos necesario para aclarar algunas ideas. La conversación giraba sobre La pietá de Miguel Ángel y terminó con una pequeña reflexión desde la idea de método y ciencia. Esta reflexión a la cual llegamos y a la cual dimos forma era sobré como investigar, fue específicamente sobre el significado de método. Al final acordamos que todo consistía en una especie de Puente. La metáfora nos parecía la mejor, pues se trata de superar un espacio vació que se debe cruzar para acceder a otro punto de la realidad, una que invita y negarse a aceptar la invitación no parece, al menos, prudente.  Me explico: sujeto frente a un objeto que lo invita a su contemplación a fin de develar, sacar a la luz la verdad de su ser. Mas, no resulta a primera vista tan fácil el asunto, pero enseguida se aclara cuando respondemos sobre lo que arquitectura el puente. En esta que es su arquitectura y construcción no basta con el diseño, se necesitan condiciones materiales para su construcción de manera que soporte la prueba de su validez, en caso de no pasar la prueba, el vació espera con los brazos abiertos. En principio los elementos para armar el puente son, entre algunos:  A) sujeto interesado en saber; B) Objeto; c) precognición de ese objeto; D) puntos de vista, criterios personales, normas de acción, etc.

Punto 2

Quien tiene por costumbre caminar, andar en bicicleta o transporte público para llegar a un punto: trabajo, ocio, siente en la piel una realidad que lo va configurando de una manera un poco diferente a quien usa sólo o de manera casi exclusiva el vehículo particular. La ventaja de la movilidad en campo compartido como es transitar de a pie, bicicleta o transporte público (es evidente que tiene sus desventajas pero no es el momento de considerarlas), se muestra si seguimos la huella de una reflexión sobre lo cotidiano; huella, pues toda referencia de la habitabilidad humana se da en un contexto profundamente dinámico que cambia día a día por razones o causas que resultan a veces difíciles de entender y aceptar en el momento en que ocurren. Para tener en parte meridana comprensión de sus causas, tendemos a sumergirnos entre sus pliegues intentando cazar alguna significación o sentido de aquello,  en otras, cuando resulta agresivo en contexto y su dinámica, simplemente hacemos como si no importase en ese momento y lo dejamos para otra oportunidad si se diese el caso. Más todo queda guardado en la memoria. Es ésta ese lugar que tiene la particularidad de guardar y cuidar recuerdos que, por un accidente afloran o por una necesidad conducida desde la razón, da con la posibilidad de desentrañar algún significado de aquello que aflora. Además, la memoria, puesta en juego por la imaginación, ayuda a la elaboración de narrativas que, en principio, remiten a pensar que cada cosa es explicable desde sí misma, pero el asunto que todo responde a una variable de valor universal como si de una ley se tratase.  Es decir, si bien cada narración devela un sentido particular, éste no aparece de forma literal, requiere ser investigado y para ello hay que abrirlo, ver qué hay entre sus líneas…… Simplemente porque cada narración es un universo dotado de múltiples sentidos, es decir: indeterminado por tanto, que pide significaciones.., he ahí la libertad puesta en juego….

En fin, a esas alturas de la mesa, la hora de cierre dejó pendiente cuestiones que, creo y espero, Voltaire, el geógrafo…también filósofo.. volverá a retomar invitando a seguir la conversación….

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