Algo pocas veces visto
Los conflictos que se suscitan al interior de toda alianza política, no debieran sorprender a nadie. Si en cada partido afloran diferencias de criterio entre sus militantes, es obvio que en conglomerados heterogéneos, a los cuales son convocadas distintas corrientes, surjan desencuentros no sólo en los planos doctrinario, valórico o programático sino, también por cuestiones de poder. Estos problemas los vivió en su tiempo la Concertación de Partidos por la Democracia, la Alianza por Chile, la Nueva Mayoría y ahora el Frente Amplio. Lo llamativo es que la ChileVamos, construida por Sebastián Piñera, ladrillo a ladrillo, desde su soberbia oficina de Apoquindo 3000 desde el mismo día en que asumió Bachelet II, exhiba tantas fisuras que desorientan a sus más incondicionales partidarios.
Cuatro años de preparación para conquistar el poder, suena como mucho. Por eso, desconcierta el hecho de ver que, a solo cuatro meses de asumir el mando, una treintena de Seremis haya abandonado su cargo por las más insólitas razones. Más aún, en el último mes un Intendente Regional (Magallanes) y una Gobernadora Provincial (Bío Bío) han hecho dejación de sus respectivos cargos envolviendo sus renuncias en confusas explicaciones. Mientras el Ministro Chadwick declaraba que el Intendente había renunciado voluntariamente, el afectado lo desmentía precisando que se le había destituido por razones electorales con miras a las comicios del 2020. En otro plano, a la fecha, y luego del fallido nombramiento de Pablo Piñera como Embajador en Argentina, veintitantas embajadas permanecen acéfalas, entre ellas las de Estados Unidos y de España. El caso del país del Norte es especialmente grave, tanto porque seis nominados rechazaron el cargo, como por el hecho de que Chile necesita información de primera fuente en los tiempos en que Trump ha iniciado la “guerra comercial de USA contra el mundo”.
El Presidente realizó una breve y sorpresiva gira a Jamaica, Costa Rica, Panamá y Estados Unidos. Por primera vez, se sacó a todos los periodistas del avión presidencial. Las razones oficiales: “austeridad y economía”, lo que resulta muy extraño ya que simultáneamente aparecen contratados una treintena de periodistas con sueldos millonarios en los diversos ministerios, siete de ellos por Marcela Cubillos en Medio Ambiente (incluido un sobrino del propio Chadwick). La vocera Cecilia Pérez nos dice que no hay que preocuparse porque su Ministerio entregará toda la información de la gira, incluyendo imágenes, videos, contenidos y minutas. Pobre imagen tiene la funcionaria del rol del periodismo ya que cree que su papel es reproducir los “comunicados oficiales” tal como en los regímenes nazista, fascista y de los socialismos reales. No muy atrás se queda la senadora van Rysselberghe quien puerilmente aclaró que en el caso se trataba de “un avión chico” y que, por los demás, cada periodista podía haber viajado por su cuenta.
Al conmemorarse el Día Mundial de la Prensa, el presidente Piñera, desde lejanas tierras, envió un saludo en una frase para el bronce: “Prefiero el ruido de medios (de comunicación) libres que el silencio de medios amordazados”. Sin embargo, el hecho concreto es que la política oficial ha sido la de saltarse los medios de comunicación formales y recurrir (como un Trump cualquiera) a las redes sociales evitando así el cuestionamiento de los escasos medios inquisitivos que subsisten.
Consecuente con este diseño, trascendió que la Ministra Pérez, por instrucciones del mandatario, había hecho llegar a todo el Gabinete un instructivo prohibiendo portar celulares en las reuniones bilaterales del Presidente con cada uno de sus ministros y prohibiendo las filtraciones de lo hablado y resuelto a la prensa. Lo cómico del caso, es que la normativa prohibitiva se filtró de inmediato y la hizo pública al día siguiente el gobiernista “El Mercurio”. Si bien no usar celulares en sesiones de trabajo (tal como en misas, conciertos, cines, salas de clase…) es solo una muestra de buena educación, parece evidente que la operación fue digitada por el asesor – jefe del “segundo piso” Cristián Larroulet en un gesto de desconfianza hacia los hombre de confianza del Presidente.
El círculo se cierra con la operación montada por el Presidente del Directorio de Televisión Nacional de Chile Francisco Orrego, para destituir al Director Ejecutivo de la empresa Jaime de Aguirre y nombrar como Director de Prensa del canal, a un hombre de entera confianza del oficialismo. El problema es que el abogado (también) de la Pontificia Universidad Católica, carente de olfato y experiencia política, no se percató del hecho de que De Aguirre conoce muchos de los secretos del jefe ya que, cuando éste era dueño de Chilevisión, lo instruyó para que sus honorarios profesionales por su trabajo en dicho canal, los facturara a Aguas Andinas y otras empresas como si fueran gastos de campaña.
La guinda de la torta, la puso el Gobierno el pasado jueves 19 de julio, al anunciar su agenda de seguridad. Para tal efecto, propuso cambiar el nombre de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) por el de Consejo Nacional de Inteligencia (CNI). El recuerdo del organismo represivo de la dictadura, sucesor de la DINA, fue inmediato. Desde todos los sectores (salvo la UDI) el rechazo fue inmediato y los cerebros pensantes buscan afanosamente un nuevo nombre para la criatura.
La pregunta que muchos se hacen es: ¿Valían la pena tantos años de preparación para todo esto?
Otro certero comentario nos entrega esta semana René Fuentealba. Las actuaciones de este gobierno Piñera II, son increíbles por la profusa cantidad de ‘metidas de pata’ y errores no forzados en que ha incurrido. El caso de la absurda destitución del Intendente de Magallanes, el arquitecto Christian Mathisen, raya en lo ridículo, pues fue una de las mejores decisiones del nuevo gobierno en nombrar a un intendente (tal vez ‘la’ mejor), en este caso un profesional de valía apoyado en Punta Arenas por moros y cristianos. El comentario nos muestra que no se aprecia aún la llegada de los tan cacareados «tiempos mejores» con los que se nos trataba de engatusar a diario.