
DOS PREGUNTAS SOBRE SEBASTIÁN PIÑERA. ¿A QUIEN ENGAÑA? O ¿QUIÉN LE CREE?
Parece ser difícil responder a tales preguntas. Con respeto, pues se trata de un ex-presidente de Chile, comentaré las preguntas que encabezan este artículo.
A mí no me engaña y explico porqué. Resulta que el señor Piñera dice que estableció un fedeicomiso ciego para que no se le achacara estar preocupado de sus negocios y platas, mientras ejercía la presidencia. Muy bien. Fideicomiso ciego sí, pero sólo de 450 millones de dólares. El resto de su fortuna, unos 2000 millones de dólares se fueron a paraísos fiscales, donde el fedeicomiso no funcionaba.
El fideicomiso “ciego” en Chile quedó en manos de sus más fieles amigos en la administración de sus platas y negocios: José Cox y Salvador Valdés. Me pregunto y pregunto a los lectores. ¿Es posible creer que el ex presidente no se comunicara con tan fieles amigos para saber en que se estaban invirtiendo los 450 millones sometidos a su custodia? Por lo menos puedo asegurar que tengo hartos defectos pero, ingenuo no soy.
El resto de sus platas (dos mil millones de dólares) quedaron fuera del cacareado fideicomiso y volaron a paraísos fiscales. Hasta el momento se sabe de dos lugares: las Islas Vírgenes Británicas y Luxemburgo.
Estos lugares, muy famosos, sirven para ocultar negocios que no son registrados en el país de origen de las platas y también para “evadir impuestos” o “desarrollar actividades reñidas con la ley y con la moral”. Así lo sostuvo el propio ex presidente en foro efectuado en Guayaquil en Agosto 2010 por la fundación Ecuador Libre. Como tales platas no estaban incluidas en el fideicomiso ciego, Sebastián Piñera establecido en Chile podía estar atento a lo que ocurría con ese dinero puesto afuera.
Tan atento estaba en sus negocios, que cuando ejercía la presidencia, tenía en su despacho presidencial un terminal Bloomberg, para ver cotidianamente los resultados de las bolsas de valores en el mundo. Lo relata la periodista inglesa Jude Weber que entrevistó al ex presidente en su oficina de La Moneda para Financial Times, versión on line del 19 de Julio de 2010. Dice, “ tiene una calculadora a mano, un bloc de notas garabateado con números frente a él y un terminal Bloomberg”. Usted puede preguntarse para qué tal interés de estar al día de los movimientos financieros mundiales. Sin duda, para ordenar a los ejecutivos de su “familly office” donde poner las platas. Obvio. Así pues es difícil de creer que no se involucraba en las decisiones.
En el mundo moderno de los negocios financieros se ha acuñado la figura del “familly office”, es decir, de un lugar exclusivo de las personas más directas y consanguíneas para administrar las platas y los negocios. No se confía en otros. Eso es lo que ha organizado Piñera. Me parece normal que trate de cuidar sus platas. Ahora bien, ¿es posible creer que en la reuniones, almuerzos, comidas, condumios, o simplemente reuniones familiares en sus diferentes mansiones Zapallar, Lago Ranco, Caburgua, Cantauco o San Damián, Piñera no preguntara, cómo estamos en las inversiones y negocios? Entonces, no creo que en tales circunstancias se omitieran los temas de platas y negocios como se había hecho toda la vida porque estos asuntos han sido siempre centrales en la vida de Piñera.
Para finalizar una conclusión propiamente política en el escenario que estamos viviendo. La derecha acepta a Piñera tal cual es: un hombre que en el ámbito de los negocios se ha equilibrado siempre en la cornisa de la ilegalidad y le ha aceptado sus escasos escrúpulos para amasar una fortuna. Al fin de cuentas puede ganar. ¡¡Viva el pragmatismo!!. Por mi parte me quedo con lo que señalaba Tony Judt “la delgada línea que separa el realismo político del cinismo moral es muy fácil de cruzar y el precio de hacerlo, con el tiempo, acaba pagándose con un espacio político corrupto”. Al final es el país el que termina pagando y lo estamos viendo.
Dr. Ariel Ulloa A.
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Qué buen análisis…
Lo debería leer mucha gente!