
Contradicciones sobre el desarrollo
Hace unos días, el presidente Piñera realizó una breve estadía en la región para anunciar el Plan Biobío, una serie de medidas, buena parte que ya estaban en marcha o en carpeta y algunas pocas nuevas, para impulsar el desarrollo y la mejor calidad de vida, como lo presentó ante autoridades y representantes regionales. Infraestructura, salud, educación, fueron algunos ejes con miras al crecimiento económico. Poco o nada sobre innovación, transformación de la matriz productiva, sofisticación y agregación de valor en rubros como forestal, acuícola o agrícola, y ninguna mención a proyectos emblemáticos y necesarios para la futura competitividad de la región, como el PACyT Biobío, por cierto apoyado por el Gobierno Regional y el intendente Ulloa.
Asimismo, hace unos días se presentaron los resultados de la octava encuesta sobre gasto y personal en investigación y desarrollo, correspondiente al año 2017 (Ministerio de Economía). Hubo una caída en el gasto de un 1,5%, explicado principalmente por la baja inversión en I+D+i por parte de las empresas, cercana a un 11%. Esto nos deja, otra vez, como el país OCDE que menos invierte en I+D, apenas un 0,35% del PIB, comparado con un promedio de un 2,34% de los países miembros.
La principal fuente de financiamiento está dada por el estado con cerca del 50%, seguido por empresas con un 30%. En el caso de las empresas, estas ejecutan un 35% del gasto en I+D, mientras que en países OCDE es cercana a un 70%, justamente fue el menor gasto de las empresas las que bajaron nuevamente las cifras.
Sin embargo, hay indicadores positivos, se ha triplicado el número de MIPES (Micro y Pequeñas Empresas) que realizan I+D+i desde 2011 y en especial las empresas con menos de 5 años de vida. Estas, por lo general, ejecutan financiamiento estatal, posiblemente explicado por los diferentes programas de CORFO, en especial Start-Up Chile. Por lo que hay que ser cautos al interpretar estos datos, dado que probablemente estas empresas de investigación y desarrollo están en fase temprana y seguramente, como ocurre con la innovación en el mundo, no todas serán exitosas.
Por otra parte, como país tenemos el menor número de investigadores por cada 1.000 trabajadores (1/1000), seguido por lejos por Letonia con 3/1000 y muy lejos del 8/1000 como promedio OCDE. Cabe destacar, que desde 2011 ha aumentado desde un 30 a un 34% la participación de investigadoras. Aún nos faltan investigadores en Chile, no solo en universidades, también en empresas. Con estos datos, podemos concluir lo que ya sabemos, falta más inversión en I+D en Chile, llevamos años con el mismo diagnóstico, pero sin soluciones reales, esperamos que con un recientemente creado Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimientos e Innovación se obtengan mayores recursos. Se hace urgente visualizar ¿Qué áreas del conocimiento queremos fortalecer?, ¿Cómo motivar más a las empresas a invertir en I+D? No es suficiente con darles a conocer la ley de incentivo tributario, se requiere voluntad y comprender que la creación y gestión del conocimiento fue una de las claves para alcanzar el desarrollo y un mejor estándar de vida en esos países con los que tanto nos gusta compararnos. ¿Dónde está la ciencia y la innovación en el Plan Biobío, cuando la región apuesta por el PACyT? Si las respuestas no vienen del gobierno central, mientras por acá se intenta avanzar en esa línea, ¿cómo alcanzaremos el desarrollo e inversión de los países OCDE? Contradicciones y cautela por ahora.
Fuente de figura: https://www.panamaamerica.com.pa/opinion/el-modelo-economico-y-sus-contradicciones-1106546

Déjanos tu comentario: