ME CARGAN LOS POLÍTICOS……
René Fuentealba Prado.
En el campo de la política, siempre hay puntos de vista contradictorios. Cada cual trata de justificar sus críticas y opiniones, frecuentemente con expresiones que van más allá de la buena crianza. En general, no se argumenta sino que se desacredita e injuria. La preocupación por los problemas de la comunidad pasa a un segundo plano. Lo importante son las diatribas, las cuñas y frases que no expresan nada y que solo dejan en la gente un sabor amargo.
La alta abstención registrada en los comicios del 23 de octubre, tiene variadas explicaciones. Hay hechos que parecieran estar fuera de toda discusión, como la irritación ciudadana frente a la poco decente forma de actuar de los “señores políticos”, el caos generado por el Registro Civil y el Servel a raíz de los arbitrarios cambios de domicilio electoral o la falta de acción, tanto legislativa como administrativa, tendiente a limpiar los padrones en los cuales siguen figurando miles de ciudadanos mayores cien años.
Pero, si se analiza “la línea gruesa” del problema, es conveniente tener presente algunos datos duros.
Para la elección municipal del 2008 (previa al establecimiento de la inscripción automática y el voto voluntario) figuraban en el padrón 8.110.265 personas que se habían inscrito voluntariamente. De ellos, concurrieron a sufragar, obligados por ley so pena de multa, 6.955.000 ciudadanos, lo que implicaba una abstención del 14.9%.
Para los siguientes comicios del 2012, con inscripción automática, el volumen de inscritos se elevó a 13.404.708, lo que implicó un incremento de 5.295.000 eventuales ciudadanos (más de un 65%), personas que por rechazo, dejación, o flojera, no habían tenido, hasta la fecha, ningún interés en participar. De esta cifra de habilitados para sufragar, sólo 5.790.617 lo hicieron efectivamente, lo que implicó una abstención de 56,8%.
Para este 2016, el padrón se elevó a 14.121.316 habilitados y la participación efectiva bajó a 4.926.189 sufragantes, marcando un record de abstención de un 65,12%.
Es evidente que, al hacer un análisis comparativo de la situación “antes de” y la situación “después de”, las cifras están contaminadas ya que la base electoral se encuentra inflada al incorporar, un poquito a la fuerza, a 5,3 millones de personas.
A pesar de lo dicho, el problema global sigue siendo tremendamente preocupante. La cifra absoluta de de participantes efectivos, para el período señalado, evolucionó desde 6.959.075 personas en 2008, a 5.790.617 en 2012 para caer aún más en 2016 al llegar solo a 4.926.189. ¿Qué nos dicen tales guarismos? Simplemente que, en un lapso de ocho años, la masa de sufragantes bajó en más de dos millones de personas.
Los antecedentes anteriores, permiten definir tareas concretas impostergables.
La primera, aportar todos los recursos humanos, tecnológicos y financieros que sean necesarios, para sanear el padrón electoral antes del 30 de junio de 2017. Nuestros inefables servidores públicos deben tomar ahora todas las medidas del caso, pues el país no tolerará elecciones presidenciales y parlamentarias que estén cuestionadas. Una democracia formalmente sana y transparente, así lo exige.
La segunda, dar comienzo a un proceso de concientización cívica al cual deben ser convocados todos los actores de la sociedad. Entidades educacionales, confesiones religiosas, organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación social, sindicatos, juntas de vecinos, etcétera, deben sumarse a una campaña global que revalorice la importancia del sistema democrático y las responsabilidades personales en la adecuada selección de nuestros mandatarios.
Permanecer indiferentes ante un estado de cosas, puede traer graves consecuencias. Una sociedad que no es capaz de apreciar que es deber de cada uno de sus miembros el conducir su destino y comprometerse en proyectos más solidarios y participativos, es una sociedad que está incubando “el huevo de la serpiente”. La amenaza de la demagogia irresponsable y del populismo, está a la vuelta de la esquina.
Simple y claro su análisis Don René.
Cuanta realidad demostrada en el articulo escrito por el abogado Rene Fuentealba, bajo el titulo que lo dice todo: «Me Cargan Los Politicos». Como necesitamos a un Pablo Freire nuevamente en Chile, que nos pueda crear una «Concientizacion» ciudadana.