«El mayor problema ecológico es la ilusión de que estamos separados de la naturaleza.»

Alan Watts.

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Orgánicos informados

Sofía Valenzuela Aguila

Doctora en Bio-química. Investigadora Centro de Biotecnología. Universidad de Concepción.

La demanda y consumo de productos orgánicos ha ido en aumento en los últimos años. Frutas, hortalizas, miel, huevos de gallinas felices, entre otras denominaciones, posibles de encontrar desde negocios gourmet hasta supermercados y ferias. Todo apuntando a una producción más amigable con el ambiente, limpia, con buenas prácticas de manejo de suelo, residuos y con menos pesticidas y agroquímicos. Sus consumidores, están dispuestos a pagar más frente a los alimentos convencionales. Durante el 2017, SAG contabilizaba cerca de 174 mil hectáreas orgánicas certificadas en Chile, la mayoría de recolección silvestre, el resto para cultivo de frutales y hortalizas. La Ley 20.089, creó el Sistema Nacional de Certificación de Productos Orgánicos Agrícolas, donde aquellos productores que quieran contar con el sello de producto orgánico del SAG, deben registrar sus productos y someterlos a un proceso de certificación.

La mayor demanda de productos es una buena noticia para la diversificación de productos agrícolas con buenas proyecciones a futuro. Sin embargo, los consumidores deben informarse sobre las ventajas de un producto orgánico versus uno convencional. Sin bien los primeros muchas veces prometen beneficios nutricionales extras, la realidad es otra, pues varios estudios científicos han demostrado que los alimentos orgánicos no son más sanos ni nutritivos que los convencionales. Incluso, en Europa, se han reportado brotes de intoxicación alimentaria por el consumo de alimentos orgánicos (verduras, leche y sus derivados), dado a que, en algunas ocasiones, por mal manejo, conllevan una mayor carga microbiana, con algunas bacterias que son

Por otra parte, llama la atención que diga “libre de químicos”. ¿Es esto posible? Un rotundo no. La vida es química, sin la química simplemente no existiríamos. Somos un conjunto de átomos organizados en moléculas y estructuras complejas, al igual que todos los alimentos que consumimos. Estos tienen una gran cantidad y variedad de moléculas químicas, desde ADN, proteínas, azúcares, aceites hasta hormonas vegetales. En un llamado al buen uso de los términos, sería mejor decir que son libres de pesticidas y plaguicidas; la contribución a la quimiofobia y a cualquier cosa que no suene “natural”, genera desinformación y consumidores con conceptos erróneos sobre cómo opera la vida misma. Es más, todos los alimentos, especialmente hortalizas, frutas, cereales, tubérculos, son muy distintos a sus ancestros, es decir, a las primeras plantas que poblaron la tierra. Cada uno de los cultivos que conocemos hoy en día, es lo que es, gracias a siglos de mejoramiento genético. Lo que significa que el hombre ha ido seleccionando plantas en base a características de su interés (sabor, color, etc.), cruzándolas y obteniendo variedades con mejores características nutritivas.

Finalmente, la producción de este tipo de alimentos requiere mayor cantidad de superficie agrícola, dado que se produce menos por hectárea. Chile, se propuso hace unos años ser potencia agroalimentaria, una suerte de abastecedor de productos agrícolas de calidad para el mundo. Bajo este contexto, pero en especial considerando los desafíos del cambio climático y el aumento de la demanda por estos productos, los consumidores deberán tener claro que la producción orgánica es solo una forma de hacer agricultura sin los plaguicidas y fertilizantes sintéticos tradicionales, pero que se requiere mayor superficie para su producción y que el producto final, es tan nutritivo y sano como cualquier producto convencional.

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5 Comentarios en Orgánicos informados

  1. Sofía, leo a menudo sus artículos, siempre son un aporte.
    En esta ocasión deseo sugerirle, lea y opine sobre la interesante experiencia de Agustín Infantes y su equipo, sobre Agricultura Orgánica.
    Gracias.

  2. Sí, volver a dietas limpias y sanas es contribuir a una buena alimentación y dejar los transgénicos y los alimentos contaminados es cuidar el medio ambiente.
    Cuidemos la vida, volvamos a la alimentación sana , verduras y frutas orgánicas.

  3. Necesitamos volver a prácticas de producción sanas, libres de pesticidas y de abonos que nos contaminan.

  4. A mi criterio, la agricultura orgánica, es una solución a los problemas de alimentación, desde el punto de vista de una alimentación y nutrición equilibrada, pero además, debiera formar y educar a las poblaciones populares para que organizadamente tengan la posibilidad de generar sus propios huertos y eso es un gran paliativo a sus propias economías.
    No mas intoxicación con verduras contaminadas con fertilizantes tóxicos.

    • Buen artículo. Me inclino hacia los comentarios de Eduardo y Maite. Tenemos un buen ejemplo de agricultura orgánica, muy cerca, en las huertas del sector Boca Sur.

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