
Comercio Bilateral con China: Consecuencias y Oportunidades en la Región del Biobío (Parte 2)
En el artículo anterior, comenté muy generalmente, el escenario de la industria nacional ante la arremetida de los productos chinos. Una pincelada, para poner sobre la mesa el escenario que enfrenta Chile desde el Tratado de Libre Comercio con el gigante asiático que, junto a EE.UU., es nuestro principal socio comercial y destino de la mayoría de nuestras exportaciones.
En el caso de nuestras importaciones desde China, cada año de incrementan, donde adquirimos mayoritariamente productos tecnológicos junto a una variada canasta donde hay todo tipo de productos a bajo costo. El análisis planteaba si, en este escenario, nuestra industria puede competir o no.
En esta segunda parte veremos cómo el comercio bilateral entre China y Chile ha repercutido en la región del Biobío.
La Producción del Biobío
La matriz productiva de nuestra región no ha cambiado mayormente a través del tiempo y está centrada en los recursos naturales como madera y celulosa, harina de pescado, sector forestal y agricultura y productos de menor peso en la canasta productiva. Las exportaciones de estas materias primas tienen como principal destino China, equivalente al 20% del total de exportaciones del Biobío, proveniente de 830 productos de 600 empresas.
Consecuencias
La retroalimentación es importante, cuantiosa y beneficiosa. Sin embargo, hemos visto y/o vivido lo que ha trascendido en los últimos años con emblemáticas industrias regionales ante la arremetida de los «baratos productos o insumos chinos». Tres contundentes “botones de muestra” son Cementos Bío-Bío, Siderúrgica Huachipato e Inchalam que han vivido el impacto negativo del comercio del TLC con China.
Siderúrgica Huachipato, reconocida industria de acero, ha tenido que ajustar sus costos y como consecuencia de ello prescindir de más del 25% de sus trabajadores. Desde que el acero (en todas sus formas) fue más barato importarlo que producirlo, la empresa ha tenido que ajustar incluso su línea de producción a sólo tres productos: barras para construcción, barras para molienda y alambrón, utilizados en minería y construcción. Similar es el caso de Inchalam, los clavos (de acero) chinos más baratos fueron tentación a la hora de disminuir los costos y Cementos Bío Bío, casi un sello regional, se enfrentó a que el principal componente para la producción de cemento pasaba por lo mismo: importar este insumo para la generación del producto es más barato que producirlo acá.
Cómo olvidar las minas de carbón, donde la importación era mejor, económicamente hablando.
Es de conocimiento que no sólo Huachipato, Inchalam y Cementos Bío Bío han pasado por esto. Muchas empresas familiares y comunales han cerrado la cortina ante la arremetida china a la que no pudieron hacer frente. Cabe destacar que China entrega subsidios estatales que, junto a una mano de obra casi de esclavitud, le permite fabricar cientos de productos al costo más bajo del mundo, y en volúmenes gigantes.
Además nuestras importaciones desde el país asiático, aumentaron en 2017 en 5% con respecto a 2016, lo que hace prever que es necesario realizar cambios imperativos por delante si queremos que esta ‘nueva era de industrialización’ y comercio bilateral nos reporte más beneficios que costos…a todos.
Buscando el equilibrio.
Claramente las importaciones baratas, (donde inclusive existen páginas en internet con cursos para importar desde China) reportan tremendos beneficios, analizados en la primera parte, donde el rol lo tiene el mercado a través de los tipos de consumidores, preferencias e ingresos. Los productos chinos, en buen chileno «se venden como pan caliente», pero nuestra industria, específicamente regional, está en crisis.
La pregunta obvia es ¿Qué hacer? Europa y EE UU han puesto fuertes barreras arancelarias para regular el comercio y proteger su industria, pero cuando Siderúrgica Huachipato pidió esto hace un tiempo, argumentando la existencia de Dumping ante la Comisión Nacional de Distorsiones de Precios (CNDP), es decir, un escenario con discriminación internacional en los precios, logró sólo una restricción arancelaria temporal que no superó el 10%, y el problema siguió.
La “defensa” a través de aranceles no parece ser la única solución ya que la región del Biobío tiene un problema desde el punto de partida: La Estrategia de Desarrollo Regional. Personalmente creo que es una estrategia poco realista, demasiado amplia, sin visión ni modelo claro, además de abarcar el periodo 2015-2030, que es una eternidad en un mercado que se mueve cada vez con mayor dinamismo. Por tanto resulta urgente establecer una Estrategia de Desarrollo Regional distinta, clara, realista y visionaria. La matriz productiva no puede ser imperturbable en el tiempo.
En resumen,
- Tenemos una industria fuertemente dañada donde se afirma la existencia de una competencia desleal.
- Hemos pasado de ser de productores a importadores, en el caso del acero por ejemplo que ahora viene de China.
- La matriz productiva no cambia mayormente.
- La industrialización regional está en peligro.
Nuestras fortalezas y debilidades están claras. La primera abarca el tremendo mercado forestal, pesquero, energético y agricultor. La segunda todo lo citado anteriormente: el costo de producir supera con creces el costo de importar. Las amenazas son propias de un mercado abierto: el precio del dólar, las decisiones económicas de las potencias como EEUU, y el costo energético y medioambiental, principalmente. Finalmente, las oportunidades son nuestra «esperanza».
Tenemos grandes oportunidades de competir, que vienen dadas por mejorar o cambiar la estrategia de desarrollo, la posibilidad de buscar alianzas, generar valor agregado, desarrollar otras potencialidades, incorporar mejor tecnología, innovar en los procesos, ver cómo lo ha hecho el resto del mundo (no solamente en tema de aranceles), generar incentivos, entre muchísimas otras ideas que, como región caracterizada por tener tremendos profesionales, muchas universidades y carreras variadas nos otorga un plus, un valor agregado regional.
Estas oportunidades constituyen la forma en la que podremos competir y como sociedad obtener un beneficio que incluso, siendo optimista, podría diferenciarnos y ser un precedente nacional y mundial.
La desindustrialización no debe seguir, es importante “nuestro sello», pero en las oportunidades antes mencionadas y muchas más que puedan surgir, hay un camino claro para que el comercio de nuestra región y país no vea en «los chinos» una amenaza mortal. Los grandes cambios vienen después de grandes sacudidas. Es momento de cambiar la estrategia.
Que buen análisis, solo hay que recorrer las calles de nuestra ciudad y ver la gran cantidad de locales de procedencia china y el cierre de locales emblemáticos y familiares,concuerdo completamente con la forma de analizar el tema , aún que en estos momentos esté escribiendo en un teléfono de precedencia China , felicitaciones y ojalá pudiera analizar más temas con esta claridad
Muchas gracias, Cristian. Seguiremos analizando temas de interés para todos, que nos afectan positiva o negativamente. Saludos.
gran comentario, gran desarrollo y descripción de una realidad malamente enfrentada
Gracias por su lectura y comentario, estimada. Ciertamente un tema que debemos debatir y enfrentar. Un cordial saludo.
Nicole Carvallo
Muy buen trabajo, sólido, contundente mente argumentado.
Felicitaciones a la Autora.
Gracias por su amabilidad! Saludos! Nicole Carvallo.