PENCOPOLITANIA (¿?)
A modo de reiniciación de esta columna digital en este año 2024, expongo mi idea sobre el título de un libro, también aún en ideación, sobre un compendio de estas columnas aquí publicadas, y tal vez otras en medios contemporáneos de información y comunicación (TICS como los llaman), pero la idea es considerar el periodo desde el año 2000 al 2024, casi 25 años (¡un cuarto de siglo!). Tengo otro en carpeta, ya casi procesado para efectos de imprenta, y ese libro considera el periodo temporal que va de 1965 al emblemático año 2000, los últimos 35 años del siglo XX, ni menos, ni más.
PENCOPOLITANIA: EL ARQUITECTO EN EL POBLADO
¿De dónde saqué yo esto? Fue para nominar de algún modo una charla que tenía que dar una tarde en el Colegio de Arquitectos, pero solicitada por una comisión cultural de las logias masónicas de Concepción. Y me iba a referir muy específicamente a dos puntos para mi importantes o muy contingentes en la pencópolis: el caso del Parque Científico Tecnológico que proyectaba la Universidad de Concepción y la iniciativa de una empresa minera para explotar los minerales de “tierras raras” en la comuna de Penco.
Claro, mi título nació de la idea global de preocuparse de temas que están latentes en el territorio pencopolitano, así llamo al lugar del Gran Concepción. Y esto visto con la óptica de un arquitecto, al que le preocupa lo que pasa en este territorio y como eso que pasa, o que puede pasar, o que ya pasó, afecta la vida de la gente, a la gente del “poblado”. Una exposición de mis sentires con conciencia crítica, es decir una preocupación crítica y lo más consciente sobre qué implica lo que está en el tapete de nuestra sociedad urbana. Los que aquí vivimos y trabajamos y donde nos proyectamos a futuro, así como también los que tenemos la huella del pasado en nuestras mentes y en nuestros cuerpos.
Lo de pencopolitania viene obviamente del adjetivo pencopolitano, asignado al territorio de Penco por los jesuitas, que aquí, en un tiempo ya muy lejano, fundaron la Pontificia Universidad Pencopolitana de La Concepción (1724-1767); eso cuando la ciudad de Concepción se erguía en el sitio de Penco, fundado por don Pedro de Valdivia como Concepción, ya que los conquistadores nunca fundaban un asentamiento en un lugar yermo, y si fundaban algo en ese lugar, nunca lo hacían con el nombre que le daban los auténticos pobladores al lugar, obviamente nativos o indígenas. Fundar implica establecer, erigir, crear, y por eso mismo no lo nominarían con el viejo nombre, sino con uno nuevo, y si era en un acto de conquista y ordenado por la corona, había que darle un nombre que con todo eso lo relacionara: La Concepción de María Purísima del Nuevo Extremo.
Y a mí el vocablo pencopolitania me sugiere un ámbito geográfico/urbano muy particular, pero, en síntesis, lo que idealizado por una mente de arquitecto es este ámbito del Gran Concepción del Nuevo Extremo: un lugar en el que pasan cosas. Implica entonces dinamismo y, además-además, naturaleza potente. Pero también, e inefablemente, el poblado o lo poblado: pueblo, barrio, ciudad, metrópoli. Más aún: para mí, la idea de PENCOPOLITANIA es inefable (Inefable es un adjetivo que proviene del latín ineffabilis y se refiere a algo que no se puede describir ni expresar con palabras. Lo inefable es algo que es demasiado abstracto, complejo o misterioso para ser comprendido o descrito). Nunca tanto digo yo. De otro modo: cosa que es tan excelente o sutil que no se puede explicar o describir con palabras.
AZE
30/05/2024
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