Cuentos Cortos: Cuando nadie sabe para quién trabaja.
Susy se sabe fina y atractiva. Es una perrita con pedigrí, diferente del Chopin, del Titán y del Pipo, que son perros callejeros. Ellos están de punto fijo frente a su casa para admirarla cada vez que sale de paseo con Vicente y Teresa, que son sus amos. Tiene estrictamente prohibido salir sola a la calle. Una tarde, sin embargo, la nana, que pagó muy caro su desatino, dejó entreabierta la puerta del antejardín, situación que la perrita aprovechó para salir a dar una vuelta. En el trayecto se encontró con dos de sus tres admiradores, los que no podían creer lo que estaban viendo.
El Chopin, moviendo su cola en son de conquista, se le quiso acercar, pero el Titán, a lo que es mordisco, se lo impidió, tranzándose ambos en una pelea sin cuartel. Susy los miró, se acomodó para ver el desenlace final, mientras que, por la otra esquina, abruptamente apareció el Pipo, el más venido a menos de los tres, el cual, sin mediar mayor escándalo, la montó muy amorosamente. Terminado el acto, se miraron, se sacudieron, después de lo cual cada uno partió por su calle, mientras que el Chopin y el Titán seguían en su feroz disputa.
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