TIEMPO DE NAVIDAD
Desde Castelar, Argentina
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TIEMPO DE NAVIDAD
Los días son iguales.
Las horas con el mismo deslizar de la vida.
¿Seguro?
Hum!, …no tan seguro.
El mismo trabajo la misma rutina las mismas andanzas repitiéndose.
Sin embargo, algo nos hace cosquillas.
Desde el primer día de diciembre la cosa no viene igual.
Hay muy dentro del cuerpo una sensación muy particular.
Acaso un poco más de paciencia.
Una mirada distinta.
Nos detenemos ante los otros con cierta calma
Algo se aquietó.
Nos hizo más reflexivos.
Nos descubrimos de pronto observando a nuestro alrededor un paisaje
harto conocido y de pronto le descubrimos un detalle
que siempre estuvo allí y no lo vimos.
Las conversaciones se hacen más profundas y los temas menos banales.
Quizás por la brevedad de un mes donde la historia de la humanidad ha marcado
como la fecha tal vez JUSTA y necesaria para revivir el momento del nacimiento
de quien por su realeza espiritual
dividirá los acontecimientos del mundo en antes de él y después de él.
Todo el cuerpo se prepara para eso.
Y no nos damos cuenta.
Decimos es el espíritu navideño.
Si… es lo distinto, lo que en otro momento no se vive.
Así de particular es este mes de diciembre en el que pensamos que sólo cosas buenas pueden suceder, y hasta mágicas.
Es posible.
Sí, estamos un poco distintos.
Acaso la sonrisa más fácil la palabra más alentadora el gesto más tierno
el pensamiento más generoso.
El acercamiento menos temido.
¿Por qué en todos los demás meses no se da?
¿Será que en otros días es tanto el fragor del desencuentro, la lucha, el egoísmo
que sólo aflora en la piel y en los ojos la indiferencia y el olvido?
O quizás porque la promesa de redimirnos viene de la mano inocente de un niño
y bien sabe la humanidad
que de los niños nada malo puede venir.
Diciembre con su espíritu extraño diferente a todos los demás.
Único…tan sólo porque nace un niño….
EL NIÑO.
***
Gladys Semillán Villanueva
Argentina
Dic. 20, 2024.
D.R.A.
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