
EL HUMANISMO EXPULSADO DE LA EDUCACIÓN
Si por humanismo entendemos lo que señala el diccionario, esto es “aquel movimiento intelectual que aspira a poner en valor la dignidad del espíritu humano, enlazando la cultura moderna con la clásica”.
En Chile esto llegó para algunos desde los tiempos coloniales como los patriotas Manuel de Salas, José Antonio Rojas o Juan Egaña, quienes anhelaban que esta cultura permeara las capas sociales y así saliéramos de nuestra natural condición como es la ignorancia. Para ello, emplearon sus mejores energías en propagar los ideales de la revolución francesa como es la igualdad, libertad y fraternidad, utilizando la educación como el mejor medio para propagar estos ideales y así “ilustrar al ciudadano” como planteaba O’Higgins.
En los primeros años, la creación de la primera Biblioteca pública o El Instituto Nacional, fueron hechos desde los albores de nuestra independencia, obra del libertador Carrera. Así nuestra educación en sus primeros años tuvo el sello del humanismo, la libertad y el conocimiento integral. Eso que llamaban nuestros abuelos, ser educado o tener cultura general, aunque esto era para algunos, debido a que el sistema avanzaba lento en un Chile atrasado y de pobres en su mayoría.
Fue a fines del siglo XIX cuando las luchas laicas cometieron el primer ataque al humanismo cuando a la educación le fue cercenado el latín, nuestro idioma base y raíz de las lenguas romances como castellano o español. Al privarnos del latín, se olvidaron la etimología de las palabras, es decir, cuál es su origen, como también nos privaron de ese idioma sintético y base para estudiar francés, catalán, italiano o portugués. No faltó el ateo que lo justificó diciendo que “solo le servía a los curas”.
En los años noventa, las emprendieron contra filosofía, argumentado que los jóvenes tenían que tener pensamientos propios y que a muchos sencillamente no les gustaba.
No terminábamos de lamentar este golpe al humanismo cuando los gobiernos de la alegría las emprendieron contra Economía y Educación Cívica, eliminándolas hasta ahora del currículum escolar. Así nunca más se estudió la constitución, las leyes y la formación ciudadana pasó al arcón del olvido. Por supuesto, sin economía, el capitalismo que estimula el consumo, la vanidad, la avaricia materialista y el desprecio por la cultura humanista, se impuso sin contrapeso y menos con alguna voz crítica.
Así llegamos a nuestros tiempos cuando el gobierno actual, lisa y llanamente ha sacado la historia de Chile y educación física de tercero y cuarto medio, transformando estas asignaturas vitales en todo currículum con algo de decencia a quedar relegadas a simples asignaturas optativas, debido a que no conviene al neo liberalismo que se conozca el pasado de Chile, con su esfuerzo de generaciones por un país más justo e integrado, cuando la educación pública juntaba a niños y jóvenes de todos los estratos sociales, cuando se premiaba el esfuerzo intelectual y los talentos de cada cual y no a la pinta o el dinero de algunos. Cuando los chilenos vivíamos en una república, en donde el bien común y la justicia social eran deberes del estado y no este estado subsidiario que ayuda solo a quienes son partidarios del mal llamado “modelo” y el cual es severamente cuestionado por una gran mayoría que de las palabras pasó a la acción a partir del pasado viernes 18 de octubre, que tiene al gobierno tambaleando y con una violenta represión por parte de agentes del estado con decenas de muertos, heridos, violadas, detenidos, como también bienes públicos y privados destruidos o saqueados.
Muy buen artículo profesor.
Gracias por su aporte Fernando.