ADIÓS AL CAPITÁN PLANETA Y A TODA UNA GENERACIÓN
Peculiar fue esa manera de comenzar ésta semana con aquella “renuncia” de Ricardo Lagos a la precandidatura de nuestro adolescente país. Si bien no conozco de gran manera el mundo de la política, entiendo cómo funciona ese juego de ganarse el voto de la gente, ya que luego de un tiempo nos vendemos sin quererlo y pasa a ser una simple subasta de “quién da más”. Y gracias a ello, puedo analizar el cómo el ex presidente Lagos se expresa en ese discurso de buenas noches.
Apoyado de vocabulario un tanto más elaborado que alude a una clase social paralela a la suya, vemos a Lagos como un personaje absolutamente auto-referente, quizás pensó que él era la “esperanza” que una nación necesita, un mesías que se fue en busca de respuestas y salió de su cueva para entregárselas a su plebe. Sin embargo, él habla sobre un progreso que para la población joven -entendiendo ésta como menor a la población adulta y adulta-mayor- está obsoleto, ese progreso respecto a temáticas de diversidad sexual, marihuana y más ha dejado de ser para nosotros temas esenciales ya que son pan de cada día; progreso ahora es ese que intenta destruir o reconstruir el sistema, ese que incluye los problemas estructurales que conforman al Estado.
Y para darle más nostalgia al asunto, el Capitán Planeta abandona su barco preguntando silenciosamente “qué sucederá ahora que me voy”, cuando lo que sale por su boca son agradecimientos y palabras que lo llaman a uno a no dejar de perseguir sus sueños como si estuviese recibiendo el galardón de su vida.
Increíble es y merecedor de analizar con más tiempo y espacio que éste, el personaje que los años le han creado a éste hombre cuyo famoso apodo fue creado por un medio, quizás con una conversación de medianoche.
Belén Pulgar Neira, Estudiante de Periodismo, Universidad de Concepción.
Déjanos tu comentario: