
Merkel, única.
El domingo se celebrarán las elecciones generales más importantes de las últimas décadas en Alemania. Lo único seguro es que la actual Canciller, Angela Merkel, dejará el poder después de 16 años, igualando en tiempo a Helmut Kohl y superando a Konrad Adenauer. Ha sido llamada la “Canciller de las Crisis”, “Mutti Merkel”, la “Dama de Hielo” o la “Canciller eterna”. En estos 16 años debió enfrentar una seguidilla de tensiones tanto a nivel nacional, europeo como internacional. La gran depresión que comienza en 2008, la crisis del Euro (con el riesgo del “Grexit”), la de refugiados, los atentados terroristas, la crisis institucional y de identidad de la Unión Europea y la actual crisis de la pandemia. Con luces y sombras, críticas y alabanzas, aciertos y desaciertos, Angela Merkel ha pasado, indudablemente, a la historia no sólo de Alemania sino universal. Su estilo austero, sobrio, aburrido para algunos, símbolo de estabilidad para otros, deja un legado inmenso en la hora del adiós. Fue símbolo de moderación y certidumbre, valores tan queridos por Alemania. Desesperante a la hora de tomar de decisiones para socios como Sarkozy o Cameron debido a su método racional y científico: escuchar a todos, evaluar todos los escenarios, descartar todos los riesgos y esperar hasta el último minutos -a veces al borde del precipicio- para decir su palabra final. Mark Rutte, primer ministro de Países Bajos, ha sostenido que en los Consejos Europeos cuando Merkel hablaba, todos paraban lo que estuvieran haciendo, porque a ella se le escuchaba. Nacida en la RFA, por decisión del trabajo de su padre fue criada en la Alemania oriental, a contrapelo de lo que muchos alemanes de la época hacían al tratar de saltar el cerco y llegar a la Alemania occidental. Esto dejó marcado en ella la austeridad y el valor de la libertad. También en ella se dejó escuchar con fuerza su discurso contra la ultraderecha y los rancios nacionalismos que llevaron a la guerra, declarando que la libertad de expresión tiene límites cuando de racismo se trata. Hace poco se declaró abiertamente feminista a pesar que ya había tenido muchos gestos públicos reafirmando su compromiso con la igualdad de oportunidades. Algunos la acusan de haber “socialdemocratizado” a la derecha y otros le reprochan su dureza en los tiempos de la troika con las medidas de austeridad con los países del sur de Europa. Esto demuestra que Merkel es única y ya muchos la están echando de menos en estos tiempos convulsos.
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