
PROFUNDIZAR LA DEMOCRACIA EN EL PARTIDO SOCIALISTA
No existen las casualidades, lo que existe son las causalidades. Todo acto, toda acción está sujeta a una reacción, a una respuesta lógica y correspondiente, una respuesta que no debe ser de modo alguno sorpresiva, ergo, si siembras trigo, entonces trigo habrás de cosechar… o como decía mi abuela: “quien siembra vientos, cosecha tempestades”. Entonces debemos hacernos cargo de nuestro actuar, nuestro decidir; eso es la base de la responsabilidad, que no es más que asumir el resultado de nuestras acciones. Dicho esto, no es de extrañar entonces lo que sucede con la política en general y en nuestro caso, con el Partido Socialista en particular, que atraviesen por este momento de tantas y tan variadas incertidumbres, provocadas por tantas malas decisiones, las que, tomadas por unos pocos, logran afectar al conjunto de los militantes, al Partido y a la comunidad.
Parece increíble que menos de 10 personas de la Comisión Política del P.S. se arroguen el derecho de suyo cuestionable de decidir por sí solos el futuro de las candidaturas de todo el país, desoyendo a las bases, desoyendo los acuerdos regionales y moviéndose por la política interna con la misma delicadeza que un elefante dentro de una cristalería.
No es menor que los cuatro Senadores del Partido que son candidatos en regiones, sean de Santiago; se toman candidatos de un lado y arbitrariamente ponerlos en otro (caso candidatura de Héctor Medina, histórico dirigente sindical de Talcahuano, sin consulta trasladado a Concepción); el caso del Consejero Regional, Juan López, de Chillán, a última hora dejado fuera de la lista y sin ninguna explicación, y a esto se suma esa intolerable práctica del blindaje que claramente atenta contra la masificación de la política y la profundización de la democracia.
Al parecer no basta o no ha sido suficiente con la Ley de Partidos Políticos para terminar con las malas prácticas o para profundizar en los valores insustituibles de la democracia interna. Las decisiones partidarias no pueden obviar la opinión de las estructuras regionales y comunales. Llego la hora de descentralizar las decisiones de los Partidos. Es justo y necesario.
La historia del Partido Socialista de Chile es grande porque fue escrita por demócratas de verdad, una historia con mayúsculas, una historia de cara al pueblo, tan diferente a esta historia de hoy, escrita con letra chica.
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