Unas dosis de sensatez. ( I )

Los períodos eleccionarios, en todas partes, son especialmente procelosos. Por sobre los debates y enfrentamientos propios de toda contienda política siempre afloran, con el propósito de conquistar al electorado, promesas de toda especie que no solo carecen de sustento sino que muchas veces se contradicen con lo que cada candidato afirmaba taxativamente algunas semanas antes. Al desconcierto que esto provoca en la ciudadanía se suma la actitud de muy definidos “grupos de interés” que, favoreciendo la candidatura que los representa, inician,  abierta o sibilinamente,  campañas destinadas a crear temor en la población. El botón de muestra lo puso Juan Carlos Camus, el presidente de la Bolsa de Santiago, cuando declaró que, si no triunfaba su candidato, el país se encontraría ante  un colapso bursátil.

En general, la prensa tradicional da amplia cobertura a “expertos” de toda laya para que reafirmen determinadas ideas. Por tal razón, resultó sorprendente que el pasado lunes 4, Sergio Lehman, jefe del Departamento de Estudios del BCI, el tercero en importancia del país y ahora muy internacionalizado, apareciera declarando en El Mercurio: “Creemos que  la inversión se va a recuperar en el mismo nivel, independiente de quien gane”. Precisa el matutino de Vitacura: “(Lehman) estima que con Piñera o Guillier habrá foco en el crecimiento. El principal riesgo que enfrenta el próximo gobierno, indica, es la búsqueda de consensos para llevar adelante políticas en un Congreso polarizado”. El economista señala que más allá del nombre, lo importante es cuáles son las políticas que van a implementar y cuál es su mirada respecto del crecimiento y la inversión. El Mercurio insiste. Su periodista pregunta: “Algunos analistas han comentado que un triunfo de … Guillier podría retrasar la recuperación económica…” Lehman responde: “No suscribiría esa afirmación, sino que más bien creo que la clave tiene que ver con las políticas a implementar. En esa mirada, y de acuerdo con lo que su propio comando ha señalado, el tema del crecimiento es para ellos un elemento central”. Invitado a precisar cuáles serían  los mayores riesgos, el entrevistado contesta: “Claramente,  hoy día tenemos una sociedad más empoderada, por lo tanto va a haber mayores manifestaciones, pero es parte de la forma en que funcionan las democracias y como tienen que irse recogiendo las distintas preocupaciones o sensibilidades de la población”. El Mercurio no ceja y, es notoria su incomodidad ante respuestas que no son de su agrado. “¿Podría  seguir cayendo la bolsa local? El economista no se deja enredar y latamente expone que la volatilidad bursátil es propia de nuestra época y que “el precio de los activos tanto acciones como tipo de cambio o incluso commodities, están determinados por los fundamentales”, es decir por la recuperación de la economía y de la inversión.

Es de interés destacar la actitud de un experto serio que se ubica en el lugar que corresponde y que entrega puntos de vista destinados a entregar una fuerte dosis de sensatez y tranquilidad frente a una población que es acosada por todos lados con inyecciones de incertidumbre cuyos propósitos son fácilmente detectables.

En el mismo sentido, cabe llamar la atención sobre un hecho hasta ahora desconocido. El mismo matutino dio  a conocer que, desde hace más de un año, y atendiendo a una convocatoria de cuatro gremios empresariales (ASPEX, Asociación de Exportadores de Chile A.G;  ACTI, Asociación Chilena de Empresas de Tecnología de la Información, AG.;  ASIMET, Asociación de Industriales Metalúrgicos y Metalmecánicos A.G; y   ASEXMA, Asociación de Exportadores y Manufacturas A.G.), se han estado reuniendo semanalmente los decanos de las Escuelas de Economía de la Universidad de Chile (Manuel Agosin Trumper),  de la U. Adolfo Ibáñez (Ignacio Briones Rojas)  y de la U. Católica (José Miguel Sánchez), para tratar de delinear los principales desafíos que debe enfrentar el país tanto en el corto como en el largo plazo.

Aunque competidores en lo académico y con sus propias definiciones políticas, los decanos coincidieron en que era posible dialogar, con libertad total, sobre una serie de problemas que complican el crecimiento y desarrollo del país y que representan obstáculos que afectan a los gobiernos más allá  de su signo político.

En naciones  más avanzadas, como es el caso de las Países Bajos, se ha logrado diseñar unidades técnicas que, con absoluta independencia, pueden evaluar los costos y perspectivas de todo proyecto y  política pública de tal manera que tanto el Poder Ejecutivo como el Parlamento conozcan con la debida anticipación los costos y las consecuencias de sus decisiones.

Por su alto interés, en nuestro próximo comentario semanal analizaremos en detalle los principales aspectos que han preocupado hasta ahora a estos economistas.