
EL TIEMPO PASA
Los asuntos en el ámbito político transcurren rápidamente y los problemas de cercanía de los partidos con la ciudadanía no son resueltos, manteniéndose en amplios sectores esa gran apatía y desconfianza que ya quedara demostrada con la alta abstención de las últimas elecciones municipales. El pueblo, influenciado por las ideas de la derecha y los hechos de corrupción ocurridos en el último tiempo, no le interesa mayormente votar. La derecha está contenta, sabe que si menos gente vota, más posibilidades tiene de ganar en las próximas elecciones.
La Presidenta Bachelet trata de mantener el rumbo, mientras la derecha no cesa en sus ataques al gobierno. La serena y contunde presentación de la Presidenta ante el Congreso el pasado 1º de Junio demostró a los chilenos con claridad los importantes avances logrados, a pesar de los problemas y dificultades del período y el cumplimiento de las promesas de iniciar en el país cambios estructurales de largo plazo. La derecha contraatacó de inmediato diciendo que lo planteado parecía que se hablaba de otro país. Es claro, lo que señaló la Presidenta era la realidad, no esa imagen distorsionada de país que ha pretendido crear la derecha a través de sus medios de comunicación en estos años.
Los partidos de la Nueva Mayoría continúan con sus dinámicas y formas de actuar demostradas en este tiempo y finalmente se enfrascan en el tema electoral. Sus dirigentes, quienes debieran saber conducir a esa gran mayoría de adherentes incondicionales al Programa de Reformas de la Presidenta Bachelet y estudiar la mejor forma de prolongar su acción en el tiempo, caen en lo de siempre.
Para nada se prioriza la definición del programa del próximo gobierno y el establecer las alianzas y compromisos necesarios para lograr su cumplimiento efectivo, como requisito previo antes que designar a la persona más adecuada para conducir dicho programa. Una vez más, se opta por el camino de siempre: se levantan primero los candidatos y el futuro programa unitario pasa a pérdida.
Esto obviamente ayuda a que se acentúen las divergencias, aparezcan los apetitos partidarios y de grupos, resintiéndose la unidad de la alianza. Al mismo tiempo permite que se acreciente el desconcierto y la apatía de muchas personas, fomentando que la ciudadanía tome distancia y se aleje cada vez más de la política y los políticos.
LA DC OPTA POR EL CAMINO PROPIO
El sector más de derecha de la DC logra finalmente ganar internamente su opinión de llevar “candidato propio” directamente a las elecciones presidenciales, sin pasar por las incómodas primarias, que lo más probablemente los habría llevado a una derrota anticipada y poner fin a su aventura en el mes de Julio.
Con su nueva estrategia claramente tienen más tiempo de exposición ante la ciudadanía y pueden hacer campaña como partido hasta noviembre. Una buena decisión para el partido, pero que para nada consideró los problemas que ello podría provocar a la alianza de la Nueva Mayoría y a la gestión del Gobierno de la Presidenta Bachelet, que en la práctica resta a uno de sus partidos que representaba al centro político.
Pero, como “no hay mal que por bien no venga”, esta decisión sirve para sincerar mejor ante la ciudadanía, los intereses de los sectores de la derecha de la DC, que nunca les preocupó mayormente la suerte de la alianza, como quedó demostrado durante todos estos años del gobierno de la Presidenta Bachelet.
Ahora la candidata de la DC, podrá plantear con mayor claridad y sin tapujos, todas aquellas cosas que tanto le incomodaron de la Nueva Mayoría y que justificaron su permanente boicot de algunos de sus personeros a la gestión del Gobierno. La ciudadanía podrá identificar mejor y nítidamente aquellos candidatos de ese partido que estaban por evitar el alza de impuestos a las grandes empresas que proponía la reforma tributaria, los que se oponían a los términos de la reforma educacional, los que estaban en contra del derecho a huelga de los trabajadores, los que se oponían a restablecer en Chile las tres causales para el aborto, los que ponían limitaciones a los cambios a la constitución, etc.
Habrá que agradecer a los Gutemberg, Walker, Zaldívar, Aylwin, Alvear, Burgos y otros personeros de su ala derecha por la buena movida interna realizada que permite sincerar sus posiciones ante la ciudadanía, para que ella pueda libremente elegir. Situación lamentable para Carolina Goic, forzada a sostener una candidatura representando a esos sectores que nunca compartió, cuando ella misma a inicios del año había manifestado una opinión favorable a las primarias.
LA NUEVA MAYORÍA APOYA A GUILLER
La decisión tomada por la DC que en la práctica rompe la alianza, por cierto plantea nuevos e importantes desafíos a todos los partidos que permanecen en la coalición de la Nueva Mayoría. La bajada del candidato Ricardo Lagos, quien representaba fielmente a aquellos sectores del PS y PPD que nunca comulgaron con la Nueva Mayoría y añoraban los tiempos de la antigua Concertación, los deja huérfanos. Así, sin posibilidades de realizar primarias competitivas al interior de la alianza, la postulación del senador independiente Alejandro Guiller como su abanderado, es la opción definitiva.
La campaña de Guiller se plantea claramente en la perspectiva de continuar y mejorar el proceso transformador iniciado por la Presidenta Bachelet. Como carta de presentación, tiene un impecable comportamiento de respaldo y apoyo a las iniciativas presentadas por el gobierno de la Presidenta Bachelet. El actual senador por sus características de seriedad, capacidad y honestidad aparece como el mejor hombre para desafiar a la derecha en sus intentos de recuperar el Gobierno. Queda en deuda por el momento la formulación del programa, que se necesita definir en forma urgente.
La Nueva Mayoría debe recoger en su programa las aspiraciones del pueblo por las transformaciones planteadas por la Presidenta Bachelet y que se vieron frustradas por problemas de gestión y de un real apoyo de sus partidos. Se deben incorporar también los temas que hoy el pueblo demanda en forma masiva y recomponer una alianza que convoque a todos los sectores del centro y la izquierda para detener los intentos de la derecha por volver atrás en los logros alcanzados. Una alianza que no tema asumir las aspiraciones y sentimientos mayoritarios del pueblo, para desarrollar un programa que avance y profundice la democracia. Una candidatura con perspectiva de futuro y receptiva a incorporar a nuevos sectores a la alianza, en especial con un criterio amplio de unidad para enfrentar una eventual segunda vuelta.
Pero cuando hablemos de Centro, se debe entender a aquellos sectores de los partidos y movimientos sociales que realmente representen a dichos grupos y no como ha pretendido ahora la derecha, de infiltrar al “centro” y pasar de contrabando sus propias ideas e intereses. Debemos recordar que algunos sectores de la DC o el PS hacen planteamientos francamente de derecha camuflados como “ideas de centro”. La propia UDI y RN, paladines contra cualquiera reforma al sistema imperante, se presentan angelicalmente como personas de “centro derecha”.
EL FRENTE AMPLIO
Por otra parte, los diversos grupos de izquierda agrupados en torno al Frente Amplio, no tienen en estos momentos una capacidad de plantearse como alternativa de gobierno y su viejo discurso contra el “duopolio” poco ayuda a comprender la real situación que ocurre en el país y diferenciar a los sectores democráticos del enemigo principal que es la derecha.
Han encontrado una buena candidata para representarlos, la periodista Beatriz Sánchez, persona ajena a los sectores políticos tradicionales, con carisma y empatía con la gente, construida por sus certeras opiniones expresadas en un programa radial que eran amplificadas por las llamadas “redes sociales” (internet, twitter, Facebook, whatsapp). Pero eso mismo es una de sus limitantes: una persona poco conocida a nivel de la “ciudadanía normal”, aquella que no transita por la redes mediáticas y que a lo más se informa por lo que dice la Tele. Una ayuda para masificar su conocimiento ha sido sin duda la participación del conglomerado en las primarias, pero la falta de mayor experiencia política para las enormes dificultades que tiene la conducción de un gobierno, es un debe que le pasa la cuenta.
Pero su mayor problema sigue siendo la alianza que la apoya, formado por mini grupos cada uno con sus propias particularidades, diversidad de intereses y egos personales. Si bien aparece respaldada principalmente por “Revolución Democrática” y el “Movimiento Autonomista”, no se debe olvidar que existen otros once integrantes de la alianza con sus diferencias, que hacen inevitables el surgimiento de ciertas rencillas, descalificaciones y personalismos.
Los “Humanistas”, “Nueva Democracia” con su precandidato Alberto Mayol y “la Izquierda Libertaria”, tienen mayor cercanía a Revolución Democrática, pero los inconvenientes surgen con la “Izquierda Autónoma”, “los Ecologistas”, “los Liberales”, “Poder Ciudadano”, “El Movimiento Democrático Progresista”, “el Partido Pirata” y el “Partido Igualdad”, que tienen diversas aprehensiones con el proceso.
Así por ejemplo, el carácter más ciudadano y amigable de la candidata, que le puede servir para obtener más votos, no convence a muchos que la ven ajena a los principios que los congrega dentro de la alianza. Algunos, como el Alcalde de Valparaíso, del Movimiento Autonomista de Gabriel Boric, critican fuertemente ese entusiasmo electoral de muchos, que pone en cuestión el problema de fondo del Frente, que es la construcción de una alianza más afianzada en los sectores populares.
No debemos olvidar también que la dispersión de los mini grupos de izquierda es aún mayor y que existen sectores fuera del Frente Amplio que incluso tienen sus propios candidatos: El Partido “País” de Alejandro Navarro, el “Igualdad” de Roxana Miranda , el “Progresista” de Marco Enríquez Ominami. Y otros más lejanos como “El socialismo Allendista”, el “MIR”, el “Movimiento Juvenil Lautaro”, el movimiento poblacional “Ukamau”, etc. Hay para todos los gustos.
El construir una campaña sobre la base del entusiasmo de una elite de intelectuales jóvenes no basta. Es cosa de recordar lo ocurrido en elecciones pasadas, con la votación de “la nube de mosquitos” de Manfred Max Neef o las grandes “ideas revolucionarias” de Marcel Claude, que resultaron terminar en un profundo fracaso electoral.
La iniciativa de reagrupar a todos estos sectores dispersos en el Frente Amplio es sin duda interesante, en especial si logran asumir el déficit demostrado por la izquierda de la Nueva Mayoría, de organizar y apoyarse desde la base en el movimiento de los sectores populares. Pero aquellos dirigentes más conscientes, deben entender que la forma de derrotar a la derecha y avanzar en los cambios, es ayudar a la unidad fortaleciendo precisamente a los sectores de izquierda más consecuentes existentes en la candidatura de la Nueva Mayoría. Una buena decisión estratégica sería por ejemplo, el destinar esfuerzos para tener una significativa representación parlamentaria que puede jugar un papel importante mediante su apoyo a las iniciativas que favorezcan al pueblo en un futuro gobierno.
Luis Enrique Salinas C.
17 de Junio de 2017
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