DE MALDAD Y APATÍA
Hay quienes matan o dañan al prójimo invocando una ideología política o la pertenencia a un Estado específico, existente o bien secuestrado por otro. Hay otros que hacen el mal sin perseguir objetivos específicos. Hay abusadores y violadores, traficantes de seres humanos y de armas, los que propenden la destrucción del medio ambiente y quienes se benefician de todos estos actos, los que son encubridores o que teniendo conocimientos de estos hechos, cierran la boca y los ojos aduciendo muchas razones; pero que con este silencio devienen en delincuentes, tal como respecto del sujeto que yace con el niño, golpea y viola a la mujer indefensa o coloca una bomba. Quien recibe las monedas manchadas con la sangre de estos actos o percibe algún beneficio de sus agentes y se pretende inocente porque nada hace, cuando resulta ser tan miserable como el peor de los malhechores, justamente por no hacer nada, para evitar perder una prebenda, para conservar un pequeño empleo o simplemente para no meterse en problemas. Utilizan múltiples excusas para traspasar las puertas de la fría indiferencia, que se nos abren de par en par.
Son los testigos que pueden hasta considerar una hazaña o al menos llegar a justificar los más horrorosos delitos, pero lo que hacen de verdad no es levantar la defensa del autor del crimen, sino que intentan construir una apología en favor de ellos mismos, para evitar que se deshaga esa ficción a partir de la que han construido sus historias de vida y sus referentes morales. Son los que desde el apoyo irrestricto se van alejando y comienzan a observar desde lejos lo que ocurre, guarneciéndose para evitar que sus simpatías sean descubiertas.
No faltan quienes elevan a la categoría de guerreros santos a los más comunes de los criminales, recortando la motivación banal de sus acciones, reemplazándolas por grandes fundamentaciones de carácter históricas o sesudas reflexiones políticas, religiosas o filosóficas. Cuando son sólo el espejismo o la caricatura de algún martirio o gloriosa cruzada. Obviando a las incómodas víctimas, quienes adquieren las más de las veces tal calidad por el mero azar. En condiciones de apatía generalizada, en los que ya no existen objetivos trascendentes, en los que un comentario de una figura de matinal vale más que la opinión de un humanista, es cuando surgen aquellos líderes con los más delirantes proyectos políticos, que se rodean de serviles seguidores, capaces de ensuciarse las manos para satisfacer las ambiciones de quienes los dirigen, ante la mirada indiferente del resto, los que en lugar de hacer algo, siguen babeando frente al televisor, para evitarse el esfuerzo de pensar por sí mismos y dejar que otros le construyan sus héroes y sus objetivos de vida.
Fuente de imagen: http://jmcazalis.blogspot.com/2017/02/el-mundo-no-anda-mal-por-la-maldad-de.html
Una vez mas, usted maestro, con su sabio razonamiento, nos sume en una profunda reflexión ética y de conductas del ser humano y de la sociedad en general…
Falta, mucha falta nos hace entrar en este tipo de razonamiento y contribuir a multiplicar esta tarea a la que el hombre y la sociedad no debe renunciar nunca: examinar nuestros razonamientos y nuestras conducta.
Reflexiones de honda sabiduría, usted , Andrés, con sus columnas nos obliga a reflexionar sobre nuestras conductas propias y de nuestro entorno social.
Cuantas personas logran reflexionar profundamente???