
NUEVOS PARADIGMAS PARA EL DESARROLLO
En Europa y, en general, en el mundo de los países llamados desarrollados están asomando con fuerza inusitada -lo que tiene su explicación porque los humanos pensantes están pasando desde el temor al pánico- nuevos paradigmas para el desarrollo a aplicar de aquí al futuro inmediato.
Y estos nuevos paradigmas se basan en que ya no podemos continuar instalando nuevas plantas de generación de energía eléctrica basadas en combustibles fósiles, sino que debemos estudiar la construcción de nuevas plantas de generación a partir de energías renovables, como la solar, la eólica y la hidráulica, pero no para seguir con generación creciente en paralelo con las térmicas y nucleares existentes y demorando su cierre.
Los enfoques para el desarrollo energético futuro de Chile y del mundo deben cambiarse radicalmente. El Covid-19 ha provocado la caída de la demanda energética a nivel mundial. “Las energías renovables han resistido mejor que las fuentes de energía tradicionales con récords de penetración. La reducción de las emisiones y de la contaminación atmosférica, debida a las restricciones de movilidad, han asociado la crisis viral a una próxima crisis climática y a la necesidad de avanzar en un uso de la energía más sostenible ambientalmente”. [1]
La ventaja de las energías renovables distribuidas está en que permiten convertir al consumidor en cliente activo, pudiendo actuar como generador domiciliario en el mercado eléctrico con techos fotovoltaicos para el consumo propio y venta de los excedentes inyectándolos a la red y participando así en el mercado energético. De este modo, los productores individuales independientes de las empresas distribuidoras permiten y permitirán que el autoconsumo se convierta en un proveedor del sistema eléctrico con los mismos derechos que cualquier generador de energía.
La capacidad de generación con energía renovable, solar en este caso, flexibiliza la generación, aumenta la competencia, disminuye los precios y hace más rápida la descarbonización de la matriz.
Javier García Breva plantea que “A partir del autoconsumo colectivo, del almacenamiento y la digitalización, las iniciativas de barrios solares, barrios inteligentes, cooperativas, comunidades energéticas y proyectos energéticos municipales se extienden por el mundo y también por España. De la madurez de la energía renovable emerge su principal virtud que es la de aproximar la generación al consumo. Representa la más alta eficiencia y la mejor oportunidad de trasladar al consumidor las ventajas del autoconsumo y de los contadores inteligentes y la única posibilidad de alcanzar los objetivos de reducción de emisiones del Acuerdo de París”. (-) “La mayor inversión en energías renovables no será eficiente ni tendrá sentido si no va acompañada de una estrategia para transformar el consumidor pasivo en consumidor activo”.
Un tema tremendamente controvertido es el del Hidrógeno Verde [2], que se ha extendido en los medios con excesivo y peligroso optimismo. En Chile se viene apostando desde el anterior gobierno y desde el Congreso a este medio de almacenaje de energía, conocido desde hace muchos años, pero de incierta y discutible aplicabilidad práctica, factibilidad tecnológica y rentabilidad económica. Y que, además, va en un sentido opuesto al de los planteamientos energéticos de los nuevos paradigmas, es decir, a seguir con más de lo mismo para la continuidad del crecimiento de la economía mundial.
Estamos viendo un inusitado despliegue de proyectos de parques eólicos de generación de electricidad para obtener hidrógeno a partir de la electrólisis del agua (agua que escasea en Chile y en el mundo cada día más), que están invadiendo campos de producción agrícola y terrenos con ecosistemas delicados -como los humedales- y provocando impactos ambientales negativos. Las justificadas protestas contra los parques eólicos, desde las comunidades rurales y citadinas van en aumento, principalmente en las regiones de Biobío y Maule, con hasta el momento, la vista gorda del nuevo Gobierno.
En la Región de Magallanes y Territorio Antártico Chileno, está subiendo “la fiebre del hidrógeno verde”, sin que sus promotores venidos desde la capital sepan a ciencia cierta lo que están haciendo. Más bien da la impresión que estuviesen apostando a la ruleta en el casino, y metidos en un torbellino de especulación.
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Referencias
[1] https://www.energias-renovables.com/javier-garcia-breva/los-6-paradigmas-de-la-energia-para-20200630
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