
¿MÁS EMBALSES??
Hace tiempo que venimos oyendo y leyendo en los medios –desde los gobiernos y los grandes gremios empresariales– de “carreteras hídricas” y de “grandes embalses”, creyéndose que sólo así se podrían resolver los grandes déficits de agua para consumo humano, riego y otras necesidades vitales. También se ha dado a conocer, principalmente desde el Ministerio de Medio Ambiente, entre otros, de un nuevo concepto –muy importante, por cierto– puesto en boga hace pocos años (que he notado últimamente que ha ido perdiendo fuerza), cual es el de “las soluciones basadas en la naturaleza”. Ello demuestra que los que manejan las empresas y quienes administran y gobiernan el país, poco o nada entienden acerca de cómo funciona y se sustenta la vida y las transformaciones energéticas, las de unos tipos de energía en otras. De soluciones para el riego tratará esta columna, cruciales en estos tiempos de colapsos multisistémicos, un proceso que se viene manifestando con notoriedad y acentuando desde hace casi unas cinco décadas. |
Leyendo un nota publicada en La Tribuna –el diario de la provincia de Biobío—con el título: “Embalse Duqueco: Pese a expectación y dudas sobre su emplazamiento, estudio genera reacciones positivas en autoridades” [1], noto que se sigue insistiendo –desde el Ministerio de Agricultura (y otros) y los gremios relacionados con el agro— en soluciones obsoletas y absolutamente inadecuadas para los tiempos de crisis cllimática e hídrica que está sufriendo Chile y el planeta en general.
Lo primero que se debe acometer en situaciones de crisis como esta, es hacer un análisis profundo de por qué tenemos déficit de agua y generar un diagnóstico científico bien fundamentado. Recién después de ello, plantear dos o más opciones de solución para el problema, incluyendo la opción “embalses”, pero con números, con cifras de costos y de inversión, planteamiento de los pros y los contras, ventajas y desventajas de cada una y con planificación estretégica de alto nivel.
Es muy arriesgado señalar, de buenas a primeras, una sola de las opciones disponibles: los embalses.
No se ha oido ni leído absolutamente nada de aquellas “soluciones basadas en la naturaleza” en este caso, las que por supuesto existen y como su nombre ya insinúa, pintan más económicas y seguras y, además, ya están probadas [2].
Las alteraciones de cuencas hidrográficas –embalses incluidos– por mano humana, son muy riesgosas y para demostrarlo disponemos de numerosos casos en todo el mundo. El caso del embalse de Yesa (Zaragoza), en el río Aragón [3], es uno de los casos emblemáticos de malas decisiones. Su presa ha sufrido graves daños desde su construcción, por la precaria condición geológica de su ubicación; se han gastado ingentes cantidades de dinero a lo largo de los años tratando de detener sus desplazamientos, sin resultados positivos, como lo ha señalado el geólogo navarro Antonio Aretxabala en numerosos estudios e intervenciones a través de los medios [4] [5].
El ministro de Agricultura Esteban Valenzuela ha dicho: […] «Se parte con el estudio de prefactibilidad, y eso es lo que tenemos que financiar y demostrarle al Ministerio de Desarrollo Social: que es viable, que se puede hacer y que las cifras son estructurales y beneficiosas para la región», en el misma nota en La Tribuna ya citada, sin mencionar otras opciones.
Como no es sano ni honesto criticar sin proponer, pongo sobre el tapete la otra opción de solución de la crisis hidrica: la recuperación de suelos degradados por siglos de malas prácticas y cambios irresponsables de uso de suelos. Lo haré con dos ejemplos: el caso del predio de 7 ha del Centro de Educación y Tecnología (CET), en la comuna de Yumbel [6] y el caso del Fundo Chequén, en la Comuna de Florida, rescatado de la erosión por Carlos Crovetto Lamarca aplicando el sistema cultural de “Cero Labranza” (https://youtu.be/h4CmDumjIu8) con riego por aspersión desde un micro embalse [7] .
Para difudir el primer caso, La Ventana Ciudadana ha hecho dos reportajes con entrevistas a su director, el ingeniero agrónomo experto en agricultura orgánica Agustín Infante Lira. En uno de los reportajes, le pregunté a Agustín desde dónde obtenía el agua para regar los cultivos y el consumo del centro en esos lomajes erosionados, típicos en casi toda la región del Biobío.
Su respuesta fue muy ilustrativa: “Mediante bombeo desde el subsuelo con pozos y bombas. Hoy, con la recuperación de los suelos y erradicación de las cárcavas que habían en el predio, tenemos más del doble de agua que había en las napas cuando nos hicimos cargo de este proyecto hace ya 30 años” [8] [9]. Como podemos apreciar 30 años no es tanto tiempo para obtener agua y beneficios.
Con estos dos ejemplos prácticos de soluciones efectivas para el riego “basadas en la naturaleza”, que se pueden aplicar en toda la región de modo disperso, en pequeños predios y a escala humana, podemos apreciar que los grandes o medianos embalses no son la única ni la mejor solución para resolver los déficit de agua en Chile.
Fuente de imagen: Ver referencia [1]
Referencias:
[2] https://laventanaciudadana.cl/que-ha-pasado-con-el-agua/
[3] https://www.cgbardenas.com/embalse
[4] https://youtu.be/Bzf9XxWcVCU
[5] https://youtu.be/2FRt0Q-xe90
[7] https://colegioingenierosagronomoschile.cl/438/
[8] https://laventanaciudadana.cl/cet-centro-de-educacion-y-tecnologia-entrevista-parte-i/
[9] https://www.youtube.com/watch?v=-jJWO-Q5hqw
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