
UTILIDADES Y GANANCIAS: ¿QUIÉN ESTÁ EN CRISIS?
Una de las tantas frases y lugares comunes que repite Sebastián Piñera y la derecha chilena (que decir de los grandes empresarios) es que el país vive una crisis y un retroceso en todo sentido. La gestión de la Presidenta Michelle Bachelet y de la Nueva Mayoría a través de las reformas tributarias (que afectaría a los empresarios), educacional (coartaría la libertad de los padres) y Constitucional (crean un clima de incertidumbre) serían los grandes responsables del actual escenario que estamos viviendo.
Es más, las reformas no serían otra cosa que el producto de la ineficiencia de la actual administración, que lo único que ha conseguido es producir un estancamiento en materia económica. Aquello respaldado por algunos indicadores económicos En ese sentido, la mentada retroexcavadora, de la cual habló en su momento el senador Quintana se ha convertido en la excusa perfecta o mejor dicho la caricatura necesaria para descalificar todo intento de cambios en el país.
En ese escenario, las encuestas semanales, las cuales tienen una clara intencionalidad, se han transformado en la punta de lanza para ir minando o dejando en un segundo plano todo tipo de iniciativas que van en directo beneficio de la ciudadanía.
No se trata de desconocer los errores, improvisaciones, incluso mala gestión en algunos temas, pero muy distinto es confiar en las encuestas como si estas fueran el principal punto de referencia para decidir las políticas públicas del país o qué proyectos son buenos o necesarios. En ese sentido, sería bueno que la autoridad, el oficialismo o el gobierno dejaran de mirar algunas encuestas y se preocupara más de seguir impulsando -en la medida de lo posible- los cambios por los cuales se votó y apoyó en su momento.
Hacer caso al discurso de Piñera o de la derecha, es caer en el simplismo o en las declaraciones grandilocuentes. Su objetivo es muy claro, acrecentar el descontento en la población contra la presidenta Bachelet, ampliar la desafección de los ciudadanos con la política y el gobierno en particular, responsabilizando a éste de la crisis de credibilidad, desconfianza (e impunidad en algunos casos) por el cual atraviesa el país. Sin embargo, si ponemos algo de atención en determinados datos o cifras, aquellos de los cuales tanto les gusta hablar a la oposición, nos daremos cuenta que la crisis que atraviesa el país, es bastante curiosa o paradójica. En otras palabras, se puede estar en crisis y el país cayéndose a pedazos cuando vemos las ganancias de los bancos, como crecen las utilidades de la Isapres, que decir de las AFPs; entonces ¿dónde está la crisis de la cual nos habla la oposición y su candidato? o ¿quiénes son los que están en crisis?, especialmente en un país donde el 80% de la economía es privada. Pareciera estar bastante claro que aquellos que mueven la economía, que concentran las grandes fortunas y riquezas no están en crisis, pero no tienen pudor en ventilar en sus medios lo mal que está el país bajo el actual gobierno.
En consecuencia, los discursos catastrofistas, las estrategias comunicacionales destinadas a crear un ambiente negativo y de desesperanza en la ciudadanía y la manipulación de las subjetividades en las personas son dispositivos que tienen efectos positivos para unos pocos, pero al mismo tiempo muy nocivo para la gran mayoría de la población.
Danny Gonzalo Monsálvez Araneda
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