«La concentración de riquezas, el poder del dinero, por sobre todo, el dinero fácil, en su accionar destruye la historia, la educación, cultura , los valores de una sociedad que desee permanecer limpia y sana.»

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¿Y QUE PASÓ CON LOS TIEMPOS MEJORES? El primer año de Gobierno.

Se cumple un año de la llegada de Sebastián Piñera al Gobierno y como era de esperar todos sus dichos de campaña se diluyeron en el tiempo, demostrando una real ineptitud e ineficacia para resolver los problemas de la gente, en especial a todo ese sector del pueblo que le dio el triunfo creyéndole la promesa que vendrían “tiempos mejores.”

Desde el primer momento, el Presidente demostró una gran incapacidad para formular y articular el aparato de gobierno. Decenas de personeros tuvieron que ser cambiados al poco tiempo, otros renunciaron y existió una gran demora en el nombramiento de muchos cargos en todos los niveles. Mucha improvisación, poca pulcritud en las designaciones, mostrando las típicas características del Presidente Piñera cargadas de personalismo y nepotismo colocando en cargos de responsabilidad a sus socios, parientes y amigos. Baste recordar el episodio del fallido nombramiento de su hermano en la embajada de Argentina. El caso del impresentable Ministro de las Culturas, que alcanzó a durar sólo algunas horas, luego de sus declaraciones en contra del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Y la bochornosa situación del contrato y aumento de sueldo de la hija de su socio y amigo en la embajada de Chile en Estados Unidos.

PROMESAS INCUMPLIDAS

Su gran “caballito de batalla”, que era el lograr un mayor crecimiento económico y la creación de miles de empleo, no ha aparecido por ninguna parte. La economía no ha funcionado como se esperaba y el crecimiento es magro. Se culpa ahora a la situación internacional, al conflicto de EEUU con China y al gobierno anterior. Esto último ha sido un tema muy recurrente en todo este ‘primer año.’ El fantasma de la ex presidenta Bachelet los ha perseguido. No hay ocasión en que Piñera, sus ministros o la vocera de gobierno, haga mención una y otra vez, a la administración anterior, echándole la culpa de todos sus fracasos.

En lo que la gente se siente más burlada, es en la promesa del aumento y calidad del empleo. Los índices de cesantía han aumentado y la desocupación es la más alta de la década. Tratan de esconder el problema diciendo que lo que pasa es que ahora hay más gente que busca trabajo y que hay muchos emigrantes que han llegado al país y presionan por trabajar. Por último que es culpa del INE que hace mal la tradicional e histórica encuesta del empleo, porque no refleja lo que ellos quieren.

Pero no hay explicación que valga, la gente siente en carne propia el problema de la cesantía y los empleos precarios o con bajos salarios. Las personas recuerdan muy bien lo ocurrido en este año: el cierre de la planta de IANSA en Linares que afectó a toda la región; los masivos despidos de empleados públicos ocurridos en los ministerios y organismos del Estado; los despidos en la ENAP y el cierre de algunas emblemáticas y tradicionales empresas, como Fideos Suazo, Calzados Beba y Calzados Albano en la Región del Biobío. El cierre de numerosas revistas y despidos en los canales de televisión. Para qué seguir, son hechos reales e indesmentibles.

Así como la cesantía crece, los salarios no han aumentado y se hacen cada vez más insuficientes para asumir los gastos de las familias y gran parte de la población sobrevive en base al endeudamiento. El precio de los productos básicos aumenta mes a mes, el costo del pasaje del transporte público se eleva periódicamente sin ninguna justificación, hasta obligan a comprar chips de alto costo para las mascotas, con la amenaza de elevadas multas sino se las colocan. Las empresas de electricidad prometen la instalación de “medidores inteligentes”, que ahora serán de su propiedad, pero que obviamente su costo lo pagarán los clientes. Y de paso dejarán cesantes al gran número de personas que actualmente toman la lectura mensual de los medidores.

Otra de las grandes promesas de campaña, eran los temas relacionados con la seguridad ciudadana y los temas de salud pública. En ninguno de los casos ha pasado algo significativo. Los robos y la delincuencia continúan afectando a todos los sectores y el clima de inseguridad que tiene la población alcanza altos niveles, provocando una situación de abandono y gran malestar con la autoridad que no resuelve los problemas que se ven afectados. Fuera de un gran show mediático y bonitas declaraciones de dar primera prioridad al tema, en la práctica no ha mejorado efectivamente la situación de los niños y niñas abandonadas y las graves denuncias en el actuar del SENAME.

Nada se ha hecho por mejorar los aspectos de atención de salud de la población, se presentan deficiencias por falta de vacunas en forma oportuna, se boicotean las iniciativas de las ‘Farmacias Populares’, crece el número de personas infectadas por el SIDA, mientras que durante 2018, fallecieron 9.724 personas que estaban en “lista de espera” para ser atendidos. Las enfermedades mentales de los chilenos han aumentado y hay cifras alarmantes de suicidios en jóvenes y personas de tercera edad.

LOS TIEMPOS MEJORES PARA LOS RICOS

Por otra parte la autoridad entrega claras señales de favorecer a los más poderosos, mostrando la voluntad de detener los procesos de avance democrático logrados en los gobiernos anteriores.

El gobierno insiste en hacer una reforma tributaria para bajar los impuestos a los ricos y a las grandes empresas. Reitera su voluntad de modificar la legislación laboral, para hacer más flexible los contratos, incluso plantea el reducir las indemnizaciones por años de servicio a la mitad. No muestra intención de modificar el Código de Aguas para terminar con la privatización de las aguas en manos de empresarios sin escrúpulos, incluso propone entregar sus derechos “a perpetuidad.” No ha pasado nada con la prometida modificación a la Ley de Pesca, que entregó la explotación de nuestro mar a 7 familias. Hace intentos por reponer la selección en la educación, insistir en el copago y terminar con la gratuidad. Desde ya, en 2018 cerca de 20 mil estudiantes perdieron la gratuidad en la educación.

Entrega impunidad y apoyo a las empresas de sus socios instaladas en la zona de Quintero y Puchuncaví, que han provocado un gran desastre a la situación del medio ambiente, haciendo oídos sordos a las demandas de la población afectada. Parte de la superficie de un área protegida en la Reserva Nacional Lago Jeinimeni de la Patagonia, es entregada para la explotación a una compañía minera australiana. Se subsidia con dinero de todos los chilenos a las empresas concesionarias de las autopistas por las supuestas pérdidas provocadas por el “peaje a luca” cobrado en algunos momentos de alta concentración vehicular.

Da tranquilidad a los dueños de las AFP para que continúen haciendo grandes negocios con la plata de los trabajadores, mientras mantienen con pensiones de hambre a la mayoría de los jubilados y presentan un proyecto para entregar solapadamente aún más fondos para que continúen abusando. Se incentiva el racismo y la xenofobia, con una supuesta “regularización” de los emigrantes, estableciendo condiciones para su ingreso y formas camufladas de expulsión, mediante “vuelos humanitarios” de retorno en el caso de los haitianos.

Mediante medidas administrativas han logrado poner trabas y contradecir la aplicación de la ley de aborto en tres causales y han aparecido muchos hospitales “objetores de conciencia.” Trataron de aprovecharse del importante y masivo movimiento feminista que surgió durante el año 2018 a partir de denuncias de acoso sexual en las universidades. Piñera se pone para la foto, pero no resuelve el fondo de ninguna de las peticiones, sin entender el carácter y la profundidad del cambio de una sociedad machista, que las mujeres están demandando. De igual forma trata de capitalizar en forma muy oportunista la gran movilización y marcha del día de la mujer, que días antes habían condenado.

Para enfrentar la situación del pueblo mapuche y sus reivindicaciones, no encuentran mejor medida que aumentar la represión y la militarización de la Araucanía. Piñera personalmente, como un ranger, se pone a la cabeza dando la partida a las acciones del Comando Jungla, con tanquetas y carabineros armados hasta los dientes. Como era de suponer, al poco andar dicho Comando asalta comunidades mapuches, cometiendo abusos contra hombres, ancianos, mujeres y niños. Luego asesinan alevosamente al comunero Camilo Catrillanca y arman todo un entramado de cuentos y mentiras, que involucra a altos mandos de carabineros, el Intendente y el propio Ministro del Interior. Piñera se desentiende de la gravedad de la situación y respalda en el cargo a su primo.

Continúa la entrega de subsidios a las empresas forestales para aumentar sus plantaciones, apoyando y defendiendo sus negocios. En respuesta a sus llamados, decreta “estado de excepción” para la zona y destinan efectivos militares del ejército a cuidar sus intereses.

Con todas estas medidas la derecha más dura se envalentona y se pone desafiante. Presiona al gobierno, a tomar acciones más decidas y violentas contra los opositores. Reaparecen varios personajes que alaban a Pinochet y, según ellos, su gran obra de gobierno. Presionan por libertad a los “pobres ancianitos” que están acusados de crímenes de lesa humanidad en Punta Peuco, llegando a entregar beneficios de libertad para algunos de ellos. Cuestionan y descalifican las instituciones que velan por los derechos humanos. Varios dirigentes de organizaciones sociales reciben amenazas. Ponen en duda y tratan de echar por tierra las graves acusaciones que finalmente hace la justicia respecto del homicidio del ex presidente Frei Montalva y Piñera confirma en su cargo al subsecretario de redes del Ministerio de Salud, involucrado en el caso.

Aparecen situaciones muy graves e inquietantes, respecto a extrañas muertes por suicidio de algunos dirigentes sociales que encabezan en ese momento movilizaciones reivindicativas. Tal es el caso de Alejandro Castro dirigente de los pescadores de Quintero, Juan Pablo Jiménez, dirigente de trabajadores subcontratados, Alex Muñoz dirigente de la Celulosa Arauco de Teno y Marcelo Vega, pescador y activista medio ambiental de Mehuín.

DESPRESTIGIO PARA CHILE

Pero donde quedó demostrado el mayor des criterio y la incapacidad del gobierno, ha sido sin duda en la política exterior. Primero, Piñera trata de sacar puntos a su favor con el contundente fallo de la Haya sobre el problema marítimo presentado por Bolivia. Pero todos los chilenos sabían muy bien, que el éxito de la cancillería chilena fue un trabajo realizado por varios gobiernos anteriores y muy en especial por el equipo negociador de la Presidenta Bachelet.

Luego vino el triste episodio del Pacto sobre Migraciones de la ONU, en diciembre de 2018. Chile había estado trabajando en ello desde el año 2016 logrando una mayor cooperación entre las naciones para abordar el tema de las migraciones, incluso el propio Presidente Piñera en su viaje a la ONU había manifestado su aprobación al proyecto y señaló que estaba en perfecta armonía con la política chilena. Luego al momento de la firma definitiva en Marruecos, 164 países la aprueban, y Chile se da una vuelta en el aire y no firma, colocándose al lado de su amigo Donald Trump. Similar situación había ocurrido meses antes, cuando nuestro país luego de tener una alta valoración a nivel mundial sobre el tema del medio ambiente, y haber liderado desde 2012 junto a Costa Rica el Acuerdo de Escazú, a último momento se retira y no lo firma.

Finalmente el peor caso es la vergonzosa situación con Venezuela. Aquí Chile abandona definitivamente su tradicional política de Estado de no injerencia y respeto a la autodeterminación de los pueblos y se abanderiza en una aventura propiciada por Estados Unidos tomando partido por una parte de los grupos en conflicto. Nuestro país, se había caracterizado desde siempre por tener una política exterior que era respetada mundialmente por su seriedad y ecuanimidad. Cabe recordar como en el año 1962, un gobierno de derecha como el de Jorge Alessandri, se negó a participar en la presión de los EEUU para sacar a Cuba de la OEA. O cuando en 2003 el Presidente Ricardo Lagos se cruzó a EEUU en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, diciéndole no a su guerra contra Irak.

Ahora, Piñera pone a Chile en el juego de los EEUU, ayuda a constituir en Lima un grupo de representantes de gobiernos de derecha para que reconozcan la operación de un auto designado “presidente encargado” y hace el mayor ridículo viajando a Colombia para entregar una “ayuda humanitaria”, que es sólo una provocación para esconder una agresión militar que prepara EEUU para ese país. En forma irresponsable compromete la posición de Chile, que en estos momentos debiera haber estado, como lo había realizado siempre, colaborando en buscar y mediar una salida política, pacífica y consensuada entre las partes.

Como guinda de la torta, Piñera da para las cámaras un encendido y patético discurso en el puente fronterizo de la ciudad de Cúcuta, le señala a Maduro que sus días están contados y como un chiste ya conocido por todos los chilenos, les dice a los venezolanos “que vendrán tiempos mejores.”

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1 Comentario en ¿Y QUE PASÓ CON LOS TIEMPOS MEJORES? El primer año de Gobierno.

  1. Muchas gracias Luis Enrique por su notable y certero análisis. Y la gente del gobierno y los adictos que le hacen claque están totalmente convencidos que lo están haciendo regio.

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