REFLEXIONES DE UN ENÓLOGO (II)
En tránsito por la ruta de Guarilihue en el km7 de la comuna de Coelemu, nos encontramos con estos artistas cepillando y puliendo sus obras de artes. Son toneleros que reciclan maderas de cubas antiquísimas y las convierten en tinas calientes para que disfrutes de la vida degustando un rico espumante del Valle del Itata.
Es un trabajo que poco a poco se pierde y muere en algunos por no caer en la “innovación”. Mantener el oficio de la tonelería hoy en día es imposible, las pocas cubas antiguas de raulí que van quedando ya no se restauran y peor aún ya no se ocupan. Madera noble de hermoso color llenas de historias que año tras años se separan de sus pares porque unidas forman conos volumétricos que ocupan mucho espacio.
Cuba desarmada no son mas que tablas arrumadas esperando que algún proyecto interesante se apropie del resto de sus vidas. Hay maestros profesionales en Guarilihue que se reinventaron en la tonelería y ahora se dedican entre otras cosas a restaurar cubas de algún vitivinicultor que guarda sus vinos artesanales y a elaborar tinas calientes de diferentes tamaños llamadas “hot tubs”.
Es mi reflexión de esta semana y destaco en ella un trabajo familiar de los Neira Cano. Coelemanos que no pierden sus tradiciones y queda demostrado en la pasión que le ponen en sus bellas esculturas.
(Fotos tomadas por Demy Olmos en pleno día laboral de los Neira Cano)
Salud.
Demy, se de tu sabiduría en termino de vinos y apoyo a los viñateros… muy bien!!!
ahora en tu faceta de articulista, veo comienzas a lucirte.
Bien !
Muy interesante… Con estos artículos se rescata la tradicion y la autentica chilenidad… Mistral debe estar sonriendo desde su colina de Elqui…