
¿Qué está pasando con el urbanismo en Concepción?
La pregunta ¿qué está pasando con el urbanismo en Concepción? surge al observar sus calles, avenidas y parques y ver cómo estamos en lo que se refiere al ordenamiento urbano. Lo que se puede constatar, a mi modo de ver (y también de otros), es un crecimiento algo caótico en el que se han ido sumando, en las últimas tres décadas, más y más edificaciones sin control ni armonía alguno, con edificios de grandes alturas, más allá de lo deseable.
Todo ello ha llevado a que aumente la densidad demográfica hasta niveles inadecuados, lo que, sumado al aumento continuo de la cantidad de automóviles que circulan por calles muy angostas, provoca congestión y tacos por doquier y altos niveles de ruido, con la consecuente pérdida paulatina y creciente de la calidad de vida de sus habitantes.
En el pasado fin de semana se ha realizado el 18° Encuentro Anual del Sector Inmobiliario (ENASI), por primera vez en Concepción organizado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) en el que, según consta en reportajes de la prensa escrita -y específicamente en El Sur- se trataron los problemas que aquejan al llamado ‘sector inmobiliario’ y que incluyen al Ministerio de la Vivienda y a entidades de gobierno. Confiando en la certeza del reportaje, se destacan varias situaciones con falencias tratadas, tratadas en dicho Encuentro: falta de cercanía de las personas al desarrollo de la ciudad, escases de líderes competentes, ausencia de comunicaciones empáticas, sobre vivienda pública y desarrollo urbano, déficit de infraestructura, etc. Todo lo mencionado es así y, por cierto, muy evidente, no solo en Concepción sino asimismo en otras ciudades.
¿Por qué subsisten esos problemas y falencias? Para encontrar una respuesta los participantes en el crecimiento y desarrollo de las ciudades, ciudadanos incluidos por supuesto, postulo que debemos efectuar varios análisis introspectivos, con mucha sinceridad y eficacia. En primer lugar revisar la génesis y la calidad de los llamados “Planes Reguladores Comunales y Metropolitano” (PRC y PRM) -pues al parecer ahí está el quid del asunto-, y determinar si sus creadores o modificadores son personas idóneas para ello; en segundo lugar si existe la participación ciudadana en su análisis y, siendo afirmativo, si es adecuada y oportuna, además de respetada; si obedecen a una planificación multidisciplinaria, cuidadosa y a largo plazo, o solo se basan en aplicar las ‘leyes del mercado’ (tal vez con demasiado peso específico de ‘empresas inmobiliarias’). Debemos tener muy en cuenta que ‘el mercado’ acá tiene bien poco o nada que hacer porque en este caso solo genera caos, como está a la vista.)
Resolviendo una a una esas interrogantes, creo que se podría ir poco a poco arreglando la cancha.
Otra asunto destacado por la CChC se refiere a ‘suspensiones o paralización de obras por acciones legales’ que preocupan al sector. Se solicita ‘construir certezas jurídicas’. Reconocen además una falta de credibilidad en los actores del desarrollo inmobiliario; lo que es comprensible que suceda dada las actuaciones poco adecuadas de las instituciones del Estado relacionadas con los asuntos urbanos, como lo demuestran las encuestas de opinión.
Entre los casos de paralizaciones de obras, podría perfectamente leerse entre líneas, que está incluido (pues calza de modo preciso) el reciente fallo de la Corte Suprema, por unanimidad de sus miembros, en contra de una empresa inmobiliaria que desde hace bastante tiempo estaba rellenando y alterando el régimen hidrológico del Humedal Llantén, en Puerto Montt, para nada menos que construir casas sobre los rellenos (1). Ello generó inundaciones que afectaron a los demandantes: varias familias de una población aledaña y un colegio. Si es así, cabe destacar que en casos como este, se explican las inquietudes discutidas en el ENASI y se deduce que las responsabilidades recaen en varios estamentos, a saber: en ciertas empresas inmobiliarias por proyectar obras en terrenos inadecuados; en las DOM de las diferentes municipalidades que aprueban proyectos sin estudiarlos bien y a fondo; y en el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y su Dirección General de Agua (DGA), por no vigilar ni fiscalizar las obras ejecutadas por empresas dentro de las cuencas hidrográficas para resguardar el territorio y el bienestar de las personas, como manda la Constitución de la República.
Para evitar situaciones y problemas como los analizados, hay que trabajar con voluntad y ahínco en mejorar sustancialmente los estudios y diseños de los PRC y PLR, en las normativas legales de construcción –que dejan bastante que desear- y en varios aspectos más; todo ello con amplia participación de profesionales idóneos y ciudadanos. Hasta ahora no ha sido así.
Para que un país y sus ciudades se desarrollen de modo armónico y sustentable (o sostenible) de verdad, es hora de enmendar rumbos y, además, dejar tranquilos de una vez por todas, los pocos humedales y las reservas naturales urbanas que nos van quedando. Hacer un buen ‘benchmarking’ sobre como lo hacen en países desarrollados nos servirá, sin duda, de buen modelo a seguir.
“La sostenibilidad urbana es la búsqueda de un desarrollo urbano sostenible que no degrade el entorno y proporcione calidad de vida a los ciudadanos. … La sostenibilidad es una responsabilidad compartida que requiere un progresivo aprendizaje para que todos los ciudadanos participen en su adecuada gestión.” (2)
“Se basa en provocar la menor alteración posible del ecosistema, causar el menor impacto posible sobre el medio ambiente y el territorio, consumir la menor cantidad de recursos y energía y generar la menor cantidad posible de residuos y emisiones.” …. “Se exigirá de todo proyecto urbano sostenible, que responda a las demandas sociales de su entorno, mejorando la calidad de vida de la población, y asegurando la participación ciudadana en el diseño del proyecto.” (3)
- https://laventanaciudadana.cl/fallo-de-la-corte-suprema-salva-al-humedal-llanten/
- https://es.wikipedia.org/wiki/Sostenibilidad_urbana
- https://www.construmatica.com/construpedia/Urbanismo_Sostenible
excelente , buen analisis . pone en expectativa y en reflexion a la comunidad. El asunto a resolver es la participacion de la comunidad en la fiscalizacion .
Gracias por su comentario Felipe. No hay respeto por la ética. Estamos barajando agresiones desde el Estado, ya sea por acción o por omisión, desde variados frentes. Pero, felizmente, poco a poco vamos induciendo cambios de actitudes. Las denuncias bien hechas hacen efecto. Los ciudadanos organizados tenemos la palabra.
Un gran problema como se menciona es la concepción del micro y el macro. Al igual que en la búsqueda de unificar el cosmos con el campo cuántico, hacer convivir por ejemplo el mercado inmobiliario con planes reguladores, planes maestros de aguas lluvias, es una quimera por la liviandad con que los entes fiscalizadores realizan esta labor. Existe un bajo entendimiento por lo mismo de los daños que se pueden provocar, también presiones de distinta índole, que al final hacen que la visión del macro no sea relevante para una entrega de informe, para una aprobación, para un compromiso de entrega pronta. Lamentablemente ni nuestros lideres mundiales de países con un nivel de desarrollo mayor son capaces de realizar una proeza coordinada en donde sacrifiquen sus compromisos productivos, por un futuro mas apto para la vida. El concepto del Carpe Diem ha generado algunos daños irreparables en muchas áreas, y claramente la situación urbanística de Concepción es un ejemplo.