«Somos naturaleza. Poner al dinero como bien supremo nos conduce a la catástrofe»

José Luis Sampedro

Actualmente nos leen en: Francia, Italia, España, Canadá, E.E.U.U., Argentina, Brasil, Colombia, Perú, México, Ecuador, Uruguay, Bolivia y Chile.

?????????????????????????????????????????????????????????

Radiografía de la teledictadura en México (I)

Jonathan Marcial Mendoza

Licenciado en Derecho con Especialidad en Formación Docente Desde México

Desde México.

En una sociedad como en la que vivimos casi todo pasa por los medios de comunicación masiva: la política, la religión, la economía o la producción cultural es intervenida crecientemente por las delimitaciones mediáticas. La importancia de los estudios entre comunicación y sociedad radica en registrar qué asuntos son de índole público, y que dependan del manejo de la información, lo que conlleva a reconocer los intereses políticos, muchas veces decisivos, que permean el sentido de su difusión llamada teledictadura. Hasta el mismo Keneeth Galbrait, economista estadounidense, lo confirma en estas palabras: Un país con una televisión muy rica y escuelas muy pobres está en serios aprietos.

¿Tiene influencia la televisión en México con la población? Desde luego que existe y se apoya del aparato ideológico del Estado para aceptar lo que debemos creer como verdad absoluta. El comunicólogo Villamil (2005), en su obra La televisión que nos gobierna, describe la singular forma de hacer televisión comercial en nuestro país ya que no existe un control riguroso por parte del Estado mexicano hacia la programación televisiva abierta. El mismo autor lo reconoce bajo los siguientes términos: “[…] es el vehículo de poder simbólico más importante de nuestra era, de tal modo que, ningún medio había sido tan poderoso, a partir de la segunda mitad del siglo XX como la televisión para mostrar visual y simbólicamente a la sociedad, a tal grado que bien podríamos calificar al tele-lenguaje como generador, transmisor e impulsor de valores sociales, religiosos y políticos de autoafirmaciones sociales” (Ibídem: 125). 

En los últimos años, en México se ha visto crecer el poder y la influencia de las televisoras privadas (Televisa, Televisión Azteca y la aún joven Imagen Televisión) bajo la protección y en concordancia con los Presidentes de la República, en esto tuvo mucho que ver el periodo de más de setenta años del control del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el país. Sin duda, la historia televisiva mexicana se resume en la evidente concentración de un poder político aliado y leal al duopolio mediático mediante teledictadura.

Es indispensable reconocer la concentración de poder entre empresarios televisivos y un selecto grupo político que ha llevado desde sus inicios, a definir la condición particular de informar a los televidentes mexicanos. ¿Qué importancia tiene conocer la teledictadura? Por las características históricas de la televisión mexicana están presentes desde iniciando la década de los años cincuenta. Sin embargo, su análisis no va más allá de treinta años atrás con el inicio de estudios interdisciplinarios entre la Sociología, la Antropología, Ciencias Políticas o Ciencias de la Comunicación. Es a partir de entonces cuando se comienza el análisis de estructuración de la televisión abierta comercial, desde entonces del interés la competencia desigual de los medios públicos y privados, ausencia de normas de regulación en cuanto a calidad y contenidos de la programación (Villamil, 2005).

Con los primeros análisis a las diferentes formas de hacer televisión emergieron las comparaciones y las inquietudes al conocer cadenas televisivas. Regresando al contexto histórico en la que nació y se desenvolvió la televisión comercial hecha en México nos da la pauta para analizar las crisis de credibilidad que en el mejor de los casos, han llevado a los ciudadanos a tomar los medios y no a abandonarlos; aunque evidentemente cada modelo televisivo, comercial o público, se define por la serie de relaciones que han mantenido el Estado, los medios y la sociedad en determinados contextos.

Villamil (2005) trata de esa particularidad de la teledictadura como la formula mexicana de la televisión comercial, mediante dos características principales que definen al fenómeno televisivo en México:

a) Mutua lealtad entre los concesionarios y la clase política dirigente (incluso el Presidente de la República). Los intereses políticos siempre han sido claros en la industria de la televisión mexicana, a cambio de favores leales y varios son los políticos que cuentan con retribuciones de las empresas del entrenamiento. El presidencialismo de la televisión mexicana se vislumbró desde sus inicios ya que el principio formal de la historia de la televisión privada fue la transmisión, el 1 de septiembre de 1950, con el Cuarto Informe de Gobierno del entonces presidente Miguel Alemán Valdés (Villamil, 2005). Desde sus inicios, Televisa y el PRI formaba parte de la misma estrategia compuesta por dos elementos: el poder político y el poder mediático.

b) Apoderarse de la base más ancha de la pirámide social. La televisión mexicana se sujeta bajo una programación asentada en el espectáculo, el entretenimiento y las telenovelas. Ellos se han concentrado en sugerir un estilo de vida de consumo ilimitado, tal ideología se dirige a una debilitada sociedad de consumo, donde sólo unos pocos (los que están arriba de la pirámide) son idóneos para ejercer su capacidad de comprar y estar a la altura de lo que implican las modas globalizadas, todos los demás integrantes de la pirámide social son solamente espectadores del entretenimiento, de los espectáculos y los escándalos públicos fabricados en las corporaciones: fábrica de sueños.  

Estas características pueden ser evidentes, sin embargo, a pesar de la seria competencia comercial que llevan estos corporativos del entretenimiento, que ninguno de los tres se han comprometido por mejorar la calidad del contenido de sus programaciones, pues ha importado más elevar el raiting y las pantallas se han rentado para fines publicitarios que las han llevado a una mercantilización despiadada y las han alejado de prestar un servicio informativo objetivo, pero sobre todo, real. Si a esto le agregamos que nos encontramos en un país de nulo fomento a la lectura y de audiencias desinformadas.

En la próxima entrega nos centraremos en los alcances que ha tenido la teledictadura últimamente.

Recuerda que puedes seguirnos en facebook:

Déjanos tu comentario:

Su dirección de correo electrónico no será publicado.

*

Sé el primero en comentar

sertikex-servicios-informáticos www.serviciosinformaticos.cl