¿PARQUES MARINOS EN LA REGION DEL BIOBIO? II .
En el articulo anterior conté como al estudiar y proyectar el Plan Regulador Comunal de Tomé se nos ocurrió proponer un mini Parque Marino en un tramo de la costa de la Península de Coliumo, y como esta propuesta atragantó de algún modo a nuestros mandantes, que eran directamente la Seremi Regional de Vivienda y Urbanismo (contratante) y la Municipalidad de Tomé, receptora sin mayor esfuerzo de este estudio. Claro, un Plan Regulador Comunal en Chile es principalmente (y apenas) un plan urbano y llega justo hasta el borde costero, más precisamente hasta la línea de más alta marea del Océano Pacífico. Desde ahí hacia el mar interior solo reina la Dirección del Territorio Marítimo, dependiente de la Armada, y el Ministerio de Defensa, es decir la fuerza armada marítima. También “se introduce” en esos ámbitos el Servicio Nacional de Pesca, que controla la actividad económicamente productiva en el mar, pero también las porciones de territorio fondo de mar, la columna de agua superior y los recursos biológicos que aquí se sustentan mediante las concesiones marítimas para las áreas de cultivos marinos, las ya conocidas Areas de Manejo.
El parque marino que nosotros ingenuamente proponíamos era una faja costera de 3 kilómetros muy interesante (ver artículo anterior) y comparado con los verdaderos parques marinos de conservación que en estos últimos años ha establecido el Estado, enormes superficies de nuestro océano (1) que hoy implican aproximadamente un 30% de nuestro territorio marítimo, es algo casi anecdótico, molecular.
Pero justamente de eso se trataba, establecer un parque marino al alcance de la vista y del aprecio de la gente, algo visible y tangible, por lo tanto fácil de apreciar y de disfrutar, y con ello educarnos sobre lo que el mar es e implica, y lo que allí existe es algo especial, notable y visible.
Los grandes parques marinos nacionales en el extenso derredor de las grandes islas chilenas son de otra dimensión (PM Nazca-Desventuradas, PM Isla Salas y Gómez, PM Juan Fernández) y en el sur austral (PM Francisco Coloane, PM Cabo de Hornos), áreas marítimo-terrestres que abarcan más de 1 millón de kilómetros cuadrados, los ciudadanos penquistas, pedestres y urbanos, tal vez jamás en nuestra vida podamos apreciarlos en vivo y en directo.
Para mi lo sorpresivo fue el rechazo rápido y casi descalificador que nuestro equipo multidisciplinario a cargo recibió de estas autoridades, y nunca se nos dio una explicación clara, excepto de que no nos correspondía a nosotros y en un proyecto como un Plan Regulador (que es un instrumento de planificación territorial oficial) pensar en algo como eso; fue como escuchar a viva voz ¡cambio y fuera!
Pero hubo algunas reacciones positivas, como el reportaje a la idea del destacado periodista Nello Rolleri en el diario El Sur (reseñado en el artículo anterior); como el apoyo de uno de los más emblemáticos científicos del mar en Chile como Víctor Ariel Gallardo (hoy en China realizando investigaciones por ya más de un año); como la carta de una autoridad entonces muy pertinente, el Director Regional del Servicio de Cooperación Técnica, Sercotec, don Mauricio Rebolledo S. que transcribo a continuación:
“Con mucho interés leí su columna en el diario electrónico de Tomé «El Saber», donde señala la «indiferencia» de distintas autoridades respecto a su idea de implementar un Parque Marino en la Comuna de Tomé, en donde se preserven recursos paisajísticos y la avifauna costera.”
“Lo felicito por su preocupación y quiero modestamente señalarle que no está solo en ese camino. Con apoyo del Servicio de Cooperación Técnica (Sercotec) y el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), el Sindicato de Pescadores Artesanales de Caleta Villarrica en Dichato, ha implementado exitosamente un Programa de Manejo Sustentable de Recursos Bentónicos a través de un Area de Manejo (AMERB) que es una porción de mar (fondo marino y columna de agua) en la cual los pescadores logran cultivar los recursos bentónicos, explotarlos de una manera económica y biológicamente sustentable, lo que les ha permitido cambiar sus formas de producción, desde extractores del mar a cultivadores del mismo, en un cambio cultural notable.”
“Conscientes del valor, no sólo económico, sino paisajístico y patrimonial de esta medida de administración pesquera de la Subsecretaria de Pesca, como lo es el Area de Manejo de Recursos Bentónicos (AMERB), es que nuestro servicio ha apoyado a los pescadores artesanales en la implementación de un programa de turismo de intereses especiales: la Granja Marina de Dichato, que está permitiendo acercar a la comunidad a importantes atractivos naturales que se encuentran en la Bahía de Coliumo (Dichato), en mi modesta opinión una de las más hermosas del país.”
“Lo invito a conocer este proyecto, a acercarse directamente a conversar con los pescadores artesanales de Dichato, con don Iván Méndez, su presidente, en la caleta Villarrica al final de la playa de Dichato y a contarles de su idea, que será bien acogida por un grupo de esforzados pescadores, que no están preocupados solamente de sus ingresos, preocupación natural de todo ser humano, sino también de aportar generosamente al cuidado de los recursos naturales, para el disfrute de las nuevas generaciones.”
Y bueno, todo esto sucedió por el 2004, antes del terremoto-maremoto de 2010. El Plan Regulador Comunal de Tomé fue aprobado y está aun vigente; pero no pone “ni un dedo en el agua”. La Armada y los diferentes servicios estatales que tienen algún paño que cortar en territorio marítimo se encargan de que nadie se introduzca, ni tampoco algunos entes de “coordinación” como la Comisión del Borde Costero son muy propositivas, menos aun permisivos frente a las ideas creativas de los planificadores “terrestres”, como los que somos consultores de los ministerios “de tierra adentro”, o bien meros académicos, por muy multidisciplinarios y creativos que sean nuestros enfoques. Yo pienso que hay que planificar territorios urbanos, rurales y costeros-marítimos, pero con creatividad, audacia y decisión política. Pero ahí estamos, en actitudes anacrónicas en un mundo que se mueve a velocidades de ondas digitales, o de un tsunami marítimo-terrestre.
(1) El último número de la revista internacional National Geographic describe con admirado detalle esos territorios oceánicos chilenos, un amplio reportaje, muy laudatorio para nuestro gobierno, con contenidos sesudos y fotografías espectaculares.
Interesante el relato del destacado arquitecto Antonio Zelada, de su formidable iniciativa para crear una Reserva y Parque Marino en Coliumo.
Remarcable es asimismo el apoyo del Dr. Víctor Ariel Gallardo, de Mauricio Rebolledo, de Nello Rolleri y probablemente de algunas personas más.
Dice que la sorpresa para él fue el rápido rechazo a esa iniciativa por parte de la Seremi de Vivienda y de la Municipalidad de Tomé. A mi modo de ver las cosas y ya con varios años de circo, la sorpresa hubiese sido todo lo contrario, es decir, que dichas entidades, que se caracterizan por tener cuadros de personal carentes de imaginación, hubiesen acogido de inmediato y con entusiasmo la buena idea; lo primero que acostumbran hacer es «buscarle el cuesco a la breva» para decir no; en eso son mandados a hacer.
Las personas con creatividad tienen muy poco apoyo en Chile. Parece como si molestaran con sus ideas para el desarrollo sustentable de nuestro país.